Lisbeth Marcher

Enciclopedia del cuerpo


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humanos no necesitan de verdad este nivel, pero en condiciones de gran tensión como guerras, desastres naturales y ataques físicos, nuestro organismo activa el afecto instintivo para ayudarnos a sobrevivir.

      Palabras que indican instintos son rabia, apareamiento, lujuria, angustia, calma y miedo, entre otras.

       Emociones (básicas)

      Se originan en el sistema límbico y las compartimos con los mamíferos que viven en grupos. Las emociones son una suerte de destrezas afectivas necesarias para sobrellevar las relaciones y la estructura social del grupo o la manada. Los estudios han demostrado que emociones específicas, enumeradas más adelante, están estrechamente relacionadas con niveles específicos de diversas hormonas y neurotransmisores en la sangre y los órganos. Por esa razón, las emociones se pueden detectar mediante análisis de sangre especiales, e incluso una nariz sensible puede detectar distintas emociones.

      El Sistema de la Dinámica Corporal distingue siete emociones básicas, las mismas que son abordadas en gran medida por los estudios y la teoría de la psicología en general: rabia, miedo, tristeza, alegría, deseo sensual/sexual, disgusto y vergüenza. Las emociones básicas presentan la ventaja de estar claramente definidas, por lo que una emoción básica no se puede confundir con nada más. Están muy claras cuando se manifiesta una sola, pero también pueden aparecer en combinaciones que llamamos emociones mixtas. Habiendo definido y diferenciado las emociones básicas, podemos detectar la extensión de cada una en una situación emocional compleja.

       Sentimientos

      En la Dinámica Corporal definimos los sentimientos como menos directos y más complicados que las emociones básicas. Los sentimientos surgen del procesamiento cognitivo de emociones básicas; este procesamiento asume la masa de emociones básicas y les añade elementos cognitivos como fantasía, imaginación, opinión, creencias, símbolos, justificaciones, negaciones, etc. Los sentimientos también pueden describir estados, por ejemplo, sentir uno que no vale nada, sentirse desilusionado.

      Palabras que indican sentimientos son frustrado, nervioso, provocado, reacio, preocupado, complacido, excitado, con un nudo en el estómago, con las rodillas que se doblan, atraído y tímido, entre otras. Todas estas expresiones cuentan una historia que va más allá del afecto en sí. Como los sentimientos son menos directos que las emociones, cuando intentamos describirlos a menudo sucede que las personas los perciben de manera diferente.

       5. Impulsos

      Definimos los impulsos como el inicio de una conducta de acción que surge espontáneamente en la interacción con otros. El impulso es una reacción a los estímulos que recibimos de nuestras sensaciones internas y emociones, y/o es una respuesta a partir del significado (percepción) que damos a la sensación externa. Frases que indican impulsos son «quiero estar más próximo», «quiero irme», «necesito», «deseo», «quiero», «tendré», «quiero ser bueno en esto» y «me gustaría…»

       6. Análisis

      Aquí la persona analiza la situación global en términos de causa y efecto. Las personas suelen considerar el análisis un procedimiento racional, pero eso aislaría la función cognitiva, lo que de hecho no es el caso en la vida real. Una gran parte del análisis ocurre a nivel de las entrañas porque nuestras sensaciones y emociones (nuestra inteligencia cinestésica y afectiva) son capaces de procesar información mucho más rápidamente que la mente.

      El análisis es necesario cuando hay impulsos en competencia que podrían impulsar a la persona a adoptar conductas inconsistentes o contradictorias. Lo que marca la diferencia en el análisis es que la persona da un paso atrás para distanciarse de la situación y observar las distintas opciones, y obtener una visión de conjunto de distintas consecuencias. Frases que revelan el análisis son «cuando esto suceda, entonces ¿qué?» y «¿cuáles serían las consecuencias?»

