Franz Julius Delitzsch

Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Isaías


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por Shebuoth VIII. 1. Luzzatto intenta probar que sba significa una era, aunque se entienda en forma de lugar cerrado (a distinción del !r,GOò o era abierta), pero no tiene razón.

      11. El primer sentido de hithpallel (lLeP;t.hi) y de tephillah (hL'Þpit) no se descubre partiendo de Dt 9, 18 y de Esd 10, 1, como suponen algunos investigadores (como el citado E. Dietrich), que identifican lLeP;t.hi con lPnTh (hithnappel), echarse uno en el suelo, sino como en 11 Sam 2, 25: “Si peca un hombre contra otro hombre, Dios le justificará” (~yhiêl{a/ Alål.pi(W). Resulta completamente equivocado pensar que Elohim/Dios no puede cumplir esta función de perdonar, pues él puede restablecer la relación que había sido destruida. “Pero si un hombre peca contra Yahvé ¿quien podrá “mediar”, es decir, quién podrá “interceder por él” (Al=-lL,P;t.yI ymiÞ, quis intercedat pro eo)?”. Esto nos hace ver que la oración se interpreta como mediación que instituye la justicia y establece la comunicación del hombre con Dios, pero a partir de Dios. En esa línea hithpallel (lLeP;t.hi) significa que un hombre (el orante) se hace sanador de divisiones, de manera que él puede (él procura) sanarse a sí mismo, es decir, interceder por sí mismo (sibi pro se intercedere); cf., Job 19:16, !N<x;t.a,, sibi propitium facere, hacerse propicio a sí mismo, y Job 13:27, hQ<)x;t.Ti, sib insculpere, disculparse a sí mismo.

      12. Damim (~ymiîD") no significaba la sangre cuando fluye por las venas, sino cuando ella se derrama fuera del cuerpo, es decir, cuando ha sido violentamente derramada. (Como he mostrado en Genesis, pag 626, la literatura talmúdica no sabe interpretar esa diferencia).

      13. He traducido la palabra hy"ßr>qi por ciudadela (Burg) en vez de por ciudad, pues la ciudad que nació en torno a la ciudadela tomó de ella su nombre (apareciendo como burgo de la misma ciudadela), y las personas que vivían en torno a ella se llamaron “burgueses” (en el sentido de habitantes de la ciudadela). Jerusalén, que fue llamada también Sión, fue en sentido estricto una ciudadela más que una ciudad.

      14. En su H. Natural XXIV 16, Plinio afirma que el plumbum nigrum (plomo negro) se encuentra a veces solo, y a veces mezclado con plata: “ejus qui primus fluic in fornacibus liquor, stannum appellatur”. De esa forma se refiere al plomo separado de la escoria en el proceso de obtención de la plata pura. En forma de polvo, esta escoria se llama badil (lydIB') y sus trozos ~yIlydIB'. El hecho de que badil se utilice también en apariencia como un nombre para el estaño, se puede explicar por un proceso de homonimia, como en el caso del hierro y del bronce (Com. sobre Job 28:2), y de la encina y el terebinto. Estos dos metales reciben el mismo nombre a causa de que tienen cierta semejanza externa, por su suavidad, por el hecho de que pueden ser doblados y moldeados, y también por su color y por su gravedad específica.

      15. Sobre la derivación de la palabra êlim (~yliÞyae), en el sentido de hombres fuertes, carneros y terebintos/encinas, ha de decirse todavía una palabra. En los tres casos, la palabra puede escribirse con o sin yod (y). En el sentido de “carnero” sólo una vez aparece sin yod (en Job 42, 28). En el sentido de “dioses” se escribe siempre sin yod, y en el sentido de hombres fuertes siempre con yod. En singular, el nombre de terebinto es siempre hl'a;, sin yod; sin embargo, en plural se escribe con o sin yod. Por su parte, la palabra la;, sin yod aparece una vez, en Gen 14, 6. Allâh (Dios) y allōn (roble) brotan de la misma raíz, en hebreo y en árabe.

      16. Por la afirmación histórica de Jer 26, 18 sabemos que fue en los días de Ezequías cuando Miqueas proclamó la amenaza contenida en Miq 3, 12 (de la que la promesa de Miq 4, 1-4 y de Is 2, 2-4 forman una antítesis directa). Eso va aparentemente en contra de la idea de que Isaías la tomó prestada de Miqueas, pero ha de ser así, porque lo opuesto (que Miqueas la tomara de Isaías) es totalmente inadmisible, por razones que desarrollaremos más adelante. Por su parte, Ewald y Hitzig han llegado a la conclusión, independientemente uno del otro, de que tanto Miqueas como Isaías han tomado y repetido las palabras a partir de un tercer profeta más antiguo, probablemente de Joel. Y además, el pasaje en cuestión tiene en realidad mucho más en común con el libro de Joel, en cuyo contexto se entiende mejor la idea de fundir los arados y las podaderas (Joel 4, 10), además de otras vinculaciones de palabras.

