lo mismo de los no musulmanes: que también ellos se dirigen al infierno. Y los hindúes generalmente creen que todos, independientemente de las creencias, están atrapados en un ciclo indefinido de reencarnación basado en las obras. Todas estas creencias contradictorias no pueden ser verdaderas.
De hecho, las religiones mundiales tienen creencias más contradictorias que complementarias. La noción de que todas las religiones enseñan básicamente lo mismo, de que debemos amarnos unos a otros, demuestra una grave falta de comprensión de las religiones del mundo. Si bien la mayoría de las religiones tienen algún tipo de código moral similar porque Dios ha implantado el bien y el mal en nuestras conciencias (lo discutiremos en el capítulo 7), no están de acuerdo en prácticamente todos los asuntos importantes, incluida la naturaleza de Dios, la naturaleza del hombre, el pecado, la salvación, el cielo, el infierno y la Creación.
Piénsalo: la naturaleza de Dios, la naturaleza del hombre, el pecado, la salvación, el cielo, el infierno y la Creación. ¡Son temas sumamente importantes! Estas son algunas de las grandes diferencias:
• Judíos, cristianos y musulmanes creen en diferentes versiones de un Dios teísta, mientras que la mayoría de los hindúes y de la Nueva Era creen que todo lo que existe es parte de una fuerza impersonal y panteísta que llaman dios.
• Muchos hindúes creen que el mal es una ilusión completa, mientras que los cristianos, los musulmanes y los judíos creen que el mal es real.
• Los cristianos creen que las personas son salvas por gracia mientras que todas las demás religiones, si creen en la salvación, enseñan algún tipo de salvación por buenas obras (la definición de “bueno” y de lo que salva varía mucho).
Estas son solo algunas de las muchas diferencias esenciales. ¿Sigues creyendo que todas las religiones enseñan básicamente las mismas cosas?
La verdad contra la tolerancia
Si bien la mayoría de las religiones tienen algunas creencias que son verdad, no todas las creencias religiosas pueden ser ciertas porque son mutuamente excluyentes: enseñan cosas que se contradicen. En otras palabras, algunas creencias religiosas deben estar equivocadas. Pero se supone que no debes decir esto en nuestra cultura actual. Se supone que debes ser “tolerante” con todas las creencias religiosas. Y en nuestra cultura, la tolerancia ya no significa soportar algo que crees que es falso (después de todo, nadie tolera las cosas con las que está de acuerdo). ¡La tolerancia ahora significa que debes aceptar cada creencia como verdadera! En un contexto religioso, esto se conoce como pluralismo religioso: la creencia de que todas las religiones son verdad. Hay una serie de problemas con esta nueva definición de tolerancia.
Primero, permítenos aclarar que estamos agradecidos de tener libertad religiosa en este país y no creemos en imponer una religión (ver nuestro libro Legislating Morality [Legislando la moralidad]).10 Somos muy conscientes de los peligros de la intolerancia religiosa y creemos que debemos aceptar y respetar a las personas que tienen creencias religiosas diferentes. Pero eso no significa que, personalmente, debamos adoptar la noción imposible de que todas las creencias religiosas son verdaderas. Dado que las creencias religiosas mutuamente excluyentes no pueden ser ciertas, no tiene sentido pretender que sí lo son. De hecho, a nivel individual puede ser peligroso hacerlo. Si el cristianismo es verdadero, entonces es peligroso para tu destino eterno no ser cristiano. Del mismo modo, si el islam es verdadero, entonces es peligroso para tu destino eterno no ser musulmán.
En segundo lugar, la afirmación de que “no debes cuestionar las creencias religiosas de alguien” es en sí misma una creencia religiosa para los pluralistas. Pero esta creencia es tan exclusiva e “intolerante” como cualquier creencia religiosa de un cristiano o musulmán. En otras palabras, los pluralistas piensan que todas las creencias no pluralistas son erróneas. Así que los pluralistas son tan dogmáticos y de mente tan cerrada como cualquier otra persona que hace afirmaciones en la plaza pública. Y quieren que todos los que no están de acuerdo con ellos vean las cosas a su manera.
