a la gente para llegar a ser el corazón de la iglesia.
La Necesidad de un Nuevo Modelo
Dado que el modelo cristocéntrico no satisface las necesidades de la iglesia, no podemos concluir que los miembros de la iglesia no necesitan tomar parte en el discipulado. El fracaso en la contextualización de lo que significa hacer discípulos en nuestra sociedad y nuestro tiempo ha conducido a la iglesia débil y desobediente de hoy. El discipulado debería permanecer en el corazón de la iglesia, pero necesita un enfoque multidimensional, uno con aplicaciones más amplias que la iglesia acepta por lo general.
Donde nosotros hemos fracasado, los apóstoles actuaron exitosamente: ellos tomaron el modelo de discipulado cristocéntrico paraeclesial y adaptaron sus principios para la iglesia. Nosotros podemos seguir esa transición pasando a través de la primera iglesia, la iglesia misionera y la iglesia discipuladora. Por el tiempo en que Pablo dejó Éfeso, él había forjado el modelo eclesiocéntrico, lo cual hizo de la iglesia discipuladora una realidad.
Qué es el Modelo Eclesiocéntrico?
En el discipulado eclesiocéntrico, existe un equipo de trabajo entre el cuerpo de Cristo. El evangelismo tiene lugar a través de los diferentes dones de toda la iglesia y no sólo de una pequeña porción de la congregación. Aunque algunas personas son fuertes en la oratoria, otras juegan un papel de apoyo, pero todas obran juntas en pos de un objetivo común. Por ejemplo, el cuidado pastoral juega un papel vital en atraer a la gente a la iglesia y afirmarlos en Cristo. A menos que haya una comunidad amorosa y cariñosa que ayude a los bebés recién nacidos y sane a los heridos, la gente no vendrá a Cristo ni permanecerá lo suficiente para ser entrenada. El amor dentro de la comunidad de Cristo es la más poderosa de todas las herramientas evangelísticas de la iglesia.
El modelo eclesiocéntrico reconoce la riqueza en diversidad y talentos del cuerpo de Cristo y la manera en que obran juntos como un equipo para crear un ambiente de discipulado. Cuando los estrechos pasillos del modelo cristocéntrico son derribados y reemplazados por los grandes salones del modelo eclesiocéntrico, muchos de los que han rechazado el discipulado como la prioridad para una iglesia viable, querrán darle una segunda mirada.
El Discipulado y el Modelo Eclesiocéntrico
Para definir el discipulado, yo he propuesto quitar las barreras y abrir las puertas ampliamente, conservando el distintivo del discipulado. Por lo tanto, he desarrollado esta definición: el discipulado es el entrenamiento intencional de discípulos, con seguimiento y sobre la base de relaciones cariñosas.
Observe los componentes de esta definición:
Intencional. Al igual que Jesús, debemos tener una estrategia planeada. Jesús sabía qué clase de personas estaba formando y su propósito para ellos. El equipo de liderazgo de una iglesia discipuladora tiene un propósito definido y ha pensado en cómo hacer discípulos. El liderazgo debe definir lo que significa ser un discípulo, desarrollar un método para hacer discípulos y dar el ejemplo ante la congregación de lo que es un discípulo y cómo hacer un discípulo. Transmitir la visión y el conocimiento de cómo hacerlo es importante.
Entrenamiento. Discipular significa más que desarrollar habilidades, aunque debe incluir eso también. El entrenamiento implica un curso prescrito de estudio y un proceso al que la gente se someta para alcanzar ciertas metas. Los pequeños grupos y otros medios pueden proveer un camino en el que la gente pueda hacer progresos. Cada persona en la congregación debería recibir una invitación para aprender acera de las Escrituras, descubrir sus dones y usarlos en su servicio a Cristo.
Con rendición de cuentas: Dado que la gente necesita ayuda para mantener sus compromisos con Dios, la iglesia debería proveer una variedad de medios para que la gente rinda cuentas. De hecho, sin este elemento no se puede hacer discípulos. Se pueden hacer una serie de acuerdos dentro del programa de discipulado de la iglesia y deberían proporcionarse medios tanto formales como informales de rendición de cuentas, todos desde el sistema de compañerismo hasta los pactos relacionales.
