Valeria Armas

When she was Obsessed


Скачать книгу

en temas que involucren el corazón de mi amigo. Larry es como mi hermano.

      —Sé que fueron novios.

      Me atraganto.

      —Dale, no precisamente novios. Intentamos ser algo más que amigos, pero no funcionó. Y… a todo eso ¿a qué viene esa pregunta?

      —A que tal vez te sigue gustando —deduce—. Entendería que lo siga haciendo porque Larry es un sueño. No quiero que pienses que te estoy diciendo esto para señalarte, solo trato de no ilusionarme. No podría competir contra ti.

      —No —niego de forma rotunda.

      Lesly se cruza de brazos.

      —Déjalo así —dice, entre dientes.

      —Si te digo que no me gusta, es porque no hay otra verdad más que esa. Larry y yo tenemos mucho tiempo como amigos. El período en el que “salimos” fue como una broma personal entre los dos. Ahora lo recordamos con gracia.

      Lesly se queda en silencio.

      —Less, en serio.

      —No te preocupes, no es algo que de verdad crea que se cumplirá —dice, abatida—. Solo que creí que tú podrías ser el puente para que Larry me vea.

      —Yo puedo ayudarte de otras maneras, pero no puedo interferir en los sentimientos de Larry — explico.

      Ella solo me mira y asiente. Hay desilusión en su gesto.

      Rayos. Debí mantener mi boca bien cerrada.

      Cuando bajamos del autobús, Less me adelanta un poco, pero en cuanto pongo un pie en la acera ella se detiene.

      —¿Al menos podrías escabullirme en alguna de sus fiestas? — me pide.

      —Claro que sí.

      Me sonríe y me siento bien por ello.

      —Por cierto, Lilian planea hacer un pequeño viaje este fin de semana.

      Frunzo el ceño.

      —Sin Loann —agrega, me guiña un ojo y luego se pierde entre la multitud de universitarios.

      Me voy con esa idea rodando mi mente todo el trayecto hacia mi siguiente clase, hasta que veo a Loann y Lilian caminar en sentido contrario. Cuando están justo a la misma distancia que yo, se me ocurre mencionar lo de mi madre, solo para fastidiarles un poco la mañana y generar una discusión entre ellos, pero... no lo hago. No quiero a Loann para mí de esa forma y sabotear su relación con Disney no está en mis planes. Quiero que me elija por lo que soy. Quiero que vea en mí lo que esos prejuicios le impiden admirar.

      Dos segundos después, mi corazón se detiene. Loann ha cruzado por tres segundos una mirada conmigo y yo... yo he sonreído en respuesta.

      ***

      Larry y yo hemos decidido huir de los planes extra lujuriosos para la fiesta en casa de Trina, y ahora descansamos en el campus de la universidad bajo un tenue y rico sol primaveral. Larry descansa boca arriba en el pasto, mientras yo trato de resolver algunos ejercicios matemáticos que mi cerebro no puede procesar. Cuando estoy a punto de tirar todo por la borda, mi amigo empieza a hablar de alguien que es más jodido que un teorema matemático. Javier Collie.

      —Creo que JC podría ser bi —empieza él.

      No emito palabra alguna.

      —Digo lo he visto mirarme, creo que le gustan mis ojos —continúa.

      —Ajá —digo.

      —Y bueno hoy cruzamos palabras y creo, creo que lo he notado sonrojarse un poco.

      —Bueno eso fue después de su entrenamiento de fútbol, es obvio que tuvo que estar sonrojado —aclaro.

      Larry no parece oírme.

      —Y ayer me dijo que le gustaba mi chaqueta.

      —Ayer todos te dijimos que tu chaqueta era genial.

      Larry se apoya en sus codos y me mira serio.

      —¿Intentas desanimarme?

      —No me gusta JC para ti.

      — Bien, entonces solo opina eso —vuelve a acostarse y yo bufo.

      —Oye, hay personas mucho más geniales que JC. No hables como si fuese el único hombre en la tierra.

       —¿Y Loann?

      Frunzo el ceño.

      —No metas a Loann en esto.

      —Ni mitis i liin in isti.

      Emito un bufido y hago un puchero.

      —Loann no es como JC. JC piensa con los testículos y mi té helado...

      —Solo ve a través de los ojos de Lilian.

      —No es lo que iba a decir —refunfuño—. Y un golpe en las tetas dolía menos.

      —No quiero echarte para atrás en tus sueños con Loann, pero hay una diferencia entre tú y yo, rubia. Yo no pierdo el tiempo con JC, solo imagino posibilidades. Pero tú estás demasiado obsesionada con la idea de que Loann te aprecie, cuando tú ya sabes que eres genial. Debería bastarte.

      Auch.

      —Pues no me sirve de nada si el chico que amo cree que soy una rubia tonta y vacía —suelto el lápiz sobre el césped y Larry niega con la cabeza.

      —¿Cómo está tu mamá? —pregunta.

      Exhalo.

      —Se recupera, pero aún no puede mover la mano derecha. El trabajo se acumula y las deudas también.

      —Disculpa, pero tu padre es una mierda.

      —No lo es —digo con un poco de abatimiento—. Papá nunca nos ha amado. No puedes obligar a alguien a amarte.

      Larry toma asiento y sacude el pasto de su espalda.

      —Eres su hija, no hay pretextos para nada. Además, podrían denunciarlo.

      —No lo creo, ya soy mayor de edad.

      —Mamá y papá también se divorciaron, ¿recuerdas? Mi padre está obligado a mantenerme hasta que termine la universidad. Deberías consultarlo con tu abogado.

      ¿Abogado? Eso significa más cuentas por pagar. No gracias.

      Niego con la cabeza. No quiero abrumar a Larry con mis problemas de dinero.

      —Quizás tengas razón —digo—. Por lo pronto necesito un trabajo.

      Instantes después, Trina se acerca a nosotros y deja sobre mis apuntes matemáticos, una carta color rosa. Lo tomo y lo observo por ambos lados hasta encontrar mi nombre en la parte trasera de este.

      —Están invitados a mi fiesta de este viernes.

      —¿Es tu cumpleaños, Tri? —pregunta Larry.

      Ella inclina la cabeza hacia un costado.

      —No, solo me provocó hacer una hermosa fiesta, elegante y refinada en la nueva casa de playa que adquirieron recientemente mis padres. Las fiestas del club empezaban a aburrirnos a todos.

      Hago un mohín. No tengo dinero para un vestido, ni para zapatos, ni para para pagarme un buen peinado, ni maquillaje ni absolutamente nada que implique gastos banales. Esta fiesta no está en mi lista de prioridades ahora. Debo ser sincera con Trina o...

      —Invité a toda la facultad.

      —¿Toda? —la miro con ojos soñadores. ¿Eso incluye a Loann?

      —Toda —confirma—. Esta vez quiero ser más inclusiva. El grupo empieza volverse aburrido. Necesitamos gente nueva y otros patrocinadores. Hay una hermandad que está interesada en unirse a nuestro club.

      —Siempre hemos podido costear todo, Trina — le recuerda Larry.

      Me