empresarial de Argentina: empresas familiares, grupos económicos y multinacionales extranjeras en Argentina, 1875-2010
Norma Lanciotti
Conicet / Universidad Nacional de Rosario, Argentina
Introducción
Durante la primera economía global (1880-1930) se expandió la transferencia de capital desde los países industrializados hacia la periferia europea y americana. Argentina inició entonces una fase de crecimiento económico basada en la exportación agropecuaria y en la importación de productos manufacturados desde los países centrales industrializados, especialmente del norte europeo. Más que ningún otro, este país latinoamericano atrajo el ingreso de capital británico en infraestructura, servicios comerciales y financieros vinculados a la exportación de materias primas de origen agropecuario.2 Desde entonces, las empresas extranjeras ocuparon un lugar central en la estructura económica y empresarial del país. Tanto la inversión extranjera en infraestructura ferroviaria como la inmigración masiva proveniente de Europa se localizaron en la pampa fértil que se convirtió en la región más dinámica de la economía argentina.
Este tipo de inserción en el mercado mundial impactó en la estructura empresarial argentina en el largo plazo. En los períodos de globalización las empresas líderes fueron aquellas asociadas a la producción y exportación de materias primas con destino a los mercados desarrollados o en vías de desarrollo. Pero también se crearon numerosas empresas nacionales -muchas de ellas fundadas por inmigrantes de primera y segunda generación- que elaboraban bienes de consumo para atender la demanda urbana y que se expandieron después de la crisis de 1930, al calor de la sustitución de importaciones y de la industrialización dirigida por el Estado (1930-1974).
¿Cómo se organizaron las empresas de capital nacional y qué relación tuvieron con las empresas extranjeras que controlaban los sectores clave de la economía? ¿Cuál fue el impacto de las políticas públicas en la estructura empresarial del país? ¿Qué papel tuvieron el mercado interno y la evolución de las exportaciones en el desempeño de estas empresas? ¿Cuáles fueron los límites para la conformación de un empresariado nacional involucrado con el desarrollo económico del país? En este capítulo indagaremos en las posibles respuestas a estos interrogantes.
En el caso argentino, la mayor diversificación de las exportaciones en comparación con otros países latinoamericanos y la consolidación de un mercado interno dinámico, producto del impacto de la inmigración europea en el área pampeana, pueden explicar el surgimiento de los grupos económicos de capital nacional. Estos grupos diversificaron sus inversiones desde la actividad comercial y financiera hacia la industria.3 A lo largo de la historia, la expansión de los grupos económicos no desafió el rol dominante de las empresas extranjeras en la economía argentina: los grupos extranjeros fueron mayoritarios en la cúpula empresarial durante todo el período analizado y controlaron siempre las actividades más dinámicas y rentables de la economía. Además, en las fases de globalización, la inserción extranjera en las actividades de exportación ha implicado su control estratégico sobre las divisas del país. ¿Será éste un factor limitante de las políticas públicas orientadas a promover la diversificación de la estructura productiva argentina?
En el primer apartado se detallan las condiciones que prefiguran la trama empresarial argentina a partir de su ingreso al mercado mundial, caracterizada por el rol dominante de las empresas extranjeras y de los grupos económicos locales de formación reciente. El fortalecimiento del mercado interno y de las empresas industriales desde la década de 1930 se analizan en el segundo apartado. En el tercer apartado se identifica la conformación de una nueva trama de conglomerados extranjeros y grupos económicos nacionales principalmente asociados a la agroindustria con destino a la exportación en condiciones de apertura económica e inestabilidad financiera a nivel global.
1.1 La primera economía global, 1875-1930: la creación de una trama empresarial asociada a la exportación agropecuaria
La expansión económica argentina durante la primera economía global se ilustra en el incremento del producto nacional bruto (PNB) per cápita, cercano al 4% promedio. El sector agropecuario contribuía con el mayor aporte al PNB. Sin embargo, en ese período el producto industrial creció más que el agrario hasta alcanzar una participación del 20% del PNB en 1930. La expansión de la frontera, la puesta en mercado de nuevas tierras y la producción ganadera para exportación que comenzó a mediados del siglo XIX, habían sido interrumpidas por la crisis de los años 1870. Una década después se reanudó el crecimiento con base en la producción agraria de lanas, carnes y cereales. Los gobiernos que se sucedieron entonces compartieron la visión liberal y cosmopolita sobre la cual se sentaron las bases de la especialización agropecuaria, fundamentada en la teoría ricardiana de las ventajas comparativas.4 ¿Qué tipo de empresas prosperaron en este contexto?
