Joe Friel

Manual de entrenamiento del ciclista (Bicolor)


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es lo que hace que ciclistas con una gran resistencia, pero no mucha velocidad, obtengan el máximo rendimiento? Lo has adivinado: el trabajo de la resistencia. ¿Qué les gusta hacer a los buenos escaladores? Por supuesto, entrenar con desnivel. La mayoría de los ciclistas pasan demasiado tiempo trabajando aspectos en los que ya son buenos. ¿Cuál es tu punto más débil? Pregunta a tus compañeros si no lo sabes. Seguro que ellos sí. Dedica más tiempo a este aspecto. El Manual de entrenamiento del ciclista te ayudará a identificar tus puntos débiles y te enseñará cómo mejorarlos. Comprender tus “limitaciones” es crucial para triunfar en la competición. Presta mucha atención siempre que encuentres este término en esta obra.

      En deportes de resistencia, con la posible excepción de la natación, los atletas tienden a dejar de lado o negligir la técnica. A la mayoría de los deportistas, sobre todo los que llevan tres años o menos en este deporte, les queda mucho por mejorar en cuanto a cualidades específicas para el deporte: equilibrio, giros, pedalear y manejo de la bicicleta. A medida que mejoran las habilidades, se malgasta menos energía, de modo que eres más “económico” y puedes correr más con el mismo esfuerzo. Las habilidades y la economía en relación con los principiantes en este deporte se comentan en el capítulo 14.

      Cuando identifiques tus limitaciones, recuerda que la condición mental es tan importante como la física. En el capítulo 1 se expone la importancia de la fortaleza mental, que consta de cuatro elementos: el deseo de triunfar, dominar la autodisciplina, creer en uno mismo y desarrollar la paciencia. Lo que quizá une estos elementos es tener autoconfianza. Personalmente, en un deportista busco una actitud tranquila, el “puedo hacerlo”; éste es el denominador común de todos los mejores deportistas que he conocido. En cambio, las dudas sobre uno mismo son la marca de alguien incapaz de conseguir objetivos elevados independientemente de su capacidad física. Trabajar con un psicólogo del deporte puede ayudar a mejorar esta limitación.

       8º MANDAMIENTO: CONFÍA EN TU ENTRENAMIENTO

      No hay nada peor que creer que estás progresando bien para conseguir tu objetivo y luego, el día de la carrera, pensar que no estás preparado físicamente. Cuando llega el momento de la carrera, pocos de nosotros confiamos en el entrenamiento, pero éste debería ser un vago temor generado por la adrenalina, no un hecho. Para asegurarte de que te sentirás seguro de tu entrenamiento es fundamental valorarlo durante el año. Si ves que no mejoras como esperabas en diferentes aspectos de la condición física, puedes corregir el entrenamiento y cambiarlo mucho antes de la semana de la prueba. Hay muchas maneras de valorar el progreso de tu condición física. En el capítulo 5 se abordan algunas de ellas.

      Si no estás del todo seguro sobre tu entrenamiento base, entonces, cuando se acerque la gran prueba, quizá te preocupes por si no has hecho lo suficiente o puede que entrenes hasta el día de la carrera. He visto a corredores hacer un rodaje largo el día antes de una carrera importante o competir en una carrera dura porque creen que eso les ayudará. Se necesitan entre 10 y 21 días de entrenamiento más leve para que el cuerpo humano vuelva a estar a punto para competir, en función de lo largo y duro que haya sido el entrenamiento. Antes de las carreras, deja de entrenar, te irá mejor. Confía en mí.

       9º MANDAMIENTO: ESCUCHA A TU CUERPO

      Es de vital importancia realizar el menor volumen de entrenamiento necesario para conseguir tu objetivo. Cuando yo era un deportista más joven pensaba que mi éxito dependía de hacer todo el entrenamiento posible. Pero ello con frecuencia daba lugar a lesiones, sobreentrenamiento, enfermedades y estar quemado. Tardé años en escuchar a mi cuerpo y en comprender qué debería hacer: sólo el entrenamiento necesario para conseguir mis objetivos. Una vez que dejé de esforzarme más allá de los límites de recuperación de mi cuerpo, mejoré como atleta. He observado que esta norma también se da en los deportistas a los que entreno.

