Enrique Dussel

El arte de argumentar: sentido, forma, diálogo y persuasión


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de la argumentación cotidiana; la defensa de un enfoque lo más integral posible en la teoría de la argumentación frente a las visiones nacionalistas y reduccionistas; la valoración de la razón poética, así como de la complejidad de la razón discursiva natural, sobre todo para fines de evaluación de la argumentación cotidiana y de las ciencias sociales; y la necesidad de ampliar la visión de la pragmática hacia la consideración de los componentes ideológico, político y social de los argumentos. Con esto último, hago una defensa de la importancia y aportes de las aproximaciones discursiva, hermenéutica y semiótica que ligan el estudio de los argumentos a sus condiciones globales de producción, recepción y circulación.

      • La exposición enciclopédica que busca dejar pocas cosas fuera y permitir al lector ubicar autores y problemáticas nucleares; es claro que no es posible profundizar en todos los puntos tocados desde esta perspectiva tan amplia, ya que esto será materia de varios libros futuros más específicos y acotados. Sin embargo, el lector podrá, a partir del texto, acudir a otras referencias para aceptar o rechazar con mayor conocimiento de causa los puntos de vista del autor. La visión panorámica del presente libro se justifica porque no existe en ningún otro texto en español y el lector interesado de habla castellana tendría que acudir a una montaña de textos para hacerse de una idea global.

      • La exposición histórica se limita a los trabajos posteriores a 1947 y excluye las menciones extensas al pensamiento crítico, la lógica informal y diversos acercamientos lógicos que han sido más difundidos por los académicos mexicanos.

      En suma, la virtud de este enfoque mixto a la vez enciclopédico, teórico, polémico y parcialmente histórico es dar al lector una panorámica crítica de la producción de 1947 a la fecha desde la perspectiva del análisis del discurso, la argumentación natural y el pensamiento democrático radical. El texto contribuye además con propuestas teóricas para el estudio de la emoción, el conflicto, lo no verbal, y al análisis de los funcionamientos discursivo-argumentativos. Aunque los funcionamientos discursivos son el objeto de análisis del libro Argumentación y discurso, y lo no verbal es materia de un libro en preparación sobre la argumentación visual.

      El defecto de una aproximación tan general es que impide tratar en profundidad algunos de los conceptos y aspectos tocados, además de que imposibilita la exposición del suficiente número de ejemplos deseables para un texto de aplicación analítica. De cualquier manera, en cada capítulo incluimos algunos ejemplos y nos adentramos en el análisis de ciertos aspectos argumentativos del texto de la primera «Declaración de la selva lacandona» emitida por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el primero de enero de 1994 (mismo ejemplo que utilizamos también en el libro Argumentación y discurso) como una ilustración que permita captar la multidimensionalidad de un texto argumentativo, así como la realidad dialógica de todo discurso, aunque la plena argumentación se da en la confrontación real de posiciones independientes y contrapuestas respecto a determinado problema en un contexto de debate.

      La amplitud de cobertura del libro obedece a una vocación de complejidad y humanismo moderno radical que guarda nexos con la totalidad de Pascal y Hegel, así como con la de Feyerabend y la epistemología del caos, la complejidad y la incertidumbre de Morin o Capra. El conjunto de puntos esbozados, entre los cuales se presentan algunos cruces, da lugar al capitulado nuclear de este libro que comprende las siguientes secciones:

      • La argumentación: discusión de aspectos generales del argumentar (definiciones, operaciones y funciones argumentativas nucleares, así como estudio del campo de la problematicidad en lengua castellana) para introducir al lector en el tema a partir de ciertos elementos compartidos de base.

      • La nueva teoría de la argumentación: exposición a la vez enciclopédica, teórica y polémica de los distintos enfoques contemporáneos. La sección inicia con el malentendido, que fija el umbral inferior de la argumentación. Después se exponen los temas yendo de lo lógico a lo dialéctico y luego a lo retórico hermenéutico y por último a lo lingüístico discursivo y semiótico, de manera que el lector vaya construyendo en su mente la complejidad del argumentar y de las teorías de la argumentación.

