y el mal. Dios y el diablo están en guerra y aunque Dios no desea la muerte del impío también ha decidido proteger a sus hijos a toda costa.
Fue así como la iglesia reabrió sus puertas con un culto de gratitud y alabanza al Altísimo, repitiendo las palabras de David: «Él me libra de mis enemigos, de los rebeldes que se alzaron contra mí. ¡Tú, Señor, me salvas de los hombres violentos! Por eso te alabo entre las naciones y canto himnos a tu nombre» (2 Samuel 22: 49, 50). ¿Y tú? ¿Qué razones tienes hoy para cantarle a @Dios?
12 de enero
La protección que importa
«Alégrense los que buscan tu protección; canten siempre de alegría porque tú los proteges». Salmo 5: 11
Las vacaciones familiares habían terminado y ahora regresábamos a casa. Tomamos un autobús en Santa Marta que nos llevó a Barranquilla. Allí tomamos el bus hacia Cartagena mientras el sol se ocultaba, pintando el cielo de arreboles. Como era un trayecto largo, el conductor detuvo el vehículo para que los que quisieran se estiraran un poco. Entonces, dos hombres salieron de entre los matorrales cercanos y subieron al autobús. Yo cargaba a mi hija mayor de tres años, y mi esposa llevaba en su regazo a nuestra hija de dos años. De repente aquellos hombres dispararon hacia arriba y gritaron:
—¡Esto es un asalto! Agachen las cabezas, y comiencen a entregar el dinero. Si se levantan, se mueren —dijeron.
Obligaron al conductor a desviar el autobús. Afuera se escuchaba el ruido de las ramas quebrándose al paso del intruso metálico y adentro, el agitado respirar de cuarenta y cinco almas presas del pánico. El vehículo se detuvo y subieron cuatro hombres más. Oré: «Dios, pongo en tus manos a mi familia».
Empezaron a despojar a damas y caballeros por igual de sus joyas, dinero y objetos valiosos. Yo observaba mientras trataba de callar a mi hija que lloraba descontroladamente. Entonces uno de los asaltantes vino y me preguntó:
—¿Por qué no ha bajado? Salga del autobús, y que la niña no llore más.
Cuando llegué a la puerta, otro de ellos me dijo que no bajara, que me sentara en los asientos delanteros, le entregó unas frutas a la niña que lloraba y le pidió que se callara.
Cuando todo finalizó y pudimos continuar el viaje, las únicas personas con ropa, dinero y pertenencias éramos nosotros. Uno de los pasajeros señaló que era muy sospechoso que a nosotros no nos había pasado nada. Cuando dije que Dios nos había protegido él replicó:
—Sí, pero solo los protegió a ustedes. ¿Y nosotros?
Entonces le señalé que nadie había perdido la vida, y eso era lo más importante.
¿Te has fijado cómo a veces nos preocupamos más por lo material que por la vida misma? La Biblia habla de la protección divina, pero también dice que la vida vale más que las posesiones. Así que hoy @Dios te invita a confiar en su protección, pero sobre lo que realmente importa: la vida. Ah, y sí había algo sospechoso: descubrimos que el cómplice era el conductor, que terminó en la cárcel por lo sucedido.
13 de enero
El osito de peluche
«Por eso, siempre que podamos, hagamos bien a todos». Gálatas 6: 10
Se cuenta que Theodore Roosevelt, vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos, participó en noviembre de 1902 en una cacería organizada por el gobernador de Mississippi. Todos los cazadores habían logrado dispararle a algún animal, pero el máximo mandatario no había logrado acertarle a nada. Con el propósito de que no se fuese con las manos vacías, el gobernador mandó a que colocaran un oso en el camino de Teddy, como llamaban sus más allegados al presidente, pudiese marcharse satisfecho.
Pero cuando el presidente se encontró frente a frente con el animal, sintió lástima por él y decidió perdonarlo. El incidente se volvió «viral» mediante la red social más antigua: pasando de boca en boca, y el lunes 17 de noviembre del mismo año Clifford K. Berryman, un famoso caricaturista del Washington Post, decidió publicar el dibujo titulado “Drawing the line” [trazando la línea, que metafóricamente puede significar en inglés «poniendo límites»], donde representaba la escena en la que Roosevelt se apiadaba del oso.
