María Antonia López-Burgos del Barrio

Por tierras de Antequera


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muy mal antes de encontrar la salida.

      El siguiente texto fue escrito por Lord Blayney entre 1810 y 1814, mientras estuvo prisionero de las tropas francesas tras su intento de liberar Málaga de la ocupación napoleónica. Autor de la obra Narrative of a forced Journey through Spain and France as a Prisoner of War in the years 1810-1814, publicada en Londres en 1814, ofrece una detallada descripción de su viaje entre Málaga y Antequera.

      El siguiente viajero es Charles Rochfort Scott, militar que permaneció en Gibraltar entre 1822 y 1833. Durante este tiempo, realizó diversos viajes y recorrió gran parte de Andalucía, lo que quedó reflejado en su obra Excursions in the Mountains of Ronda and Granada, Londres 1838. Su descripción de la zona es de finales del otoño de 1833, cuando se dirigía a Madrid. Debido a un brote de cólera en Sevilla, tuvieron que realizar el viaje por Ronda con el objetivo de llegar hasta Córdoba a caballo y desde allí seguir en diligencia. Su relato está centrado en Teba, su origen, historia y detallada descripción de la zona. Pasaron por Cueva de Becerro, la venta de Virlán y el pueblo llamado Serrato, y continuaron camino por la venta del Ciego y el pueblo de Cañete la Real. No entraron a Campillos ya que estaba dentro de la zona afectada por la epidemia. Dice que debido a algún error está situado en los mapas españoles hacia el este de Teba, mientras que es casi norte y que es un pueblo bien cuidado, limpio y con “mil vecinos escasos”. Sintió no poder alojarse en la posada de Campillos, cuyos dueños eran antiguos conocidos. Ofrece el animado relato de cómo la primera vez que estuvo en el pueblo, mientras realizaba unas mediciones, la gente lo rodeó murmurando y cómo estuvieron a punto de denunciarlo en la posada por haber estado haciendo dibujos de la zona, aunque cuando supieron que no era francés, sino inglés, lo trataron con suma cortesía. Este viajero también describe la Fuente de Piedra, desde donde tomaron el camino que va a Puente Don Gonzalo.

      Samuel Edward Cook, escritor de temas sobre España, residió en la Península más de tres años entre 1829 y 1832. Es autor de Sketches in Spain During the Years 1829, 30, 31 and 32, obra publicada en Londres en 1834, que en su día fue el libro sobre España más completo escrito en lengua inglesa. En una ocasión viajó desde Córdoba, por Écija, a Granada. Durmió en Alameda, del que dice que es un pueblo grande situado a los pies de un cerro en una zona muy bien cultivada. Su siguiente parada fue en Loja. Este viajero no describe Antequera, si bien dice que la zona es montañosa y más interesante que la que atravesaron el día anterior; cruzaron por la rica Hoya de Archidona, que es una marga rojiza con una profundidad de hasta treinta pies en algunos lugares. Cook también ofrece una detallada semblanza del célebre bandolero José María ‘El Tempranillo’.

      En 1830, durante ocho meses, viajó por España Henry David Inglis. Fruto de este viaje es su obra Spain in 1830, publicada en Londres en 1831. Entre Málaga y Granada, Inglis nos ofrece una detallada descripción de una venta cerca de Colmenar de la que dice que puede tomarse como buen ejemplo de los alojamientos para viajeros en las provincias del sur de España.

      Durante el verano de 1836 viajó por España George T. Dennis. En 1839 publicó de forma anónima la obra A Summer in Andalucia en la que se hace un fiel retrato de la vida cotidiana andaluza, así como del carácter de sus gentes. De este libro he seleccionado tres textos: “Guardas del camino”, “Una venta solitaria cerca de Casarabonela” y “Paisaje entre Casarabonela y el Burgo”.

      Fruto de un viaje por el Mediterráneo entre 1840 y 1841, la condesa Elizabeth Mary Grosvenor publicó en Londres en 1842 la obra Narrative of a Yatch Voyage in the Mediterranean in the Years 1840-41. Desde Málaga realizaron un viaje hasta Granada, describiendo las provisiones para el viaje a su paso por Colmenar.

      Al verano siguiente volvió a Granada, siguió la ruta de Ronda y Antequera, cuya situación le parece muy bonita y donde ofrece una detallada descripción de Teba, Campillos y Antequera, así como un estudio sobre la Cueva de Menga y otros dólmenes de la zona. Se alojaron en la Posada de la Castaña y recomienda que la eviten futuros viajeros. Las habitaciones que parecían limpias estaban llenas de bichos y la comida le pareció aún peor que el alojamiento y, para colmo, no pudieron conseguir ni una gota de un vino que no fuese demasiado malo. Aunque dice que el viajero no encontrará grandes atractivos en Antequera en lo que a alojamiento y buena mesa se refiere, asegura que es un pueblo muy interesante para el que busque antigüedades y paisajes pintorescos. Al igual que Robert Dundas Murray, Lady Tenison comenta la caballeresca conducta y generosidad de Narváez, cantada en los versos de los más célebres poetas de la época. Describe la Iglesia de Santa María, situada en el interior del castillo que domina el pueblo. Como no había guía, fueron complicadas las gestiones que tuvieron que hacer para poder visitar un templo druida del que habían oído hablar y que había despertado su curiosidad. En cuanto al origen del nombre de la Peña de los Enamorados refiere la leyenda como la cuenta el Padre Mariana aunque dice que las gentes de