María Mendoza Micholot

100 años de periodismo en el Perú


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A. Cáceres, presidente de la República. Al parecer, la población miraba con recelo el aparato —los de magneto tenían una manizuela— pues el servicio nocturno fue suprimido durante un tiempo porque nadie lo usaba. Además, cada minuto de servicio costaba veinte centavos. El interés creció en poco tiempo: para 1895 la prensa reveló que en Lima había ya “900 abonados en Lima, Callao, Chorrillos, Barranco y La Punta” (Basadre X, 2005: 139).

       Los diarios de provincias en el siglo XIX

      Los primeros diarios de provincia circularon con notable éxito desde la segunda década del siglo XIX. Instaurada la república, había que comunicar las incidencias de ese proceso, más aun cuando “sobre los periódicos, bandos, libelos y carteles se edificaban un sentir y una manera de expresión que daban signos de la construcción de la nación” (Glave 2004: 23).

      Durante el siglo XIX, Ayacucho y el Cusco albergaron la mayor cantidad de títulos. Salomón Carrasco Apaico recopila dos siglos de periodismo ayacuchano y concluye que desde 1823 hasta 1982 aparecieron medio millar de diarios, empezando por La Aurora de Huamanga (1823) y La Oliva de Ayacucho (1833).

      Luis Miguel Glave ofrece una lista de medio centenar de periódicos republicanos que circularon en el Cusco, Arequipa, Puno y otras ciudades entre 1825 y 1839, que aún se conservan en la hemeroteca de la Universidad San Antonio Abad del Cusco y el Archivo Departamental de esa ciudad. Entre ellos, El Sol del Cuzco (1825-1829), auspiciado por Simón Bolívar, El Republicano de Arequipa (1825-1855) y Arequipa Libre (1827).

      Más al sur, El Mensajero de Tacna (1840) fue el primer diario de la ciudad heroica y al parecer era escrito en su totalidad por el general Manuel de Mendiburu. Mientras que en el norte, inauguran el periodismo en sus provincias El Lince del Perú (1823) de La Libertad, y los piuranos El Botafuego (1828) y El Despertador Republicano (1828) (López Martínez 2004: 86-94).

      Muchas de estas publicaciones, como sucedió con las de Lima, se vendían por suscripción. Algunas circularon por breve tiempo, como La Primavera de Arequipa (1825) que solo publicó cinco números, o La Estrella de Ayacucho que editó 37, pero hubo otras de larga trayectoria, como El Republicano, vigente por 30 años. Los primeros diarios de provincias fueron hojas oficialescas, pero pronto abundaron las independientes, como Arequipa Libre (Cayetano 1995: 180).

       3.2 Las primeras agencias de noticias

      Las agencias de noticias precursoras del sistema informativo internacional nacieron en el siglo XIX. Su éxito se halla asociado al desarrollo del telégrafo, de las vías de comunicación terrestre, del teléfono y sobre todo del cable submarino.

      La captación de un mercado más allá de sus países de origen propició su extensión y desarrollo, tanto como las críticas en su contra.

      Existe una estrecha correlación entre el imperialismo y las áreas de influencia de las agencias. De hecho, esta distribución es fruto de acuerdos internacionales entre ellas para repartirse los espacios geográficos, de una manera similar a lo que hacían los estados con los territorios de África, Asia u Oceanía, y llevar adelante una práctica oligopólica en el mercado de la información, que les permite imponer duras condiciones a sus clientes (Bordería et al. 1998: 344).

      En Estados Unidos surgió Associated Press (1848), mientras que en Europa lo hicieron Havas (1832), Wolff (1849) y Reuter (1851) que, de 1859 a 1934, funcionaron oficialmente como un cártel.

      Entre 1859 y 1875 la agencia Havas es el vértice del sistema […]. Entre 1876 y 1889, la hegemonía pasa a Reuter […]. Reuter mantendrá su predominio aproximadamente hasta 1909. A partir de esa fecha comienza a hacerse visible la futura hegemonía de Nueva York. En esa ciudad, al peso nacional de la vieja AP, se ha unido la pujanza interior y exterior de la Internacional News Service y de United Press Service, desde 1904 y 1907, respectivamente (Timoteo 1992: 33).