Las empresas y grupos económicos locales de mayor trayectoria se especializaron en la elaboración y comercialización de materias primas de origen agropecuario -trigo, leche, carnes- y también participaron en la provisión de servicios asociados a la exportación de dichos productos -seguros, finanzas, transporte- aunque en un lugar subsidiario con respecto a las compañías extranjeras. La mayoría de las empresas se instalaron en el área costera litoral del Río de la Plata-Paraná. Por fuera de dicha área la producción azucarera y la industria vitivinícola en las provincias de Tucumán y Mendoza crecieron a la par del auge exportador, abasteciendo a los mercados de Buenos Aires, Rosario y al conjunto de la región pampeana.
La producción agropecuaria de cereales y carne estuvo a cargo de empresarios locales de distinta dimensión: terratenientes ganaderos de familias tradicionales como los Senillosa, los Luro o los Unzué, y pequeños y medianos productores agrícolas de origen inmigrante localizados en las colonias santafesinas, pero también en la provincia de Buenos Aires (Hora, 2002; Sesto, 2005; Martirén, 2016). Los primeros invirtieron en el refinamiento del vacuno, dando origen a la especialización ganadera acompañada de un aumento de la productividad durante el último cuarto del siglo diecinueve. Los segundos se diversificaron e invirtieron en maquinaria agrícola e insumos por la vía del crédito informal de comerciantes y de fabricantes.
Las mayores empresas de capital nacional eran los establecimientos agropecuarios y las empresas azucareras del norte argentino como la Compañía Azucarera, la Refinería Ledesma y San Martín de Tabacal, entre otras. En términos de capital también hay que mencionar los bancos argentinos. Gran parte de las operaciones comerciales se concentraron en la denominada banca étnica, que agrupaba a comerciantes de origen migratorio, como el Banco Español del Río de la Plata o el Banco de Italia y Río de la Plata (Barbero y Lluch, 2015; Moyano, 2015).
En el universo de medianas y pequeñas empresas confluyeron las firmas agroindustriales: vitivinícolas, molineras, lácteas y aceiteras. Organizadas como empresas familiares, fueron fundadas por inmigrantes italianos, españoles y suizos. Aunque se crearon para cubrir la demanda del mercado interno, estas firmas aprovecharon las coyunturas favorables para expandir sus exportaciones a los países vecinos desde la primera posguerra. Las empresas lácteas y molineras contaban además con exenciones impositivas para la fabricación de productos derivados del sector agropecuario. La elaboración de alimentos, bebidas y tabaco en las ciudades también estuvo a cargo de empresas familiares, en su mayoría fundadas por inmigrantes. Terrabusi, Bagley, Canale, Bieckert y Piccardo lideraron la producción de galletitas, cerveza y tabaco durante todo el siglo hasta que fueron adquiridas por multinacionales extranjeras (MNEs) a fines del siglo XX.
Entre las industrias urbanas prosperaron además empresas de las ramas textil y del cuero, industrias gráficas y del papel, como la Fábrica Argentina de Alpargatas, Grimoldi, Kraft, Peuser y la Compañía General de Fósforos. Las empresas textiles, gráficas y los pequeños talleres metalúrgicos, como Vasena y La Cantábrica, solían complementar la producción con la importación de bienes similares, pero de mayor calidad (Barbero, 2000; Belini, 2010; Rocchi, 1994).
Por otra parte, la industria frigorífica y la elaboración del tanino para la industria textil con destino a la exportación fueron actividades mayormente controladas por empresas extranjeras. Las empresas frigoríficas de capitales argentinos y británicos como Sansinena, The River