traerme una comida caliente. A través de su Espíritu, Dios motiva a los miembros a ministrarse unos a otros.
Descentralizando el cuidado pastoral. Históricamente, el cuidado pastoral ha sido asignado al clero, cuando por derecho le pertenece a toda la iglesia. Dentro del llamado a la descentralización del ministerio se encuentra la descentralización del cuidado pastoral. Muchos tipos de anclaje emocional y de personas dotadas para mostrar misericordia, ayudar, dar y exhortar o animar pueden ser desarrollados dentro de la iglesia como ministros efectivos.
Efesios 4:16 señala que la iglesia alcanza su punto más alto cuando cada miembro está haciendo su parte. Como la iglesia discipuladora descentraliza el ministerio pastoral, esta permite a los miembros ministrar y de hecho, pueden hacerlo mejor que el clero.
“Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad.”
Hechos 4:32-34
Estos versículos muestran el obvio beneficio de la descentralización en la iglesia del primer siglo. Debido a que las necesidades de la gente habían sido satisfechas, un poderoso ministerio fue posible.
Cuidado pastoral es discipular. Tal declaración puede parecer escandalosa, pero no estoy afirmando que el cuidado pastoral es todo lo que hay para discipular; cualquier enfoque adicional a entrenar habilidades ministeriales o de evangelismo, sólo llena esa necesidad, pero cuando ponemos juntos el desarrollo de liderazgo, el entrenamiento y el evangelismo, tenemos discipulado.
El cuidado pastoral proporciona un fundamento de vida en la comunidad de Cristo que hace posible el entrenamiento y el evangelismo (1 Tesalonicenses 2:7-12). Quienes no han sido cuidados tienden a volverse antagonistas y proyectan sus heridas sobre el liderazgo. Como resultado, una relación de adversarios se desarrolla entre los líderes de la iglesia y la congregación. Por otra parte, cuando los líderes crean un ambiente amable y de aceptación, la gente puede abandonar voluntariamente muchas diferencias menores y trabajar juntos.
El cuidado pastoral es parte de desarrollar personas hacia la madurez en Cristo, así que debemos considerarlo como discipulado. La gente tiene ventanas especiales de oportunidad en sus vidas cuando se abren a Dios más de lo normal. Durante esos períodos transicionales o de crisis, si la comunidad de Cristo se encuentra en ellos, la gente misma se abrirá a Él. Cuando alguien se siente amado, bajará sus defensas y permitirá que la Palabra de Dios y otras personas entren a sus vidas.
Entrenamiento pastoral. Si usted desea descentralizar el cuidado pastoral en la iglesia, no lo podrá hacer sin entrenamiento. Esto requerirá varias etapas:
1. La gente debe saber que ellos son ministros y que tienen contribuciones por hacer. Hasta que ellos sientan esta confianza, no serán capaces de actuar.
2. Los cristianos necesitan descubrir y desarrollar sus dones específicos.
3. Ellos necesitan poder experimentar con sus dones en su área de interés.
4. Una y otra vez, ellos necesitan tener esa oportunidad y ser respaldados en ello. Frente al fracaso, ellos necesitan tener la oportunidad de intentarlo de nuevo, en una nueva manera, para descubrir cuál fue el error y cómo puede ser corregido. En procura del éxito, ellos necesitan tener la oportunidad de intentar nuevas cosas.
5. Los miembros con dones pastorales necesitan reclutar gente para reclutar y enseñar a otros, para multiplicar sus esfuerzos.
Con este concepto de cinco puntos, una iglesia puede dar un discipulado que obre dentro de la congregación y gane al mundo con el evangelio. Como resultado, la gente es mejor cuidada y los miembros del cuerpo encuentran satisfacción al ejercitar sus dones.
Nuestro modelo para el proceso de discipulado está basado en las experiencias de la iglesia del primer siglo. Cómo desarrollaron ellos un programa de discipulado en multinivel como este? Veamos cómo empezó el discipulado en la primera iglesia, en Jerusalén.