      En Lima, Havas Reuter comenzó a operar el 1 de julio de 1875, en la calle de Jesús Nazareno número 19, bajo la dirección del francés Lucien Veber (Weber). Al año siguiente suscribió contrato con El Comercio, según anunció este diario el 29 de abril de 1876, en la página 2 de la edición de la tarde:

      En virtud de un contrato que hemos celebrado con la agencia Havas Reuter, pronto debemos principiar a recibir telegramas especiales y exclusivos para El Comercio, con todas las noticias importantes de Europa y América.

      El alto precio de estos telegramas, pues cada palabra transmitida de Europa a Lima cuesta por término medio diez soles, nos ha obligado, no obstante las facilidades que nos ha prestado la agencia Havas Reuter, a limitar por ahora aquel servicio a un despacho semanal: a menos que se realicen acontecimientos notables que hagan necesario telegramas extraordinarios.

      Mediante este arreglo, y siempre que esté expedito el ramal entre Caldera y Valparaíso, que como se sabe es causa con frecuencia de que se retarden por dos días los despachos a Europa, esperamos poder comunicar a nuestros abonados algunos de los principales sucesos de aquel continente a las venticuatro horas de haberse realizado. Esto sin perjuicio de regularizar nuestro servicio telegráfico de Paita, mediante el cual continuamos recibiendo noticias europeas, menos recientes pero más extensas y que servirán de complemento a las que nos lleguen por el sur.

      El primer telegrama por el cable debe llegarnos del 10 al 12 de mayo próximo.

      La información de las agencias aparecía, como hoy, en los diarios capitalinos, con sus respectivos créditos, aunque no de manera frecuente porque su costo era elevado. La Opinión Nacional comenzó a publicar cablegramas vía Galveston gracias al convenio con la agencia Havas Reuter en 1907, según difundió en un anuncio publicado el 2 de febrero de ese año.

      Desde fines del siglo XIX, Reuter pasó a controlar los dominios del Imperio Británico y algunos países de América del Sur, como Argentina y Chile; Havas extendió sus redes por el imperio francés y la Europa mediterránea; Wolff tenía el centro de Europa y pequeños territorios de África y Oceanía; mientras que las estadounidenses Associated Press, International News Service y la United Press Service tenían presencia en el continente americano.

      Entre otras conexiones concretadas en esos años, en 1874 se comunica Europa con Brasil, en 1876 la red alcanza a Chile y en 1880 llega a México, desde donde se baja por la costa del Pacífico hasta el Perú (Bordería et al. 1998: 344).

       3.3 De la prensa manual a las rotativas

      Luego de que los diarios incorporaron la telegrafía para el recojo de información, el siguiente paso fue contar con talleres de impresión dotados con máquinas más rápidas y eficaces, que fueron creadas en el siglo XIX para atender el boom editorial.

      A inicios de esa centuria, las prensas manuales fueron la primera herramienta para fabricar periódicos. A mediados del siglo XIX los periódicos peruanos ya tenían una prensa metálica fabricada por Charles Stanhope, según refieren Luis Guevara y Adrián Gechelin, en su Historia de las artes gráficas en el Perú. Hecha de hierro, la máquina disponía de “[…] una ingeniosa barra de presión que, al tirar de ella, accionaba un mecanismo de enganche que funcionaba como una palanca y multiplicaba sobremanera la fuerza de presión”, describe el periodista y remodelador de diarios Juan Fermín Vílchez de Arribas (2005). Esta máquina sustituyó a la prensa de madera y perfeccionó la tipografía.

      Sin embargo, las prensas de cilindros que funcionaban por acción del vapor (mecánicas a vapor o a reacción) permitieron la fabricación industrial de diarios. Se les debió acoplar filetes verticales metálicos o corondeles, para fijar la composición tipográfica e impedir que los tipos que se ajustaban en las planchas de metal se movieran. Esto explica la rigidez de los primeros periódicos, que durante el último tercio del siglo XIX lucían como largas