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Historia empresarial en América Latina: temas, debates y problemas


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de la deuda de los países latinoamericanos en los años 1980 afectó al país, cuyo déficit en la balanza comercial y de pagos -resultante de la caída de los precios de los bienes exportables y el incremento de la salida de capital para el pago de intereses de la deuda- generó las condiciones para la profundización de la política neoliberal en la década de 1990, caracterizada por la desregulación y privatización de sectores estratégicos y servicios públicos.

      1.3.1 ¿Qué cambios produjo la nueva globalización en la estructura empresarial del país?

      La entrada de multinacionales reforzó los rasgos regresivos de la estructura productiva basada en el aprovechamiento de las ventajas comparativas derivadas de los recursos naturales con escaso grado de elaboración y de eslabonamientos. Así, las empresas agroindustriales exportadoras escalaron a los primeros puestos de la cúpula empresarial. A la cúpula ascendieron también las firmas extranjeras orientadas a una demanda cautiva, como los servicios públicos privatizados y las empresas dedicadas a la elaboración y comercialización de bienes y servicios para los sectores de mayor poder adquisitivo de la población (Azpiazu y Schorr, 2003).

      El mejor ejemplo de lo anterior lo constituyen las empresas aceiteras. En 1971 existían dos empresas de capital extranjero operando en la industria aceitera: la refinería Swift Armour y la planta de Indo S.A. del grupo suizo André. Durante la década siguiente la capacidad instalada total de la industria aceitera se expandió rápidamente a la par que se redujo el número de firmas. Este proceso de concentración económica se debió al cierre de empresas familiares y la venta de plantas a multinacionales extranjeras -Cargill y Dreyfus- y a grandes grupos locales -Aceitera General Deheza (AGD) y Vicentín- especializados en la producción de aceite y derivados de la soja (Pérez Barreda et al., 2018; Lanciotti et al., 2013).

      La orientación exportadora que tuvo la industrialización de la soja desde el comienzo explica la expansión de empresas multiplantas con mayor capacidad productiva por planta y la relocalización de las plantas en el tramo Puerto San Martín-Villa Constitución de la hidrovía Paraguay-Paraná (Gutman y Feldman, 1989). La privatización de las áreas portuarias en los años 1990 habilitó la construcción de terminales portuarias y plantas adyacentes por parte de las empresas extranjeras que lideraban y aún lideran el sector a nivel global. La concentración se consolidó después del 2003, cuando llegó la última oleada de inversiones de las multinacionales extranjeras -Bunge, Cargill y Dreyfus- y de los grupos económicos locales -Vicentín, Molinos Río de la Plata y AGD-.

      La estrategia de las multinacionales oleaginosas consistió en consolidar las ventajas de escala en la producción a partir de la integración vertical del procesamiento industrial con las etapas de transporte terrestre, marítimo y fluvial, acopio y almacenamiento, infraestructuras comerciales y financieras (Gutman y Gorenstein, 2005). En la actualidad, seis grupos económicos -cuatro extranjeros y dos nacionales- y dos empresas controlan las 24 plantas.

      1.3.2 ¿Qué tipo de empresas se beneficiaron de la apertura económica durante la nueva globalización?

      ¿Qué estrategias de expansión siguieron estas empresas?

      En el siglo XXI, los grupos económicos y los conglomerados de empresas se convirtieron en las formas organizativas predominantes. A las multinacionales estadounidenses y europeas ya insertas en sectores tradicionales como la explotación de hidrocarburos, granos y aceites, la producción automotriz y las industrias química y farmacéutica, se sumaron grupos provenientes de nuevos países en desarrollo. Las empresas procedentes de países latinoamericanos -Chile, Brasil y México- y asiáticos -China- aumentaron su participación en el mercado argentino tanto en número como en ventas. Las empresas chinas se centraron en la explotación de recursos naturales -petróleo, aceites y oleaginosas- mientras que las latinoamericanas desarrollaron, sobre todo, la producción de alimentos y bebidas, el comercio y los servicios (García Zanotti, 2018).

      Favorecidos por la caída del valor de los activos luego de la crisis de 2001, los grandes grupos económicos extranjeros siguieron tres tipos de estrategias para la adquisición de empresas argentinas. Estas estrategias fueron: a) de concentración, cuando compraron empresas de la misma actividad; b) de integración horizontal o vertical, cuando las inversiones se dirigieron a proveer un producto similar en distintos mercados o a distintos segmentos de la cadena productiva, respectivamente; c) de conglomerado, cuando la inversión se diversificó en diferentes rubros (García Zanotti, 2018).

      Las empresas de servicios públicos y particularmente las empresas de telefonía -Telefónica y Telecom- que adquirieron la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) incorporaron la telefonía celular -Movistar, Personal- y se expandieron al sector de medios de comunicación mediante la compra de canales de aire y la creación de empresas de televisión por cable y servicios de internet -Cablevisión, Arnet-. Crearon así grandes conglomerados de telefonía y comunicación que operan en condiciones oligopólicas.

      En el sector de la comercialización masiva de productos se consolidaron dos grupos de origen francés y chileno por la vía de estrategias de concentración y de integración horizontal. Carrefour y Cencosud/Paulmann dominan el comercio de alimentos, vestimenta y artículos del hogar como resultado de la compra de supermercados de capital nacional -Norte, Dia, Disco- y de la construcción y gestión de grandes centros comerciales -Unicenter, Portal Rosario-.

      En el sector alimenticio, las adquisiciones estuvieron orientadas por estrategias de integración vertical y concentración. La francesa Danone ingresó a la Argentina en 1994 con la adquisición de Bagley, luego compró empresas de aguas envasadas -Villavicencio y Villa del Sur- y lácteas -Mastellone, Longchamps y Cindor-. Por su parte, Kraft Foods -grupo Mondelez Internacional- adquirió Suchard y Cadbury, Alimentos Especiales y Nabisco -Terrabusi, Canale, Mayco-Carpi-.

      En la producción y comercialización de granos, oleaginosas y aceites ingresaron nuevas corporaciones extranjeras como Cofco y Glencore. Cofco -una empresa estatal china- adquirió las empresas comercializadoras de granos y aceites Nidera y Noble y se convirtió en el mayor exportador de Argentina mediante una estrategia de concentración. Por su parte, Glencore comenzó adquiriendo empresas aceiteras para luego ingresar en la producción de biodiesel, minería e industria química, siguiendo una estrategia de conglomerado.

      Conclusiones

      Una caracterización general del perfil y las estrategias de las empresas en Argentina en el largo plazo revela que las empresas extranjeras y los grupos económicos mantuvieron un rol protagónico en cada una de las fases del ciclo económico, tanto en períodos de apertura económica como en las distintas fases de la etapa de industrialización sustitutiva. Los principales grupos económicos argentinos creados durante la primera economía global tuvieron una posición dominante en actividades agropecuarias, comerciales e industriales hasta 1970. En términos de longevidad y de rentabilidad, la trayectoria de dichos grupos puede considerarse exitosa. Las utilidades variaron según las actividades de cada empresa, de modo que las firmas más rentables compensaban los dividendos de aquellas menos rentables. Los negocios agropecuarios, inmobiliarios, financieros e hipotecarios fueron los más rentables. En contraste, las empresas industriales de los grupos tuvieron un desempeño más accidentado. La estrategia de diversificación de estos grupos se dirigió a aprovechar nuevas oportunidades