      En esa línea podemos fijarnos en la fórmulas de Jl 4, 8: “Porque Yahvé lo ha dicho” (rBE)DI hw"ßhy> yKiî), que no se encuentra en Miqueas, mientras que es muy común en Isaías; de todas formas, en sí misma, esta es una prueba muy débil. Ciertamente, Hitzig mantiene que pasaje los escritos proféticos de Joel reciben su sentido más profundo y su terminación adecuada si contenían en principio este pasaje. Pero aunque el hecho de fundir las espadas y las lanzas convirtiéndolas en arados y podaderas, forma una buena antítesis (como dice Jl 4, 10), el hecho de que vengan grandes y poderosas naciones al Monte Sión, tras el juicio previo de extermino, parece un fenómeno demasiado abrupto y poco preparado en el texto de Joel. Por otro lado, no podemos admitir la fuerza de los argumentos aducidos ni por E. Meier (Joel, pag. 195) ni por Knobel y G. Baur (Amos, pag. 29) contra la autoría de Joel, pues se apoyan en una mala comprensión del significado de las profecías de Joel, que el primero (Meier) considera demasiado llenas de tormentas y guerras, el segundo (Baur) como exclusivistas y unilaterales para que Joel pueda ser tomado como autor del pasaje en cuestión.

      Por otra parte, estas palabras parecen originarias de Miqueas. En ese contexto, queremos llamar la atención sobre el hecho de que las promesas de Miqueas forman el reverso de las amenazas previas de juicio, de tal forma que podemos encontrar aquí un apoyo a favor de una presunción de su originalidad. En esa línea debemos añadir que el pasaje en cuestión (Is 2, 2-5) contiene muchos indicios del estilo de Miqueas (cf. arriba comentario a Is 1, 3), como podríamos esperar en un comentario de estos tres versos; además, como mostraremos en la conclusión de este ciclo de predicciones (Is 1-6), el hecho histórico citado en Jer 26, 18 debe ser interpretado de la manera más simple con la afirmación de que Isaías tomó prestadas estas palabras de una promesa de Miqueas (cf. Caspari, Micha, 444 ss).

      17. No se puede aceptar la traducción “ocultando”, es decir, practicando artes secretas, atribuyendo de un modo arbitrario el sentido de “cubrir” o tapar al verbo !n[, palabra que se supone emparentada con ![;n:K. (de la misma raíz). Por el contrario, esta palabra, ~ynIßn>[o viene de la raíz de !n"[', que significa nube. En esa línea, ~ynIßn>[o son los que realizan augurios observando las nubes (cf. Gen 9, 14), y también los que suscitan nubes. Según eso, los ~ynIßn>[o serían νεφοδιῶκται, tempestarii, es decir, provocadores de tormentas.

      18. Sobre el significado del nombre de esta región de !v")B', Basán, Basanitis, cf. Com a Job (en esta misma colección), en especial el apéndice que aparece en la traducción inglesa.

      19. Abulwali Parchon y otros tomaron esa palabra doble como un único sustantivo singular (tArßPerPoðx.l;), y pensaron que se trataba de un pájaro especial, de quizá un pájaro-carpintero, picoteador de frutos (tArßPe). Por el contrario, Kimchi afirma que rPoðx.l; era un infinitivo (como en Js 2, 2), relacionado con cavar pozos. Nadie pensó que ese término significaba “agujeros de topos” porque la palabra hr'Pe, ratón/topo, de origen árabe, no existía en hebreo. De todas formas, ella fue adoptado en un momento posterior en hebreo, a partir del árabe; de aquí deriva la palabra hr'Pu, que es hebreo-arábiga y que significa trampa para ratones.

      20. Conforme al sentido primario de todo el tema, que aparece lleno de dureza y de firme rigidez, el hifil de ~sq significa estrictamente dar seguridad, es decir, jurar, afirmando uno mismo por juramento la verdad de cierta cosa o haciendo que otra persona jure, afirmando así que hará o que no hará algo determinado.

      21. Como norma, el nombre de un pueblo (a no ser en el caso en que el pueblo se personifique como tyBeä, es decir, como casa) se utiliza sólo en femenino cuando ese nombre, propio de la tierra, se utiliza para hablar de la nación en sí (cf. Gesenius, Lehrbegriffe p. 469).)

      22. La Misná (Kelim XXIV, 13) menciona tres clases de ~ynIëydIS.: vestidos de noche, cortinas y velos. El !dnS (σινδόν) se aplica con frecuencia a la tela que cubre alrededor a una persona; en b. Menachoth 41a, se dice que el “sindon” es el vestido de verano y el salbal o capa es el vestido de