Valeria Armas

When she was Obsessed


Скачать книгу

en agradarle a menudo imbécil. Algunas veces el amor es demasiado ciego y testarudo.

      Lo sé, puede que esté incluida en ese saco.

      No digo que no.

      Veinte minutos después, estamos en la fila de autos que desfilan para hacer ingreso a la mansión. Uno a uno, y monitoreados por dos grandulones con hojas en mano, los autos avanzan hacia el jardín central de la casa de playa de Trina. Me pregunto si en algunos de esos autos va Loann, y más aún me cuestiono si él ha venido finalmente acompañado de Disney.

      —Esto es un poco ridículo, hasta para Trina —masculla Larry, al mismo tiempo que presiona el claxon.

      Aun no comprendo por qué Larry detesta tanto a Trina, algunas veces creo que no es solo JC, ni es solo que haya sido su ex. Digo, Larry y yo tuvimos algo en el pasado, pero ahora somos muy buenos amigos, no descifro por qué el y la pelirroja no lograron tener una relación sana como la nuestra.

      —Parece que no solo invitó a la facultad entera, sino a la universidad completa. No me sorprende ver a los graduados del año pasado en esta fiesta —comento.

      —Pues creo que invitó a sus ex.

      Subo una ceja, pero él no se inmuta de mi acción, todo lo contrario, solo continúa parloteando.

      —A mí no me sorprendería ver a los profesores, ya sabes el rumor de Trina en primer año.

      Achico los ojos y niego con la cabeza. Larry está más venenoso que de costumbre y no entiendo el motivo.

      —¿Qué ocurre? —pregunto.

      Larry saca la cabeza por la ventana y chilla ¡Avanza el maldito auto! luego suspira y me mira como si no hubiera formulado ninguna pregunta.

       —Estás más criticón que Joan Rivers y tú no eres así. Eres sincero, pero no esparces rumores.

      —Fashion Police, la mejor secuencia de todos los tiempos —dice con una mano en el pecho—. Y si crees que ella es mi inspiración, pues te confesaré que sí. Moriré diciendo que Trina tiene un mal gusto para vestirse, es venenosa, altamente traicionera y... me obligó a hacérsela de…

      —¡Demasiada información! —me tapo los oídos.

      —De niñera.

      Espero que sí haya querido decir eso. No me incumbe la vida sexual de Trina, ni las poses que haya hecho con sus novios.

      —¿Te digo algo? —comenta Larry con un gesto—. Trina nos mintió, esta casa no es nueva. Yo ya estuve aquí.

      Abro la boca para hacer miles de preguntas, pero el me detiene con solo una mirada enfadada.

      —No hagas preguntas, rubia. El pasado es pisado, recuérdalo siempre.

      Asiento.

      Ojalá algún día pueda decir lo mismo de Loann.

      ***

       Cuando bajo del auto, lo primero que llama mi atención es la cantidad de personas que veo por todos los rincones de la casa. Veo la hora en mi móvil y el reloj apunta ser las diez de la noche. Los rostros de algunos universitarios parecen ya adormecidos por los efectos del alcohol y veo muchas parejitas desatando sus pasiones bajo los árboles del jardín, por lo que intuyo que esta fiesta debió empezar hace un par de horas. Me pregunto si Loann ya está aquí, y me aterro de pensar que el finalmente haya desistido en venir.

      No sé cómo he creído que Loann pueda asistir a una fiesta como esta.

      Larry y yo caminamos hacia el grupo de amigos de nuestras clases, en medio de ellos está nada más y nada menos que Trina, en un traje de baño entero color blanco adornado en la cintura con argollas doradas. Su cabello ondeado parece recién salido de la peluquería y lleva un maquillaje bastante sobrecargado. No se ve mal, en realidad está muy atractiva. Sin embargo, no me siento insegura, Trina no es competencia para mí simplemente porque somos personas muy diferentes, así que su actitud de diva no me minimiza en lo absoluto.

