Mervyn Maxwell

Apocalipsis


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plagas están unidas a recuadros titulados “El gran conflicto” y “La caída de Babilonia”. Hay una razón para esto. Fascinados, descubrimos que después de leer acerca de las siete trompetas, aparece una mujer vestida de blanco, una verdadera madre, cuyos hijos guardan los Mandamientos de Dios; e inmediatamente después de leer acerca de las siete últimas plagas, nos encontramos con una mujer vestida de púrpura, una ramera, cuyas hijas también son rameras. Ambas mujeres pasan cierto tiempo en el desierto. Ambas tienen que ver con una bestia que tiene siete cabezas y diez cuernos. En cada una de estas divisiones –y en ninguna otra parte del Apocalipsis– escuchamos el místico clamor: “¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia!”

      Necesitamos ahora un diagrama maestro que nos permita armonizar todos nuestros diagramas individuales. Lo va a encontrar en las páginas 60 y 61, dispuesto de tal modo que pone de manifiesto la simetría u organización quiásmica de todo el libro. Para obtener provecho de ese diagrama, lea la mitad izquierda, que avanza hasta la primera mitad del Apocalipsis. A continuación, lea la mitad derecha, que avanza hacia el final del libro. Al mismo tiempo, examine el diagrama de adelante hacia atrás y viceversa, para descubrir las similitudes y los contrastes que conforman los pares que aparecen en el libro.

      Los beneficios de nuestro análisis literario. Prometimos en la página 54 que nuestro estudio de la estructura del Apocalipsis “comenzaría” a ayudarnos a contestar a la pregunta tantas veces repetida: “¿Cuánto del Apocalipsis todavía no se ha cumplido?”

      ¿Cuánto queda todavía en el futuro? Bien, este bosquejo quiásmico nos revela que virtualmente toda la segunda mitad todavía está en el futuro. Ciertamente, el descenso de la Nueva Jerusalén a la Tierra Nueva es un acontecimiento futuro. El milenio también está en el futuro. Seguramente, las siete últimas plagas están en el futuro. Sin duda, también, está en el futuro la caída final de la Babilonia espiritual. De manera que la segunda mitad del Apocalipsis está toda virtualmente en el futuro.

      Pero ¿qué podemos decir de la primera parte? Cuando se escribieron las cartas a las siete iglesias, los cristianos estaban dispersos en muchas ciudades. Todavía lo están hoy. Muchos comentaristas están de acuerdo en que las cartas a las siete iglesias están relacionadas con la experiencia de la iglesia, en conjunto, a través de la Era Cristiana. Las escenas del Gran Conflicto de los capítulos 12 al 14 comienzan con el nacimiento de Cristo (12:1, 2, 5), continúan con el largo período de persecución (12:6, 13-16; 13:5-8) predicho en Daniel 7 y 8, y terminan con la Segunda Venida (14:14-20). De modo que las escenas relativas al Gran Conflicto que cierran la primera parte del Apocalipsis abarcan la historia de la iglesia cristiana. Los siete sellos y las siete trompetas establecen un paralelo con las siete iglesias y las escenas del Gran Conflicto (tal como en Daniel las visiones de los capítulos 2, 7, 8 y 9 son paralelas entre sí. Véase el tomo 1, página 241.)

      La estructura quiásmica (en forma de x) del Apocalipsis divide, entonces, las profecías del libro en dos grupos mayores: las que tienen que ver casi exclusivamente con los acontecimientos de los últimos días (la segunda mitad del libro), y las que se refieren a la experiencia del pueblo de Dios durante la Era Cristiana (la primera mitad del libro). Podríamos decir que la primera parte es histórica y la segunda, escatológica. Esta palabra viene de un término griego, ésjaton, que significa “fin”. La usan comúnmente tanto los legos como los eruditos. Significa “lo que tiene que ver con el fin del mundo”, o “el estudio de las cosas últimas”.

