Ángeles Finque Jiménez

La intervención del socialismo en la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)


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El terrorismo fue utilizado por parte de la CNT como arma para controlar las relaciones laborales y como represalia hacia la clase patronal. Uno de sus dirigentes, Ángel Pestaña, que evolucionó a posiciones más moderadas dentro de la Confederación, señaló que el aumento del terrorismo se debió a tres motivos principales: el primero, a la propia tradición anarquista, pues esta acción se encontraba entre sus postulados; el segundo, a la dura actitud de los empresarios hacia el sindicato; y el tercero, por la influencia ejercida por la Revolución rusa.49 El objetivo principal del anarquismo consistió en alcanzar una sociedad descentralizada, confederada de cooperativas y comunas libres, rechazando la propiedad privada en defensa del colectivismo. Los sindicalistas revolucionarios consideraban la organización sindical como medio para lograr mejoras sociales a través de la huelga agresiva. Otro dirigente, Salvador Seguí, destacado anarcosindicalista, abogó por la unidad sindical de las fuerzas obreras y se opuso a las acciones más exaltadas de sectores de la confederación. Pese a ello, no quería la ruptura del sindicalismo revolucionario con el anarquismo de la CNT, pero insistió en diferenciar el ideario ácrata de la acción sindical. Posteriormente, su muerte por asesinato, cometido por pistoleros del Sindicato Libre como represalia por la ejecución de un afiliado de dicha agrupación, debilitó aún más a la organización sindical. Ante el pronunciamiento militar, la CNT mostró su repulsa e impotencia, ya que la huelga general planteada fracasó, y pasó a la clandestinidad.

      El Partido Comunista se constituyó en abril de 1921, tras la escisión de un sector del socialismo, para sumarse a la III Internacional fundada en Moscú en 1919. Siguiendo las directrices del régimen soviético, su ideario de acción fue:

      1.Lucha de clases sin ningún compromiso ni pacto con los partidos burgueses o con socialistas reformistas.

      2.Acción directa de las masas con el fin de apoderarse del poder.

      3.Dictadura del proletariado.

      4.Sistema de consejos obreros (soviets) como órganos de la democracia proletaria.

      1º.Contra toda propensión de la clase patronal de reducir los salarios.

      2º.Contra la prolongación de la jornada de trabajo.

      3º.Por la destitución de Martínez Anido, Arlegui y Regueral.

      4º.Amnistía de todos los presos políticos.

      5º.Abolición de la pena de muerte.

      6º.Por el término de la guerra y abandono del protectorado de Marruecos.

      El Partido Socialista adoptó una posición de neutralidad ante la Dictadura, obedeciendo en buena medida a las decisiones acordadas en el Congreso de diciembre de 1919, donde se refrendaron posiciones de moderación, dejando a un lado su postura antirrégimen. Allí se decidió la permanencia en la II Internacional (14 010 votos contra 12 497). Renunciaban, de ese modo, a participar en la Internacional Comunista, optando por un socialismo moderado y reformista.

      En el II Congreso Extraordinario, celebrado el 19 de junio de 1920, se trató de nuevo una posible adhesión a la III Internacional, pero con una serie de condiciones. Primero, que se reconociera al Partido Socialista su autonomía de táctica ante la lucha de clases; segundo, su derecho a realizar sus propios congresos y acuerdos; en tercer lugar, que se tendiera a unificar a todos los partidos marxistas, como postulaban el Partido Socialista francés y el Partido Socialista alemán. Por último, el socialismo español debía continuar su labor en los ayuntamientos, diputaciones provinciales y en el Parlamento, al igual que en otros organismos de carácter social. Sin embargo, las veintiuna condiciones para pertenecer a la Internacional Comunista (Komintern), impedían que el Partido Socialista pudiese tener la autonomía que solicitaba.

      Las pésimas relaciones perduraron en el tiempo y, del mismo modo, el diario El Socialista, manifestó su censura hacia los comunistas:

      Por sistema, nos hemos negado, en cambio, a discutir con los comunistas. Ni influyen en la opinión ni cuentan para nada con la organización obrera y sería hacerles demasiado honor citarles en nuestro diario.