       7. Elección

      De forma consciente, preconsciente o inconsciente tomamos posiciones respecto a las posibles acciones indicadas en el análisis, y entonces escogemos activamente nuestra opción preferida mientras también excluimos otras elecciones en el presente. Frases como «prefiero esto», «no quiero eso, sino esto», así como «dame eso», «es buena idea hacer esto» y «no quiero hacer eso» son manifestaciones de elecciones, aunque algunas no sean ejemplo de elecciones tajantes.

       8. Acción

      Acción es el resultado de un largo proceso que la ha precedido. La otra persona (objeto) hizo o dijo algo, y el sujeto ahora responde a ello. La interacción será verbal o no verbal. Después de ser hecha una elección, tiene que seguir la acción; de lo contrario, no sucede nada.

      Otra posibilidad de acción es la inacción. A menudo sucede que al elegir el no actuar o no expresar algo, el sujeto está de hecho adoptando una decisión clara que se puede considerar su elección de un curso alternativo de acción.

       Integración

      Necesitamos visualizar que el encéfalo percibe todos estos elementos como un patrón de totalidad y que al hacerlo está creando una estructura: la codificación. En situaciones que implican la interacción humana, todos estos elementos son activos en la interacción con otros, y son más o menos activos en todas las personas implicadas en la interacción.

      Dos ejemplos ilustran el uso del modelo de codificación y los conceptos de código abierto y código cerrado.

       Ejemplo 1: María

      Es éste un ejemplo de la vida diaria, del que Lisbeth Marcher fue testigo.

      Lisbeth visita a unos amigos. Lisbeth y su madre están sentadas en la cocina, que tiene puertas que dan al salón y al recibidor, y entre el recibidor y el salón. Esta disposición permite a la hija, María, correr por la casa, su diversión favorita por ahora. Tiene tres años y acaba de aprender a dar la vuelta a las esquinas. Su padre juega a pillarla y toda la actividad se desarrolla con gran energía. María ríe: no quiere que la atrapen y muestra mucha alegría. La habitación está llena de alegría y luz. Todo esto es parte del contexto para lo que viene.

      De repente, María resbala, cae y se hace daño. Los padres la consuelan sin exageraciones, le besan la pierna para que se le ponga buena y le aplican una tirita en un pequeño rasponazo. Entonces el padre le enseña por qué se ha caído. Descubren que ha resbalado en un poco de agua derramada en el suelo. Cogida de la mano de su padre que la sostiene, María intenta descubrir cómo se resbala. Juntos secan el agua, María se asegura de que ha desaparecido el peligro de resbalar y comienza de nuevo el juego.

      Muchos elementos del modelo de codificación se activan en este ejemplo: nos centraremos en la codificación que ocurrió en la primera parte del juego. María corre. Ya ha corrido con anterioridad y su carrera es una situación de codificación Abierta, ya que permite a María explorar activamente y pasar a un nuevo nivel de aprendizaje. De ese modo, la codificación abierta se refuerza. María corre ahora más rápido, más cerca de las esquinas, y su padre corre tras ella. Ha hecho muchos progresos respecto a unos días atrás, cuando necesitaba que su padre la cogiera de la mano para sentir seguridad mientras corría. Todo esto significa que su corteza cerebral sigue recibiendo y procesando nuevos códigos abiertos: la atmósfera relajada y alegre entre los presentes, con todos interesados por ella, y su dominio al correr alrededor de las esquinas.

      En este contexto María está practicando con la función del Yo llamada equilibrio social y sus subfunciones b) grado de recuperación de la compostura/desprendimiento; c) mantenimiento de la cara anterior de la fachada; d) equilibrio del sentido de la propia identidad siendo miembro de un grupo, y e) equilibrio para gestionar el estrés y resolverlo. La situación le permite probar y tener éxito corriendo más cerca de las esquinas, dominar la función del Yo llamada equilibrio social y de este modo desarrollar un nuevo código abierto.