por entonces desarrollaban simultáneamente en otras agrupaciones.
En 1968 Baffa se separó de la orquesta de Troilo, continuando en cambio su labor con Berlingieri, con quien en ese mismo año formó un conjunto codirigido por ambos que actuó y fue premiado en la ciudad colombiana de Medellín.
Luego de su retiro de la orquesta de Troilo, realizó numerosas presentaciones y grabaciones con diversos conjuntos, casi siempre con formato de cuarteto o quinteto.
Así en 1970 formó otro cuarteto con el pianista José Colángelo, el guitarrista Ubaldo De Lío y el contrabajista Rafael Del Bagno.
En el año 1975, con Roberto Pansera como pianista formó un cuarteto que completaban nuevamente Ubaldo De Lío en guitarra eléctrica y Rafael del Bagno en contrabajo, del que quedaron impecables versiones instrumentales de los tangos Duelo criollo, Los mareados, Shuseta y Fueye.
En ese mismo año fue uno de los catorce solistas invitados para participar en la producción de Ben Molar titulada Los 14 de Julio de Caro, en la que cada uno de ellos participaba en tal carácter en uno de los temas. Tocó a Baffa interpretar el tango Todo corazón, integrando una orquesta en la que también estaban José Libertella y Luís Stazzo en bandoneones, Armando Cupo en piano, Enrique Mario Francini, Mario Abramovich, Fernando Suárez Paz, Mauricio Misé, Eduardo Malaguarnera, Eduardo Walczak y Carlos Arnaíz en violines, Mario Lalli en viola, Juan Llacuna en violoncello y Omar Murtagh en contrabajo. Con esta misma formación en ese año grabó además el célebre tango Mal de amores.
En 1980 integró un quinteto junto Enrique Kicho Díaz en contrabajo, Ubaldo De Lío en guitarra eléctrica, Gabriel De Lío, hijo de Ubaldo, en contrabajo eléctrico y Osvaldo Berlingieri en piano, con quien volvía de ese modo a actuar luego de varios años de no hacerlo. Este conjunto grabó los tangos Pelele de Pedro Maffia y Color de rosa, de Antonio y Pedro Polito, Romance de barrio, el vals de Aníbal Troilo y Homero Manzi y La chocada, una milonga compuesta por el propio Baffa, Roberto Pansera y Roberto Pérez Preschi.
Al año siguiente la misma formación llevó al disco No rompan nada, tango que pertenece también a Baffa, Roberto Pansera y Roberto Pérez Preschi.
En 1984 grabó con un quinteto que completaban Berlingieri, los De Lío y Domingo Diani en contrabajo. De este conjunto ha quedado registrado en el disco su tango ¡Que chaparrón!, compuesto en colaboración con Roberto Pérez Preschi.
En 1985, junto con José Colángelo en piano, Néstor Marconi y él en bandoneones, Mauricio Marcelli y Mario Arce en violines y nuevamente Ubaldo y Gabriel De Lío conformó un septeto para nuevas grabaciones. Por esta agrupación ha quedado en el disco el tema Codito de oro, que Baffa compuso junto con Ubaldo De Lío.
También ha grabado obras clásicas en solos de bandoneón, como Reverie, tema del romanticismo musical perteneciente al compositor alemán Schumann, en el año 1987.
En este mismo año volvió a codirigir un cuarteto con José Colángelo, el que completaban Ubaldo y Gabriel De Lío en guitarra eléctrica y contrabajo eléctrico respectivamente, con el que dejaron impecables grabaciones de Danzarín, el tema de Julián Plaza, y Fortín cero, tango compuesto por Baffa en colaboración con José Colángelo. También de 1987 es un noneto que integraban Baffa y Néstor Marconi en bandoneones, Fernando Suárez Paz y Mauricio Marcelli en violines, José Bragatto en violoncello, José Colángelo en piano y una vez más Ubaldo y Gabriel De Lío en guitarra eléctrica y contrabajo eléctrico respectivamente. Este conjunto grabó Afirma las manos, tango que nuevamente Baffa compuso en colaboración con Ubaldo De Lío.
Ya en el año 2002, Baffa volvió a unirse con De Lío para grabar con otro cuarteto codirigido por ambos dos temas más: Otoño azul y Entre milonga y malambo, ambos compuestos en colaboración por los dos directores. Completaban este conjunto Gabriel De Lío, hijo de Ubaldo, en contrabajo y Andrés Linetzky en piano.