La caricatura se hizo tan popular, que un matrimonio de inmigrantes judíos (Morris y Rose Michtom) decidió confeccionar un oso de peluche, al que llamaron Teddy’s Bear [el Oso de Teddy] y exhibirlo en su tienda de dulces. Como recibieron varias ofertas de compra y el matrimonio no sabía si sería correcto vender el muñeco sin la aprobación de Roosevelt, decidieron enviar uno de los osos de peluche al presidente, preguntando si aprobaba la comercialización del juguete. Roosevelt respondió que no había ningún problema, así que los esposos Michtom iniciaron el lucrativo negocio de venta de ositos de peluche. Tuvieron tanto éxito que abandonaron el negocio original de venta de dulces y se dedicaron por completo a la confección del popular juguete, que se mantiene vigente hasta nuestros días como el peluche más vendido en todo el planeta. De hecho, todavía hoy en inglés la expresión «osito de peluche» no existe, sino que se habla de Teddy Bear [el Oso de Teddy].
Es sorprendente el impacto que puede tener una acción de misericordia y bondad en el mundo. Cómo un simple gesto puede impulsar cambios que perduren más de un siglo. De hecho, los efectos del mayor gesto de misericordia del mundo, la muerte de Cristo en el Calvario, continúan cambiando vidas dos mil años más tarde. Muestra hoy misericordia, bondad y compasión a aquellos que te rodean. @Dios quiere que sepas que «tus acciones pueden tener repercusiones eternas».
14 de enero
Más que un punto en el cielo
«Cuando veo el cielo que tú mismo hiciste, y la luna y las estrellas que pusiste en él, pienso: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano? ¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él?». Salmo 8: 3, 4.
En febrero de 2018, la comunidad científica estremeció al mundo al anunciar el descubrimiento de un sistema solar con siete planetas similares a la tierra. Lo llamaron Trappist-1, en homenaje al telescopio que lo descubrió. Muchos de los datos relacionados con este hallazgo son sorprendentes: tres de esos planetas están localizados en una zona habitable, es decir, en un área con condiciones aptas para que exista agua y vida. El sistema está ubicado en la constelación de Acuario, a cuarenta años luz de la tierra, y las temperaturas de esos exoplanetas varían entre cero y cien grados centígrados. Lo que más que llamó la atención es que mientras nuestro planeta se tarda 365 días en darle una vuelta al sol, estos siete planetas se toman entre 36 horas y trece días, pues giran alrededor de un tipo de estrella conocido como enana ultra fría, con un brillo mil veces menor al del sol y con el tamaño aproximado de Júpiter.
Los científicos quieren enviar un telescopio para estudiar de manera más precisa ese sistema solar, saber si hay vida allí y si sería posible establecernos en alguno de esos planetas en algún momento del futuro. La noticia se volvió viral y hubo muchos comentarios al respecto. Recuerdo que el doctor Mario Pérez, científico del programa Orígenes Cósmicos de la Nasa, expresó: «Sería muy raro que estuviésemos solos en el universo».
Por supuesto que creo que no estamos solos en el universo, aunque te confieso que tampoco creo en enanitos verdes. Pero al contemplar las maravillas del espacio experimento el mismo asombro de David cuando escribió el Salmo 8: ¿Qué es el ser humano para que Dios se acuerde y se preocupe por nosotros? En este gran espacio y universo, ¿cómo puede Dios verme, oírme y estar pendiente de mí, un ser tan minúsculo e insignificante? Cuando pienso en eso y me doy cuenta de que no merezco todo lo que Dios hace por mí no puedo evitar caer de rodillas ante su presencia y sentirme afortunado. @Dios quiere que sepas que ¡tú y yo somos más que puntos en el espacio! ¡Importamos tanto que Jesús dio su vida por nosotros! ¿No es eso más maravilloso que el descubrimiento