Joe Friel

Manual de entrenamiento del ciclista (Bicolor)


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de interacciones aparentemente insignificantes que tienen lugar de forma diaria desde el nacimiento y durante los años formativos, experiencias que no sabemos exactamente cómo identificar o inculcar.

      La mejor manera de aumentar la fortaleza mental es trabajar con un psicólogo del deporte, tal como trabajarías con un entrenador. La psicología del deporte es un campo en expansión, cada vez más en boga entre los deportistas de todos los niveles competitivos que buscan los servicios de estos profesionales.

      El Manual de entrenamiento del ciclista puede ayudar a deportistas entregados y dotados de fortaleza mental a lograr una mejora constante. Este libro ofrece un método individualizado, orientado a los resultados y científico, pero no puede garantizar el éxito. Pero si ya posees alguna cualidad y si se te presenta la oportunidad, si tu misión está bien definida y dispones de un sistema de apoyo, entonces lo tienes casi todo. Éste puede ser el elemento final y decisivo.

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       Entrenamiento inteligente

       No se puede entrenar la suerte.

       —EDDIE BORYSEWICZ,PRESTIGIOSO ENTRENADOR DE CICLISMO POLACO-ESTADOUNIDENSE

      ¿POR QUÉ hay quien empieza una carrera como ciclista sin dar señales de tener talento físico y años después alcanza la cima del deporte como amateur o profesional de elite? ¿Por qué otros que destacan a una edad temprana no progresan igual y abandonan este deporte antes de descubrir todo su potencial?

      Aquellos que perseveran probablemente siempre han tenido talento, aunque al principio no lo pareciese. Seguramente, el joven deportista tenía un progenitor, un entrenador o mentor que pensaba a largo plazo, alguien que quería ver a su protegido llegar a su máxima capacidad y era lo bastante sensato para guiar al deportista de forma lenta y deliberada. Los entrenamientos del atleta que triunfa no siempre están basados en las últimas tendencias, sino en una filosofía de entrenamiento prudente, en los primeros momentos de su carrera.

      En cambio, el joven ciclista que no ha llegado a sénior quizá fue entrenado con demasiada dureza por un padre o entrenador. Las intenciones de este adulto pueden haber sido buenas, pero sus técnicas dejaban que desear.

      Cuando empiezo a entrenar a un deportista, comienzo por conocerle bien, aunque se tarda semanas en determinar los métodos de entrenamiento más efectivos para dicho individuo. Para desarrollar un programa de entrenamiento efectivo hay que tomar en consideración muchos factores. Algunos de ellos son:

      • Años de experiencia en este deporte

      • Edad y nivel de madurez

      • Cómo ha progresado el entrenamiento a largo plazo

      • Programa de entrenamiento más reciente

      • Puntos fuertes y puntos débiles personales

      • Tipo de terreno y condiciones climatológicas

      • Calendario de carreras importantes

      • Detalles de las principales carreras: duración, terreno, competición y resultados previos

      • Estado de salud actual

      • Estrés debido a su forma de vida (por ejemplo, cuestiones de trabajo y familia)

      La lista se podría alargar indefinidamente. Si deseas encontrar un plan de entrenamiento concreto hecho a medida para ti en este libro, debes comprender que ello no es tan sencillo. Existen demasiadas incógnitas para que yo u otra persona pueda evaluarte completamente sin que nos des tus datos de forma extensiva. Al fin y al cabo, nadie te conoce mejor que tú mismo. No obstante, puedes tomar algunas decisiones cruciales sobre tu entrenamiento. Necesitas herramientas con las que trabajar: un conjunto de principios de entrenamiento básicos y prácticas que se aplican de maneras diferentes en distintos deportistas. Ésta es la razón por la que he escrito este libro, para que puedas comprender los conceptos básicos y realizar mejor tu autoentrenamiento.

