Rafael Jiménez Cataño

Razón y persona en la persuasión


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      Al hombre de la evidencia propia, el campeón del sentido crítico, del máximo rigor epistemológico, dan ganas de decirle que, después de todo, él es así por el contexto en que se formó, por factores, sí, complejos, y en los que no faltaron decisiones personales relevantes, pero que a fin de cuentas su rigor no se explica sin un contexto social.

      Cuidado, sin embargo, con pensar que un esfuerzo por apreciar la creencia consiste en resaltar su valor de conocimiento –“limitado, sí, pero conocimiento al fin y al cabo”–, una especie de visión optimista: algo es algo. De ninguna manera. Se trata de descubrir un elemento positivo único del que carece el conocimiento por evidencia propia: la relación entre las personas, más allá de la comunicación de contenidos cognoscitivos.

      El acto de confiar en otro posee una especificidad humana única y nos hace crecer como personas:

      4.2. Valor del testimonio

      4.3. Valor de la confianza

      El sentido crítico es humanamente vital y no se debe descuidar en la educación. No pertenece a ella como un contenido –al modo de civismo o geografía– sino como parte de su esencia. Lo que es deplorable es el criticismo hipertrofiado, del que tanto adolece la mentalidad moderna. Éste limita la libertad igual que la carencia de todo sentido crítico. Quien trabaja en el campo de la educación conoce lo lamentable de ambos extremos. “¡No lo afirmes sólo porque lo dije yo!”, se le insiste al alumno excesivamente sumiso; pero no está menos falto de libertad quien requiere de la exhortación contraria: “¡No deseches el dato sólo porque lo dijo otro!”.

      * * *

      Sobre estos recursos de relación con la verdad y con las personas, véase Franca D’Agostini, “Logica, erística ed educazione alla verità”, Eris, 2017, 2(1), pp 26-42 [en línea], disponible en <https://pdfs.semanticscholar.org/e9f3/b7632c745e87901404d61a1392bab31c5abc.pdf>, consultado el 17 de abril de 2020.

      1 Juan Pablo II, Fides et ratio, núm. 31.

      2 Juan 4, 42.

      3 Fides et ratio, núm. 32.

      4 Cfr. Retórica, I, 2, 1356a.

      5 Fides et ratio, núm. 33.

      6 Ibid., núm. 32.

      7 Ibidem.

      8 Como se expuso en los capítulos anteriores.

      9 Ibid., núm. 33.

      5. El valor crítico de la confianza*5