Reflexión
Qué significa hacer discípulos? Responder la pregunta requiere un ejercicio con claridad. El estado de las cosas desde 1990 hasta 2010 no ha cambiado mucho respecto a la salud del corazón de la iglesia norteamericana. Después de todo, veinte años no es más que un bache en la historia de la experiencia norteamericana. En la década de los 90’s se estimaba que la asistencia alcanzaba el 43% de la población. Parece innegable que más personas asistían a la iglesia en aquellos días. Sin embargo, esa información ahora ha sido cuestionada por David T. Olson en su excelente obra, La Iglesia Americana en Crisis. Olson presenta una descripción más detallada y precisa en su libro. Su investigación demuestra que en el 2005 alrededor del 17,5% de los americanos asistían a una iglesia: 9,1% evangélicos, 3% protestantes y 5,3% católicos.3 Se podría decir con confianza que la asistencia a la iglesia está decreciendo y si la tendencia continúa, la iglesia en América lucirá más como en Europa que como en África o Asia, donde la asistencia a la iglesia está creciendo.
Un decrecimiento en la asistencia de la iglesia puede que no nos diga todo lo que necesitamos saber. La asistencia a la iglesia podría estar creciendo, pero al mismo tiempo, su capacidad de transformar a la gente y a la sociedad podría estar disminuyendo. Un compromiso de hacer discípulos no asegura el crecimiento de la iglesia, al menos de la manera que se anuncia. Hay otras razones por las que las organizaciones religiosas crecen o decrecen; todas, desde malas condiciones económicas que conducen a grandes cantidades de personas de una comunidad a un cambio pastoral que no haga lo mismo. En ambos casos, la iglesia puede estar muy enfocada en todas las cosas correctas y de hecho, puede estar practicándolas. La teología correcta y las prácticas correctas no salvan a la iglesia de condiciones económicas de pobreza o de un ajuste equivocado, incluso si el pastor tiene un espíritu correcto.
Podría decirse también que el crecimiento numérico de la iglesia creado por un exitoso mercadeo, una comunidad en crecimiento o un líder pastoral cautivante, están altamente sobrevalorados. Lo que realmente importa es la calidad de vida espiritual de los miembros de la iglesia y el efecto de la enseñanza de la iglesia en su vida diaria.
Es fácil para la gente llevar una singular vida religiosa; muchas personas pueden mantener un comportamiento aceptable por cortos períodos de tiempo, cuando se reúnen para adorar o participar en un estudio bíblico. La verdadera prueba es la reputación que ellos tienen en sus familias, en sus lugares de trabajo y en su vecindario. Los compañeros de trabajo y los vecinos son los más confiables jueces de la validez de un cristiano. Estén siempre alertas de un cristiano cuyos familiares se disculpan con demasiada frecuencia por su mal comportamiento. Esto es lo que normalmente se llama encubrir su doble vida.
Después de todos estos años, yo continúo buscando la respuesta a la pregunta: “Qué clase de gente estamos produciendo?” Un escritor ha afirmado que estamos alcanzando los resultados exactos que nuestras prioridades organizacionales han diseñado que se produzcan. Yo creo que lo que él quiere decir es que nuestro evangelio no exige mucho para entrar y permanecer en la fe y que por tanto, producimos miembros superficiales. En otras palabras, respecto a la cultura, la iglesia tiene la capacidad de penetración de una gelatina: sólo golpeamos el recipiente, la dejamos caer, la despedazamos y la mezclamos. Así mismo, la superficialidad genera miembros religiosos, La religión está presente para salvar nuestro pellejo, revelar nuestra culpa y gritar en tiempos de angustia. Esta es la razón por la que la gente deja de ir a la iglesia. No es desafiante ni crítica para la vida misma ni parece estar yendo para alguna parte. Hay muchas felices excepciones, pero la tendencia continúa cada vez más en descenso.
Cómo cambiaría esta tendencia un enfoque en ser y hacer discípulos, o son las fuerzas de la cultura demasiado poderosas? La iglesia es una isla de lógica tradicional y absolutos rodeados por un mar de relatividad, donde la verdad se ha vuelto una construcción social. Lo que es diferente de los siglos anteriores es que la verdad ha colapsado como una categoría; no tiene un apoyo público. Lo que es igual es que muchas religiones ahora están mezcladas en una misma ciudad o región. La globalización