      Unos metros antes de llegar al grupo, Larry me hala del brazo.

      —Debes estar atenta si ves a tu maldito arrogante.

      Río. Es gracioso que Larry odie a Loann y que aún así me ayude a disipar mis dudas sobre él. Amo a mi mejor amigo.

      Le hago una seña militar y él continúa el paso hacia el grupo. Al estar cerca de ellos, lo primero que capto es la mirada de Trina recorriendo mi atuendo de pies a cabeza. Me cruzo de brazos cuando termina.

      —¿Dónde dejaste el estilo, reina? —dice sarcástica.

      Estoy a punto de contestarle, pero siento un beso húmedo y pesado en mi mejilla, pronto estoy a pocos metros de JC y su sonrisa falsa.

      —No sabía que vendrías, hermosa —me susurra tomándome de la cintura.

      Tomo el cuello de su camisa y lo hago retroceder unos cuantos pasos.

      —Mantén tus manos lejos de mí, idiota.

      Todos en el grupo echan a reír. JC le da un sorbo brusco a su trago de wiski mientras trata de esconder su vergüenza.

      —No te preocupes, Defy —dice Trina en modo hipócrita—. JC y yo hemos terminado, así que pueden volver si eso desean. Hasta puedo prestarles mi habitación.

      —Defiendo las causas ambientales, pero no he venido aquí a reciclar tu basura, Trina.

      Todos gritan un ¡Uh! Trina me mira ceñuda y ni hablar de JC, si la mirada matara él ya me hubiera descuartizado, quemado y arrojado a un río. Sin embargo, no lanza ningún comentario agresivo, solo se limita a mirar a Trina con complicidad. Espero que este par de sabandijas no estén tramando nada contra mí, y menos nada que involucre a Loann.

      Después de una vacía conversación con mis compañeros de clase, decido empezar a moverme hacia mi único objetivo: Encontrar a mi té helado antes que Trina.

      La casa parece tener al menos diez habitaciones, es de dos pisos y hay posiblemente unos doscientos universitarios aquí. No tengo manera de saber si él ha venido a la fiesta o no, y eso me inquieta. Ideo una forma de ahorrarme el tiempo de buscarlo dirigiéndome hacia los grandulones en la entrada. Necesito saber si Loann ha ingresado o no a esta casa.

      —Hola —sonrío par verme más relajada—. ¿Crees que podrías decirme si mi amigo ha llegado a la fiesta?

      —Claro, ¿cuál es su nombre? — dice, devolviéndome la sonrisa.

      —Loann Cooper —susurro bajito.

      Parece no entender por qué tanto misterio, pero de igual forma continúa buscando en su lista. En esos minutos eternos ruego a Dios que la vida me haya concedido al menos una oportunidad más con Loann Cooper. Lo peor de todo es que tendría que quedarme a aguantar las babosadas de JC y Trina toda la noche, y todo eso porque Larry odia irse de una fiesta antes de las cuatro de la mañana.

      —Sí.

      —¿Sí qué? —pregunto desesperada.

      —Su amigo ha llegado hace más de una hora

      Mi corazón se eleva a la potencia mil, mis manos sudan y una sonrisa ancha se forma en mis labios. Quiero abrazar a Schwarzenegger, pero no lo hago porque probablemente se note extraño, pero... ¡Estoy tan emocionada! Loann está aquí, mi chico bello ha dejado a Disney por mí.

      Bueno no por mí, por una fiesta en casa de Trina.

      Lo que me hace cuestionar.

      ¿Él vino aquí por Trina o por retar a Disney?

      Espero que sea la segunda opción.

      De regreso al grupo, encuentro a Larry charlando con alguien que se me hace muy familiar, en cuanto llego la muchacha gira y me topo con un el primer rostro amigable de la fiesta. Lesly.

      —¡Lelsy! —exclamo, guardando en mi mirada toda la complicidad del mundo.

      —¡Defne!