      Esta obra trata del entrenamiento sistemático y metódico. Algunos ciclistas creen que entrenar así es aburrido y optan por hacerlo de forma espontánea. Prefieren entrenar guiándose por el instinto, sin planificación ni previsión y con una estructura mínima. No niego que sea posible llegar a ser un buen ciclista sin un sistema y un método muy estructurados. Conozco a muchos ciclistas que han triunfado con este enfoque. Pero también he observado que cuando estos deportistas deciden competir a un nivel más alto, casi siempre incrementan la estructura de su entrenamiento. Los sistemas y métodos estructurados son cruciales para lograr el rendimiento máximo. Éste no se logra al azar.

      Igualmente, debe señalarse que el sistema y los métodos descritos en este libro no son los únicos que conducen a un rendimiento máximo en competición. Hay muchos otros sistemas que funcionan; hay tantos como entrenadores y deportistas de elite. No existe una manera “correcta”, ni un sistema que garantice el éxito para todo el mundo.

      Tampoco hay secretos. No encontrarás entrenamientos mágicos, suplementos dietéticos milagrosos o pautas de periodización para todo. Lo que se cuenta en esta obra es un sistema conocido que ha sido probado por algunos ciclistas. Ningún entrenador, deportista o científico poseen el secreto para ganar –por lo menos, que sea legal. Sin embargo, muchos han desarrollado sistemas efectivos, los cuales se caracterizan por tener unos componentes integrados de forma global. No son simples colecciones de sesiones de trabajo. Todas las partes de los programas efectivos encajan perfectamente, como las piezas de un puzle complejo. Además, hay una filosofía subyacente que conecta las diferentes partes. Todos los aspectos de un programa serio se basan en esta filosofía.

       EL FENÓMENO DEL SOBREENTRENAMIENTO

      ¿Hay una relación entre cansancio y velocidad? ¿Existen estudios que demuestren que si un ciclista se cansa de verdad al entrenar y lo hace a menudo será más rápido? Si se empiezan los entrenamientos con las piernas crónicamente cansadas, ¿se mejora la potencia y otros aspectos de la forma para competir?

      Planteo estas preguntas porque muchos deportistas me cuentan que no mejoran si no se sienten por lo menos un poco flojos siempre. Pero cuando pregunto a estos mismos deportistas por qué entrenan, la respuesta siempre es: “Para ser más rápido en las carreras”. El cansancio crónico es una extraña forma de ganar velocidad.

      Recientemente he efectuado una búsqueda en Internet, en revistas científicas sobre deporte, para comprobar si algún estudio ha hallado una relación positiva entre cansancio y rendimiento atlético. De los 2.036 estudios que he encontrado sobre el tema, ninguno señalaba que un deportista rendía más si se cansaba con frecuencia.

      Ello me hace pensar que los deportistas que están crónicamente cansados y tienen las piernas doloridas deben de cometer un error. O eso, o tienen un secreto, pero lo dudo. Seguramente, la razón de su entrenamiento excesivo es una combinación de una ética del trabajo demasiado desarrollada y un comportamiento obsesivo-compulsivo.

      De hecho, a algunos deportistas no los he podido entrenar por esta razón. Cuando les dejo descansar para llegar frescos a un entrenamiento duro, interpretan la falta de cansancio como una pérdida de condición física y se vuelven paranoicos. Tras algunos episodios en que añaden intervalos, kilómetros o entrenamientos “extra”, nos separamos. Al entrenar, mi propósito no es ayudar a deportistas bienintencionados a mantener su adicción. Me gustaría verles competir más rápido, no verles más cansados y estresados que antes.

      Por otro lado, he entrenado a muchos atletas en distintos deportes a partir de un programa con un volumen de trabajo menor del que estaban acostumbrados. Es sorprendente ver lo que pueden conseguir cuando se comprometen del todo con su objetivo de entrenamiento real: ser más rápidos. Cuando los ciclistas inician entrenamientos duros sintiéndose descansados y con fuerza, la velocidad y la potencia que consiguen son excepcionales. De este modo, los músculos, el sistema nervioso, el sistema cardiovascular y los sistemas de energía son forzados hasta su nivel óptimo.