      Pero no toda la mitad histórica del libro ya se ha cumplido. ¡Ni tampoco la historia cristiana! El séptimo sello, la séptima trompeta y la escena final del Gran Conflicto todavía aguardan su cumplimiento. Acabamos de ver que la segunda mitad del Apocalipsis es escatológica. Podemos decir ahora que cada división, incluso las de la primera mitad, la histórica, culminan con sucesos escatológicos. (En el diagrama de la página siguiente, las flechas indican el curso de los acontecimientos.)

      De modo que ¿cuánto del Apocalipsis está todavía en el futuro? Virtualmente, toda la segunda mitad, la escatológica, no se ha cumplido todavía. Además, la escena final de cada división de la primera mitad, la histórica, tampoco se ha cumplido o, en todo caso, se ha cumplido solo en parte.

      La estructura interna de las divisiones. Antes de abandonar por el momento nuestro estudio de la estructura del Apocalipsis, hay otro aspecto literario más que requiere nuestra atención. Cuatro de las divisiones acerca de las cuales hemos estado hablando tienen una estructura interna casi idéntica. Cada una de ellas comienza con una escena introductoria que presenta algo del Santuario celestial. Cada una de ellas, también, tiene una interrupción entre los asuntos seis y siete, es decir, entre los sellos sexto y séptimo, entre las trompetas sexta y séptima, entre las escenas sexta y séptima, entre las trompetas sexta y séptima del Gran Conflicto, y entre las plagas sexta y séptima. En cada uno encontramos escenas intermedias, que podríamos denominar “escenas de cometidos o encargos para el tiempo del fin, y de seguridades dadas por el Señor”.

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      ¡Familiarícese con este diagrama! Nos vamos a referir a él de nuevo más adelante. Al avanzar en nuestro estudio del Apocalipsis, diversas porciones van a ser ampliadas para demostrar que cada sección concuerda con el resto.

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      Dijimos anteriormente que los grandes escritores se ciñen a un sistema al escribir, pero nunca permiten que ese sistema sea más importante que su mensaje. En el Apocalipsis, Juan ordenó hermosamente la información que Dios le dio en visión, pero hizo provisión de espacio (entre los asuntos seis y siete) para introducir cierta información inspirada que no cuadra fácilmente en ningún lugar. Su arreglo para las cuatro divisiones que estamos analizando es este:

      1 Escena introductoria acerca del Santuario celestial.

      2 Seis de siete asuntos (sellos, trompetas, etc.).

      3 Escenas intercaladas acerca de cometidos para el tiempo del fin, y seguridades para ese mismo período.

      4 El séptimo asunto (sello, trompeta, etc.).

      Deslumbrantes escenas del Trono de Dios, de los santos en gloria, y de otros asuntos impresionantes surgen por todo el Apocalipsis, aparentemente al azar, como por casualidad, sin relación visible con lo que se dice antes o después. Pero este sencillo bosquejo abarca muchos de estos asuntos. Con su ayuda, más la de los diagramas mayores que hemos confeccionado, estaremos en condiciones de comprender de inmediato dónde corresponde ubicar esas escenas, aparentemente desvinculadas. Vez tras vez vamos a agradecer a los comentaristas de las Escrituras que descubrieron esta estructura, y que llamaron nuestra atención a esta. Nos será sumamente útil, como lo vamos a ver. (Véase especialmente nuestro estudio de este asunto en las páginas 168 y 169.)

      El Apocalipsis es un libro que pone de manifiesto un arte interior inspirado por Dios, y escrito con amante e inteligente devoción. Incluso la forma en que Dios y Juan nos lo hicieron llegar, confirma nuestra convicción de que el Señor se preocupa por nosotros porque nos ama.

       Respuestas a sus preguntas

      1. ¿Podemos estar seguros de que fue el apóstol Juan quien escribió el Apocalipsis? Algunos autores han puesto en tela de juicio si el Juan que escribió el Apocalipsis era el discípulo y apóstol de Jesús, o algún otro Juan. Destacan: a) que el estilo del griego del Apocalipsis es diferente del estilo del Evangelio y del de las Epístolas de Juan, y b) que la duda acerca de la identidad de este Juan comenzó a manifestarse muy pronto, incluso en el siglo III.