      • La teoría emergente de la argumentación: tratamiento de puntos clave de la argumentación excluidos por mucho tiempo por las teorías más conservadoras y que sin embargo son capitales para una comprensión de la argumentación natural tal cual es: el modo emocional del argumentar, la argumentación no verbal y la discusión erística que fija el umbral discursivo superior de la argumentación, la cual se mueve dentro de los límites del malentendido con que abre la sección «La nueva teoría de la argumentación» y el conflicto que rebasa la palabra para cerrar la sección «Teorías críticas y emergentes»; emoción, visualidad y combate constituyen todos —cada uno a su manera— umbrales de la argumentación en cuanto rebasan la lógica, el discurso y la convicción dialéctico crítica y retórica.

      • La peroración: resumen que retoma las tesis principales en forma retórica para puntualizarlas y permitir que queden en la memoria de los lectores. Además, postula un modelo analítico operativo susceptible de aplicarse a cualquier discurso argumentativo. El modelo permite plantear en forma práctica las más diversas propuestas de integración teórica y disciplinaria, según el interés y posición de cada analista.

      • El corpus: la transcripción completa y señalada con números de línea en cada renglón del discurso de la primera «Declaración de la selva lacandona», la cual sirve de ejemplo para los análisis al término de los capítulos que requieren ilustración.

      • La bibliografía: una referencia extensa, que permita la consulta de cualquier autor o tema de interés en cualquiera de los enfoques de la teoría de la argumentación.

      Considero que el cuerpo del libro puede ser leído por gran parte de las personas informadas. El texto permite al lector, con leves ajustes de las correferencias, seleccionar su propia ruta: la vía propuesta por el orden del texto; la lectura por subdisciplinas que va desde la lógica y la dialéctica hasta el discurso; o incluso una lectura que salte los capítulos y apartados lógicos, que suelen ser los más difíciles para el lector no formado en tales materias pero interesado en conocer el campo fundamental de la teoría de la argumentación. Otra ruta posible de lectura es iniciar con la revisión del modelo analítico operativo al final de la peroración para que se comprenda el panorama general y de ahí se parta a los puntos de interés particular o a la lectura general, ya que el acudir al modelo operativo puede permitir no perderse en el conjunto del texto y de las discusiones particulares. El lector o lectora ideal que pueda leer y comprender el conjunto del texto en profundidad y de acuerdo con su disposición original será sobre todo aquel con una formación en filosofía, en lingüística, en lógica o con un nivel de posgrado. Sin embargo, creo que el libro puede ser revisado por cualquier lector crítico, si bien su diferente nivel de formación lo puede llevar desde una lectura ingenua hasta una lectura teórico-filosófica o crítica en los apartados más vinculados con su interés y formación. Todo lo anterior es un exordio, un prólogo a este libro, un intento de ganar la benevolencia del lector (la captatio benevolentiae era una parte inicial y básica del discurso retórico clásico) que se enfrenta a una materia difícil. Muchos conocimientos y experiencias están en la base de mi reflexión sobre la necesidad de abrirse a la comprensión de las diversas teorías y modalidades de la argumentación. Pero sobre todo, si pensar la teoría y práctica de la argumentación no ha de servir para tratar de construir una humanidad mejor, más solidaria y feliz —una verdadera humanidad— no sólo más «lógica lógica» y productiva, entonces no me importaría teorizar. De hecho, comparto en las universidades el espacio con filósofos del pensamiento crítico lógico o lingüístico y me parece que ese pensamiento analítico o estructural, sino se acompaña de una vocación de hacer el bien a la mayoría de la humanidad, de carne, sangre y emoción, no es el producto excelso de lo humano sino el producto de la deshumanización.

      No sólo importa la argumentación, sino sobre qué se argumenta y quién argumenta, no sólo es de interés la forma si no el contenido, no sólo es relevante lo universal sino la diversidad respetable. Resulta indispensable además comprender y acotar la argumentación dentro de las relaciones de poder, que se traducen en relaciones de sentido, como afirmaba Pêcheux.