      Y no es sólo mi experiencia. A principios de los años 1990, tras la caída del Muro de Berlín, asistí a una conferencia del anterior director del Instituto de Deportes de Alemania Oriental. Después de admitir que los atletas de dicho país habían utilizado productos ilegales, lo cual consideraba que eran aspectos de menor importancia en sus notables éxitos, explicó lo que consideraba la razón real del gran número de medallas olímpicas. Describió cómo los deportistas de elite llevaban unas vidas regladas en residencias. Todas las mañanas cada atleta se reunía con un grupo de expertos –un entrenador de competición, un fisiólogo, un médico o enfermera y un psicólogo del deporte, por ejemplo. El grupo comprobaba el estado del atleta para entrenar ese día y hacía los ajustes necesarios en el programa. Efectivamente, escuchaban lo que decía el cuerpo del atleta. Cada atleta entrenaba sólo hasta el nivel que él o ella podían tolerar aquel día. No más.

      Estaría bien que todos nosotros pudiésemos tener tales atenciones. Pero como no es así, debemos escuchar a nuestro cuerpo nosotros mismos. Si escuchas lo que te dice tu cuerpo, entrenarás de forma más inteligente y ganarás velocidad. Los ciclistas que entrenan de forma inteligente siempre superan a los que entrenan duro. El Manual de entrenamiento del ciclista te enseñará a escuchar lo que tu cuerpo te dice todos los días y a entrenar con cabeza.

      Una nota importante: pese a que entreno a deportistas con una gran dedicación, que trabajan muy duro, he aprendido lo importante que es pasarlo bien. Puede parecer obvio, pero algunos deportistas se concentran tanto en las cifras de su diario de entrenamiento que se olvidan de por qué se introdujeron en este deporte y han dejado de pasarlo bien. Muchos de los profesionales con los que hablo se sorprenden cuando les digo cuánto tiempo entrenan los amateurs, además de trabajar 50 ó 60 horas semanales, llevar a los niños al partido de fútbol, segar el césped, hacer trabajos voluntarios y ocuparse de mil y una responsabilidades. En comparación, ¡los profesionales lo tienen fácil! Sólo entrenan 30 ó 40 horas semanales, con algunas siestas en medio. Estos profesionales también me dicen que, si dejasen de pasarlo bien, abandonarían la competición y buscarían un trabajo. Divertirse es el motivo por el cual todos nosotros practicamos el ciclismo. Seguramente no te ganas la vida con el ciclismo –no lo olvides. Tú no eres tu último resultado en competición. Tus hijos no te amarán menos si una carrera te va “mal”. Al día siguiente, el sol saldrá. Así pues, sonríe y refunfuña menos; disfrutarás más del ciclismo y obtendrás mejores resultados.

       10º MANDAMIENTO: COMPROMÉTETE CON LOS OBJETIVOS

      Si quieres competir en distancias mayores, más rápido y con más fuerza esta temporada que en la anterior, debes entrenar de forma distinta y tal vez también deberás hacer cambios en tu estilo de vida. ¿Qué puede haberte frenado? Tal vez necesitabas ir a la cama más pronto. O quizá comiste demasiada comida basura. Puede que te vaya bien pasar más tiempo en la sala de pesas durante el invierno para ganar fuerza. O puede que tus compañeros de entrenamiento te frenen.

      Después de que fijes tus objetivos en un capítulo posterior, fíjate en ellos y determina cómo se interrelacionan con tu estilo de vida y tu entrenamiento. Si acaso necesitas ciertos cambios, decide si puedes efectuarlos. Sólo tú puedes controlar lo bien que compites.

      Luchar por alcanzar el máximo rendimiento es una tarea de 24 horas al día y 365 días al año. Competir al más alto nivel posible requiere un compromiso a tiempo completo que no sólo depende del entrenamiento. Cuanto más elevados son los objetivos, en mayor medida tu vida girará en torno a cómo comes, duermes y trabajas. Tomar alimentos sanos da fuerza al cuerpo para entrenar y te permite recuperarte más rápido, al reponer las reservas de energía y nutrientes a la vez que se sientan las bases para tener un cuerpo más fuerte. Dormir y entrenar tienen un efecto sinérgico en la condición física.

      Todos los días debes tomar decisiones en cuanto a estilo de vida: dieta, sueño y otras actividades físicas y mentales. Las decisiones que tomes, a menudo sin pensar, incidirán en tu práctica del ciclismo.

      Un ciclista completamente comprometido es un estudiante del deporte. Debes leer todo cuanto te caiga en las manos