La lista de composiciones de Baffa incluye, además de las mencionadas a los largo de esta reseña, obras como el tango instrumental A paso firme, una de sus primeras producciones, escrita en colaboración con el bandoneonísta Juan Salomone, quien integrara la recordada formación de Francini y Pontier. El tema fue grabado por la orquesta que el pianista Orlando Trípodi dirigía a fines de los años cincuenta y comienzos de los sesenta para acompañar al rubro de cantores que conformaban Roberto Florio y Jorge Durán, sin dejar no obstante de registrar algunos temas sin la participación de los aludidos vocalistas.
Otros de sus instrumentales son los tangos bb y El resuello, escritos en colaboración con Osvaldo Berlingieri, ambos llevados al disco por la recordada orquesta que codirigieran en la segunda mitad de los años sesenta, Armonioso y tanguero y Pichibirla, con Raúl Garello, Anticipo, escrito con Luis Stazo y Que chaparrón, grabado por el quinteto del año 1984 al que se hiciera referencia.
Son asimismo varias sus producciones en colaboración con Ubaldo De Lío, entre las que se encuentran Chamuyo tanguero y los ya mencionados Otoño azul, Entre milonga y malambo, Afirmá las manos y la milonga Codito de oro, grabada por el septeto que integró en 1985.
Además de Ubaldo De Lío y Osvaldo Berlingieri, otro asiduo colaborador de Baffa en su tarea de compositor ha sido el bandoneonísta Roberto Pérez Preschi, quien por muchos años fuera integrante de la orquesta de Osvaldo Fresedo. Ambos han compuesto, por ejemplo, los temas A Oscar del Priore, De asfalto y barro, Tango sin edad y No rompan nada, recordando en relación a este último que como ya se indicara anteriormente, en su composición participó también Roberto Pansera.
Entre los temas cantables, Baffa compuso Dice una guitarra, Empinao y Trasnoche de ilusión, los tres en colaboración con Raúl Garello y con letra del hermano de este último, el ya fallecido poeta Rubén Garello. Tanto Dice una guitarra como Empinao forman parte de la discografía del Polaco Goyeneche, quien los grabó el 7 de abril de 1967 y el 18 de junio de 1968, respectivamente, en ambos casos acompañado por la orquesta codirigida por Baffa con Osvaldo Berlingieri, mientras que Trasnoche de ilusión fue grabado por la orquesta de Troilo con la voz de Nelly Vázquez el 12 de noviembre de 1965.
20. Bahr, Carlos
Su nombre completo era Carlos Andrés Bahr y solía ser identificado por los seudónimos de Alfa o Luke. Nació en Buenos Aires el 15 de octubre de 1902.
Su importante aporte autoral al género fue de la mano de un estilo que hoy se denominaría bajo perfil, el que nunca dejó de cultivar.
Así es que pese a su relevante aporte a la música ciudadana, poco se ha sabido acerca de la vida y la trayectoria de este autor que llegó a la poesía del tango a partir de su prematura inclinación hacia la literatura. El autor de este libro tuvo la oportunidad de escuchar una entrevista que se le realizó un día del año 1975 en el programa Rapidísimo, emitido por Radio Rivadavia bajo la conducción de Héctor Larrea, y a través de las notas que tomó de la misma en un hoy viejo cuaderno, ha podido reconstruir parte de la historia de este vate porteño, sobre la base de lo que él mismo relató en esa oportunidad.
Contaba entonces Bahr que fueron sus padres don Augusto Bahr, inmigrante alemán oriundo de Hamburgo y Colette Dierken, también inmigrante pero de origen francés.
Antes de Carlos Andrés, habían nacido dos hermanos, Guillermo y Emma. Su padre era propietario de un barco ballenero, y cuando en 1914 se desencadenó la primera guerra mundial, partió hacia Europa con su nave a fin de ponerse al servicio de su patria.
La partida fue lo último que supo de su padre, del que se perdió todo rastro. Este suceso resintió la economía hogareña, y los Bahr se mudaron a Bernal. Carlos concluyó los estudios primarios y luego ingresó a la escuela de máquinas de la Marina de Guerra.
Pero la bohemia, la lectura y la literatura lo atraparon temprano. Dejó su casa y se aventuró en la calle, sin domicilio fijo, pero escribiendo siempre, especialmente poesías, que por entonces carecieron de toda trascendencia.
Su vida, carente en esa época de todo orden, se nutría fundamentalmente de lecturas, logrando, con la tenacidad propia de todo autodidacta, dominar tres idiomas: alemán, francés e italiano.
A