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La versatilidad de la Biblia


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elaborar un cuadro como el que presentamos en el Cuadro 1. Cada pasaje que uno lee en la Biblia tiene una serie de contextos diferentes, y debemos ser conscientes de ellos a fin de entender adecuadamente el pasaje. El contexto es un factor muy importante para comprender cualquier forma de comunicación humana, hablada o escrita. Si usted está fuera de la casa de alguien y escucha que dentro de ella alguien grita “¡Te mataré!”, usted no entrará a la carrera ni llamará a la policía si a través de la ventana ve que hay una persona tratando de matar a un mosquito, o si los niños están jugando a los soldados. El contexto determina el verdadero significado de lo que se dijo. Considere la siguiente historia:

      Un hombre mayor conducía su carro junto a su perro por el camino de la montaña, cuando un vehículo se adelantó velozmente y asustó al burro, de modo que el burro, el carro, el hombre y su perro, cayeron todos por el barranco. El anciano alcanzó a registrar la matrícula del automóvil, denunció a la policía, y más tarde arrestaron al conductor y lo llevaron ante el juez. Éste le pidió al conductor que relatara los hechos.

      “Lamento —dijo— haberles provocado la caída. Pero me detuve y le pregunté al anciano si se encontraba bien. Me dijo que sí, de modo que continué mi marcha”.

      “¿Es verdad eso?”, le preguntó el juez al anciano.

      “Sí, su excelencia —respondió—, pero permítame relatarle la historia completa. El conductor se acercó y miró por el borde del barranco y vio a mi burro caído allí, y preguntó qué le pasaba. Respondí que tenía la pata quebrada. Entonces sacó un rifle y le disparó en la cabeza. Luego vio a mi perro enredado en un arbusto espinoso. Me preguntó qué le pasaba. Le dije que estaba muy herido. De modo que también apuntó a la cabeza de mi perro y lo mató. Entonces me miró y me preguntó: ¿Está bien usted? ¡Sí!, grité lo más rápido que pude, ¡Estoy bien!”.

Pasaje:
Paso 1. Mirar hacia arriba. ¡Orar! – Creer (2 Timoteo 3.15-17)
Paso 2a. Mirar hacia abajo: (a) Entender el pasaje en su contexto
Género literario:¿prosa, poesía?Contexto histórico y social: autor, situación, la genteContexto editorial: lo que aparece antes y después del texto; el contexto del libro completo.
Paso 2b. Mirar hacia abajo: (b) Explicar el pasaje en detalle
Palabras clave, verbos principales, énfasis, contrastes, vínculos, imágenesBosquejo de la estructura y flujo de pensamientoTema principal, idea central del autor
Pasos 3 y 4. Mirar hacia atrás y hacia adelante: Entender el pasaje en relación con toda la Biblia. ¿Qué lugar ocupa en el flujo de la revelación de Dios?
Paso 5. Mirar aquí y ahora: Aplicar a nuestra época el concepto del pasaje. ¿Qué nos dice?

      Cuadro 1: Estudiar un pasaje de la Biblia

      El contexto aporta la diferencia para comprender el significado de lo que se dijo. Todos sabemos que los diarios toman las palabras pronunciadas por algunos personajes públicos y las citan fuera de contexto, y suenan diferente de lo que la persona quiso decir en el contexto en el que fueron dichas.

      La gente también puede hacer eso con la Biblia. Allí se encuentran las palabras “No hay Dios”. Pero si usted las cita así, sin el contexto, está distorsionando la Biblia, porque lo que en realidad dice es: Dice el necio en su corazón: “No hay Dios” (Sal 14.1). El contexto tiene peso.

      Éstos son algunos de los contextos principales de cualquier pasaje que leemos en la Biblia. Podemos ocuparnos de ellos planteando algunas preguntas concretas.

      Contexto literario

      ¿Qué tipo de escrito es éste? ¿A qué género pertenece? Responder a esas preguntas influye la manera en que leemos cualquier cosa, incluyendo nuestras lecturas cotidianas no religiosas. Por ejemplo, sabemos que tenemos enfoques y expectativas diferentes si la lectura se trata de un diario, de un texto académico, una publicidad, la carta de un amigo, una novela, un documento legal, un informe bancario, un manual de instrucciones, un diccionario, la letra de una canción o un poema. Casi siempre sabemos por instinto qué clase de escrito estamos leyendo, de modo que ni siquiera somos conscientes al clasificarlo en un género literario particular —simplemente lo hacemos todo el tiempo—.

