Francisco Agramunt Lacruz

Arte en las alambradas


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las filas del PSUC. Al estallar la guerra se adhirió a la causa republicana siendo militarizado y destinado como oficial responsable a la construcción de blocaos, búnkeres y refugiados en diversos frentes. Falleció durante un bombardeo en 1939, mientras construía trincheras en el frente de Els Omellons Lleida.

      De la misma manera murió el pintor setabense Rafael Perales Tortosa cuando, formando parte de una de estas columnas, trató de cruzar por un paso fronterizo a Francia huyendo de la represión franquista. Nacido en Xàtiva (Valencia), en 1908. Desde muy temprana edad sintió la vocación artística por lo que sus padres lo enviaron al taller del maestro local José Cachano, fundador del Museo Municipal de su ciudad. Se trasladó luego a Valencia donde cursó estudios en su Escuela de Bellas Artes de San Carlos obteniendo las máximas calificaciones y más tarde viajó a Madrid para ampliar conocimientos en su Escuela de San Fernando. Ganó la Oposición de Profesor de Dibujo y fue destinado al Instituto de Villanueva de Geltrú donde celebró su primera muestra en solitario y le sorprendió el inicio de la sublevación militar del 18 de julio de 1936. Apoyó la causa republicana y al término de la guerra, ante el temor de ser represaliado por su ideología republicana, decidió pasar a Francia donde murió a causa de un ataque aéreo de la aviación enemiga, una circunstancia trágica que durante muchos años se mantuvo oculta. Entre sus obras más importantes figuraba su famoso “Gladiator”, lienzo de grandes dimensiones que consiguió una beca de la Diputación de Valencia, resuelto con una técnica rigurosa y clasicista. También cultivó el retrato, el paisaje costumbrista y los interiores, destacando su obra “Academia de Cachano”, donde plasmó algunos de sus condiscípulos de juventud.

      A causa de los bombardeos de la aviación nacional también falleció cerca de la localidad catalana de Figueras, Fe Sanz, la esposa del pintor y cartelista murciano Ramón Gaya Pomés, cuando formando parte de una columna de refugiados trataba de alcanzar la frontera. Se enteró de su muerte al poco de abandonar el campo de concentración francés y sumido en la desesperación decidió abandonar el país y embarcar con destino a México donde residió catorce años y realizó gran parte de su obra, en especial sus célebres “Homenajes”, una continua referencia a los clásicos españoles.

      Pero lo peor estaba por llegar, cuando algunos de ellos fallecieron por agotamiento o enfermedades, primero en los campos de refugiados franceses y más tarde, al ser capturados por los alemanes, en los de exterminio nazis y obligados a realizar extenuantes trabajos forzados. A causa de una tuberculosis pulmonar contraída cuando combatía en la guerra española, agravada por las difíciles condiciones de vida como cautivo republicano en el campo de Septfonds, falleció en 1941, a los 34 años, en el hospital de Montauban, el pintor, muralista y dibujante catalán Buenaventura Trepat Samarra, quien alcanzó una gran popularidad por haber sido el autor de varios cuadros de temática religiosa y murales decorativos para diversas iglesias y capillas de la población. Durante el conflicto participó en tareas de propaganda bélica hasta que fue movilizado, combatiendo en diversos frentes y con el derrumbe del frente de Cataluña pasó la frontera, siendo capturado por las tropas móviles senegalesas y enviado en febrero de ese año al campo de Judes, en las cercanías de Septfonds, en la región de Tarnet-Garonne. Mantuvo durante su reclusión una gran amistad con los pintores Josep Ponti i Musté y Salvado, colaboró con ellos con el resto de sus compañeros en labores de la decoración del barracón, participando en talleres de manualidades, impartiendo clases de dibujo y realizando numerosos retratos, caricaturas y bocetos sobre la vida cotidiana de los refugiados en el campo. Por su condición de pintor muralista el abate Desseaux, cura de San Blas, le encargó la decoración de su iglesia de estilo románico situada en el centro de la población. Con su compañero Martí-Aleu pintó en la nave de la iglesia, un mural de más de veinte metros de largo por uno de ancho, titulado “Le Chemin de Croix”, lo que le permitió abandonar momentáneamente el campo de concentración y, sobre todo, la oportunidad de gozar de una gran libertad de movimiento, con lo que se incorporó como un vecino más a la vida ciudadana, aunque su estado físico se iba deteriorando cada vez más por la tuberculosis que arrastraba provocada por las privaciones pasadas desde que cruzó la frontera francesa huyendo de los nacionales. Poco después le encargaron ejecutar otros frescos del mismo estilo en diversas parroquias de la región, una actividad que tuvo que interrumpir al empeorar la dolencia pulmonar que arrastraba. Pese a los cuidados médicos que recibió pudo superar su enfermedad, falleciendo en el cercano hospital de Montauban, siendo enterrado en el cementerio de esta población.