Sobre la base de relaciones amorosas. Todo ministerio exitoso está basado en relaciones. La iglesia discipuladora debe hacer de la edificación de la comunidad una muy alta prioridad, y todo el grupo principal de la iglesia debe animar a la gente a compartir sus necesidades. Un ambiente amoroso y de apoyo edifica la equidad emocional que actúa como un cojín cuando el ministerio enfrente golpes y turbulencias. Esta ancla emocional necesita ser liberada para formar la base relacional de la iglesia.
Para mantener un discipulado efectivo, recuerde que el discipulado no es un evento, sino un proceso. Ningún sistema puede hacer un discípulo, porque el discipulado requiere que la voluntad de una persona sea activada por el Espíritu Santo. La iglesia tiene la responsabilidad de proporcionar la clara visión y los medios que traigan a los cristianos a un discipulado maduro. El crecimiento y la rendición de cuentas deben ser parte de la vida de cada cristiano, por todo el resto de su existencia; la necesidad de ambos no termina hasta que uno sea transferido al cielo.
La clave para el discipulado eclesiocéntrico es trabajar en equipo en un ambiente amoroso que mantiene los distintivos de la misión, la rendición de cuentas y que forma en habilidades ministeriales. La verdadera evidencia de éxito será la producción constante de discípulos que se reproducen y de líderes que se convierten en multiplicadores.
Usando Efectivamente el Modelo Eclesiocéntrico en la Iglesia
La disertación doctoral de Bonhoeffer, “Una Comunidad Santa”, fue considerada por Karl Barth un milagro teológico. Su idea central fue que Cristo está presente en el mundo a través de su iglesia. La existencia de Cristo como comunidad a través de los miembros es un concepto revolucionario. Es absolutamente aterrador darse cuenta de que Dios piensa así de muchos de nosotros que daría esta vital misión a su pueblo. Esto está en el centro del modelo eclesiocéntrico, el cual llama a una descentralización del poder y del proceso.1
Cinco importantes cambios serán necesarios para cualquier iglesia que desee pasarse del modelo cristocéntrico al eclesiocéntrico. Enfocado en estos cambios, un grupo de liderazgo puede empezar a formar un grupo de discipulado efectivo.
1. En Liderazgo: Pasar del Modelo donde Cristo Lidera a los Apóstoles al de Líderes Nombrados que Dirigen una Congregación.
Si Jesús hubiera enfrentado a los miles en Pentecostés, cómo los habría organizado? Cuando llegó el momento de expandir el ministerio más allá de Jerusalén, cómo habría llevado a cabo Jesús la misión? Sin duda, para cumplir estas tareas, Él habría hecho algunos cambios en la manera en que trabajaba. Si Él hubiera tenido tres mil discípulos bautizados, estoy convencido que Jesús habría hecho exactamente lo mismo que hicieron los apóstoles. Él habría expandido el ministerio a los gentiles de la misma manera que Pablo lo hizo. Pero en tanto Jesús permaneciera, los discípulos no podrían desarrollarse plenamente y la gente se habría resistido a su autoridad mientras ellos tuvieran a Jesús para consultarle.
La partida de Jesús da origen a la pregunta: Quién estaba a cargo aquí? Mientras Él estuvo en la tierra, los discípulos discutieron sobre quién se quedaría con los mejores palcos celestiales y quién era el más grande, pero ninguno de los evangelios registra su pregunta sobre quién estaba a cargo. Después de su ascensión, cuando los apóstoles se encontraban en una habitación mal ventilada con otros 110, con una decisión que necesitaba ser tomada, ellos se miraron entre sí y empezaron a hablar. Ellos pasaron de una autoridad basada en una persona a una autoridad compartida.
Cristo es la cabeza del cuerpo, pero qué hacemos nosotros ahora? Pablo escribió que Cristo es la cabeza del cuerpo y esa es una buena teología, pero cuando debe tomarse una decisión, Jesús generalmente no da instrucciones con voz audible. Mientras Cristo estaba en la tierra, la autoridad residía en una persona; después de su ascensión, los líderes la compartieron. El modelo cristocéntrico establece una relación maestro-alumno; el modelo eclesiocéntrico, por su parte, establece una de líderes-congregación. Mientras el modelo cristocéntrico desarrolla un grupo élite de trabajadores dedicados, el eclesiocéntrico incluye una gran cantidad de discípulos en varias etapas de su desarrollo: algunos trabajadores dedicados, pero también un grupo incluso más grande