En tercer lugar, la prohibición de cuestionar las creencias religiosas es también una posición moral absoluta. ¿Por qué no deberíamos cuestionar las creencias religiosas? ¿Sería inmoral hacerlo? Y, si es así, ¿por cuál estándar? ¿Los pluralistas tienen alguna buena razón para apoyar su creencia de que no debemos cuestionar las creencias religiosas, o es solo su propia opinión personal que desean imponer al resto de las personas? A menos que puedan darnos buenas razones para ese estándar moral, ¿por qué deberíamos permitir que nos lo impongan? ¿Y por qué los pluralistas intentan imponernos esa posición moral de todos modos? Eso no es muy “tolerante” de su parte.
En cuarto lugar, la Biblia ordena a los cristianos que cuestionen las creencias religiosas (por ejemplo, Deuteronomio 13:1-5; 1 Juan 4:1; Gálatas 1:8; 2 Corintios 11:13; etc.). Dado que los cristianos tienen una creencia religiosa que los impulsa a cuestionar las creencias religiosas, entonces los pluralistas, de acuerdo con su propio estándar, deberían aceptar también esta creencia cristiana. Pero por supuesto que no. Irónicamente, los pluralistas, defensores de la nueva tolerancia, no son realmente tolerantes en absoluto. Solo “toleran” a aquellos que ya están de acuerdo con ellos, lo cual, según la definición de cualquiera, no es tolerancia.
En quinto lugar, la afirmación del pluralista de que no deberíamos cuestionar las creencias religiosas es un derivado de la falsa prohibición cultural de hacer juicios. La prohibición de juzgar es falsa porque no cumple con su propio estándar: ¡“no debes juzgar” es en sí mismo un juicio! (Los pluralistas malinterpretan los comentarios de Jesús sobre el juzgar [Mateo 7:1-5]. Jesús no prohibió juzgar, solo prohibió juzgar hipócritamente). De hecho, todos (el pluralista, el cristiano, el ateo, el agnóstico) emiten juicios. Entonces, el problema no es si hacemos juicios o no, sino si hacemos los juicios correctos o no.
Finalmente, ¿hay pluralistas dispuestos a aceptar como verdaderas las creencias religiosas de los terroristas musulmanes, especialmente cuando esas creencias dicen que todos los no musulmanes (incluidos los pluralistas) deberían ser asesinados? ¿Están dispuestos a aceptar como verdaderas las creencias religiosas de aquellos que creen en el sacrificio de niños u otros actos atroces? Esperamos que no.
Si bien debemos respetar los derechos de los demás a creer lo que deseen, somos necios e incluso crueles, si aceptamos todas las creencias religiosas como verdaderas. ¿Por qué es cruel? Porque si el cristianismo es cierto, entonces no sería amoroso sugerir a alguien que sus creencias religiosas opuestas son también verdaderas. Afirmar este error podría mantenerlos en el camino de la condenación. En cambio, si el cristianismo es verdadero, debemos amablemente decirles la verdad porque solo la verdad puede liberarlos.
Habiendo yo sido ciego, ahora veo
¿Qué nos dice la vasta pluralidad de creencias religiosas sobre la verdad en la religión? A primera vista, podría parecer que la existencia de tantas creencias simplemente refuerza la parábola del elefante que mencionamos en la introducción, es decir, que la verdad en la religión no puede conocerse. Pero el caso es exactamente lo contrario.
Para refrescar tu memoria, en esta parábola, un elefante está siendo examinado por seis hombres ciegos. Cada hombre siente una parte diferente del elefante y, por lo tanto, llega a una conclusión diferente sobre el objeto que tiene delante. Uno agarra el colmillo y dice: “¡esto es una lanza!”. Otro sostiene la trompa y exclama: “¡esto es una serpiente!”. El que abraza la pierna declara: “¡Esto es un árbol!”. El ciego que sostiene la cola piensa: “¡tengo una cuerda!”. El que palpa la oreja grita: “¡Esto es un abanico!”. Y el que está apoyado en el costado del elefante exclama con seguridad: “¡esto es un muro!”. Se dice que estos ciegos representan las religiones del mundo, porque cada uno llega a una conclusión diferente sobre lo que ellos perciben. Como todos los ciegos, se nos dice, ninguna religión tiene la verdad. La verdad religiosa es relativa al individuo. Es subjetiva, no objetiva.
Esto puede parecer convincente hasta que se hace la pregunta: “¿Cuál es la perspectiva de quien relata la parábola?”. Hmmmm, veamos, el que cuenta la parábola parece tener una perspectiva objetiva de todo el proceso porque puede ver que