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      El pintor Bonaventura Trepat Samarra.

      Algo similar le sucedió al abogado, periodista, tratadista de arte y académico de Bellas Artes valenciano Fernando Llorca Die, muerto a los sesenta y cinco años al poco de llegar al campo de Auterive-sur-l’Ariege, debido al cansancio físico, las malas condiciones higiénicas y el hambre. Nació en Valencia, en 1872. Al mismo tiempo que cursaba los estudios superiores de abogacía en la Universidad de Valencia se le despertó su vocación literaria y periodística que le llevó a colaborar en el diario El Pueblo, de donde pasó a trabajar con Francisco Peris Mencheta, primero en Madrid en su agencia periodística y poco después en Sevilla dirigiendo El Noticiario Sevillano. Fue redactor de El Liberal de Madrid hasta que el escritor Vicente Blasco Ibáñez le encargó la gerencia de La Editorial Española y Americana. Contrajo matrimonio con la hija de éste, Libertad Blasco Ibáñez, afincándose en Valencia en 1910 donde se hizo cargo de la dirección de la editorial Prometeo. Impartió clases en la Universidad de Valencia y fue director de número del Centro de Cultura Valenciana y colaborador de “Archivo del Arte Valenciano”. Académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, académico de número y bibliotecario de la Real Academia de Bellas Artes y delegado de Bellas Artes de la provincia de Valencia. En la guerra abrazó la causa republicana y obtuvo diversos altos cargos en el gobierno republicano. Al término de la contienda civil se trasladó con su familia a Barcelona y posteriormente cruzó la frontera y se estableció en Toulouse. Arrestado por la policía lo confinó en el campo de concentración de Auterive-sur-l’Ariege, donde falleció.

      Igualmente murió en un hospital de la capital francesa debido a una tuberculosis pulmonar contraída en la guerra civil el pintor, ilustrador y dibujante Juan José Luis González Bernal, el creador aragonés más decididamente surrealista. Nacido en Zaragoza, el 30 de marzo de 1908. Se formó en la Escuela de Artes y Oficios y trabajó un tiempo como joyero. A finales de los años veinte entró en contacto con Tomás Seral y realizó varias portadas de libros. Posteriormente se trasladó a Barcelona, donde estudió pintura y colaboró en la decoración del Pabellón de Metalurgia de la Exposición Universal de 1929, y ese mismo año se trasladó a París donde mantuvo contactos con la vanguardia surrealista y entabló una gran amistad con el cineasta Luis Buñuel y expuso en el “Salón des Surindependents”. A su vuelta a España, en 1932 se estableció definitivamente en París, y en 1934 expuso en la galería Jacques Bonjean, y participó en 1936 en el certamen de Arte español contemporáneo de París y en la Bienal de Venecia. Al estallar la guerra civil regresó a España para apoyar al gobierno republicano y combatir contra los rebeldes en las filas anarquistas, pero debido a una tuberculosis que arrastraba se vio obligado a mantenerse en la retaguardia. Una fallida intervención quirúrgica en Barcelona le agravó el neumotórax que padecía por lo que por seguridad fue trasladado a su domicilio de París donde permaneció activo un breve tiempo trabajando en la Oficina de Propaganda y Turismo de la República española. A pesar de los tratamientos médicos la enfermedad empeoró falleciendo en un hospital de esta ciudad el 18 de noviembre de 1939, con tan sólo 31 años de edad.

      A consecuencia de las enfermedades, el maltrato y los padecimientos físicos murió en un campo de concentración francés el poeta, profesor y crítico de arte gallego Juan González del Valle, que había sido director de la revista coruñesa vanguardista Alfar considerada cuna de vanguardismo e introductora del nuevo surrealismo en España. Surgió en 1923 en la Coruña como Boletín de la Casa América-Galicia y pronto adquirió prestigio como revista de difusión intelectual y de la renovación artística. Destacó como poeta y fue Catedrático de Literatura Española de Instituto. Al estallar la guerra civil se adhirió al bando republicano y a su término cruzó la frontera siendo detenido por la gendarmería