Rodolfo Mario Agoglia

Conciencia histórica y tiempo histórico


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del ser mismo de la realidad histórica, razón por la cual lo tacha, drásticamente, de ideológico.

      Pero ¿cuál es el significado estricto, para la historia, de este término -Ideología- que la Sociología, especialmente la del conocimiento, ¿ha explorado exhaustivamente y se ha difundido hoy en todas las ciencias y en todos los dominios de la cultura?

      De acuerdo con él ¿qué se entiende por ideológico en la historia como conocimiento?

      Sin entrar en un tratamiento exhaustivo del problema relativo al carácter ideológico que pueden tener las ciencias y las técnicas en general -todas ellas penetradas de intereses, compromisos y valoraciones emergentes del grupo social al que su sujeto productor pertenece (Habermas, 1970)- es conveniente aclarar, ante todo, que hoy se reconoce con fundamento que las ciencias formales y las ciencias fácticas de la naturaleza se hallan mucho menos expuestas a la ideologización que las ciencias humanas, sociales e históricas, en las cuales no cabe aplicar -y no rige- el mismo criterio de objetividad, pues -como agudamente lo ha declarado Sartre (s/f, M. Merleau-Ponty)- “la historia no puede, como la Naturaleza, contemplarse de frente, porque nos envuelve” a nosotros mismos que la indagamos. De tal modo que aquella esperanza abrigada por Marx y Engels en La ideología alemana de que una sociología y una historia científicas nos proporcionaran -frente a las de su época- ideas verídicas de la sociedad y de la historia, está lejos ya de ser compartida. La razón de esa mayor precariedad epistemológica y de objetividad, propia de estas ciencias, se refleja -por contraste- en la constatación de que las ciencias formales y naturales (hoy plenamente autónomas y munidas de métodos rigurosísimos) no poseen ya contenidos ideológicos. Para afirmar lo contrario no basta aducir que ellas integran como las otras la totalidad social, y que sus conocimientos se han elaborado desde una cierta situación histórica. Pues -­como bien ha anotado Horkheimer (1978)-­ condicionamiento e ideología son cosas distintas, y el mero hecho del carácter históricamente condicionado de una teoría no se identifica con la demostración de que ella es ideológica. Para esto es necesario probar que lo es por su función social, explorando -como exige Foucault (1978)-­ las consecuencias de la institucionalización de la verdad científica con fines subalternos,