      Imagine si alguien aterrizara en nuestro planeta ignorando el sentido de la publicidad. Quizás piense que todo lo que lee en los avisos, sea en las paredes, los ómnibus o la televisión son afirmaciones simples y veraces sobre la realidad, y que se supone deben creerse tal como se las presenta. ¡Terminaría con algunas ideas extrañas sobre la raza humana! Cuando leemos publicidad, lo hacemos conscientes de que se han escrito de una manera especial para intentar atraer nuestra atención y persuadirnos a comprar cosas. Sabemos que no se espera que creamos cada afirmación exagerada en el mensaje de la publicidad.

      Imagine que alguien lee El progreso del peregrino sin darse cuenta de que se trata de una alegoría intencional, llena de nombres simbólicos de personas y lugares surgidos de la imaginación de John Bunyan. Podría pensar que la vida cristiana es realmente muy extraña, si trata de recorrer literalmente todas las experiencias que vivió “Cristiano” en aquel libro.

      Escritos de diferente tipo requieren diferentes maneras de lecturas. Debemos leer cada cosa conforme a la clase de escrito que es, porque de lo contrario la malinterpretaremos. Lo mismo vale para la Biblia. Dios nos ha dado una riquísima biblioteca que contiene una gran variedad de escritos. Debemos prestar atención a esa variedad.

      Las principales categorías o géneros de la literatura bíblica son:

      • Historia

      • Ley

      • Profecía

      • Sabiduría

      • Adoración poética

      • Evangelio

      • Carta

      • Apocalíptica

      De modo que lo primero que usted debe hacer al leer un pasaje de la Biblia es ubicarlo en el contexto del libro en el que aparece, y preguntarse qué tipo de literatura es ese libro en particular. Hay buenos libros que explican en forma detallada cómo interpretar los diferentes géneros de literatura en la Biblia (por ejemplo La lectura eficaz de la Biblia, de Fee y Stuart). Pero usted puede hacer mucho por su cuenta haciéndose algunas preguntas sencillas y pensando cómo las respondería.

      Acerca de cualquier pasaje, y sobre el libro en el que se encuentra, debe preguntarse:

      * ¿Por qué escribieron esta clase particular de literatura? Por ejemplo, ¿para informar?, ¿alentar?, ¿orientar?, ¿desafiar?, ¿movilizar nuestras emociones?, ¿fortalecer nuestra fe?, ¿para reprendernos?

      * ¿Cómo se esperaba que fuera leído este tipo de escrito? (p. ej., ¿para aprender datos de la realidad?, ¿para acceder a una experiencia?, ¿para comprender más profundamente a Dios?, ¿para aprender a vivir?)

      * ¿Cuáles son las convenciones, es decir, las formas, métodos, estructuras y el estilo usual de este tipo de literatura?

      * ¿Qué debo esperar de este tipo de literatura? (p. ej., usted no lee una novela o un guion teatral esperando informarse de la historia con precisión; no lee la guía telefónica esperando disfrutar de una buena historia; no lee un poema sobre las estrellas esperando ciencia astronómica; o un libro de astronomía esperando rimas poéticas. Usted lee cada texto en forma apropiada según de qué tipo de literatura se trate).

      Tendrá una interpretación errónea si trata a un salmo como si fuera una epístola, o lee los textos de Sabiduría como si fueran textos de la Ley, o si convirtiera las narraciones en leyes. Lea los textos bíblicos según su género literario y su contexto.

      Contexto histórico

      Para la interpretación cristiana de la Biblia es fundamental reconocer que Dios nos ha dado su Palabra en el curso de la historia humana. Cada palabra de Dios fue dada en un contexto histórico. Ninguna de ellas fue comunicada por encima, por afuera de o sin un contexto histórico. Una vez más, necesitamos hacernos preguntas y hacer todo lo posible para entender el contexto