aceptan menores de edad?
El ríe.
—Eso me dolió.
—Lo lamento, no fue mi intención —digo en tono divertido.
—De hecho, pronto cumpliré dieciséis —aclara en un tono bastante orgulloso.
—¡Vaya!
—¿Diecisiete? —me pregunta.
—Diecinueve y pronto veinte —digo apenada.
—¡Genial! —dice él haciendo un movimiento de triunfo con su brazo.
Solo me limito a reír, claramente no saldría con este niño bonito. Sería como salir con un niño de stranger things, sería como enamorarme de Mike Wheeler.
Bueno, lo confieso, me encanta Mike Wheeler.
—Oye, en serio, necesito mi té helado. Estoy sedienta.
—Claro, ahora mismo voy por él.
El muchacho corre al mostrador, entra a la cocina solicitando mi pedido y me deja muy enternecida en mi asiento.
Mientras tú me ignoras Loann Cooper, un niño de quince años me enamora.
Dos minutos después, tengo nuevamente al ojiverde frente a mí con una fuente de té helado, un sándwich de jamón y un pastel de durazno.
Miro todo completamente confundida.
—Oye... yo... no... —tartamudeo.
—Sé que tienes hambre. No hay de qué preocuparse. Además, vi esto en un video y siempre quise hacerlo.
—No, en serio. No es necesario que lo hagas.
—Insisto, quiero ayudarte. Solo te pido algo a cambio —sube las cejas a lo que yo activo mis reflejos de defensa.
—Mira casanova, no sé lo que pretendas, pero no salgo con menores de edad.
—Es una broma —dice de inmediato—. Ya lo pagué, además la torta es para mí. Mi turno acaba de terminar.
—Cenarás aquí —deduzco.
—Antes debo consultártelo: ¿Puedo sentarme contigo?
Mis ojos se entrecierran tratando de adivinar sus oscuras intenciones, sin embargo, este muchacho tan dulce e inocente no parece ser peligroso. Solo es un niño que nunca ha visto una mujer tan hermosa como yo.
Está bien, entiendo su fascinación.
—Sí puedes, adelante.
Su enorme sonrisa vuelve. Es linda y es contagiosa, es del tipo de sonrisas que ilumina tu día. Bueno, tarde, porque llevo muchas horas siendo una desempleada.
—¿Puedo saber tu nombre?
—Soy Defne —me presento, estirando una mano. Él la toma y aprieta fuerte.
—Soy Theo. Theo Burckhardt y estoy a tus órdenes.
Sonrío mientras estrecho su mano. Siento como si acabara de conocer a un pequeño ángel en mi vida.
—Mucho gusto, casanova.
Él emite una carcajada y yo otra. Y pronto nuestra conversación se vuelve tan fluida y entretenida, que pierdo la noción del tiempo. Theo me cuenta acerca de su escuela, de sueños de ser fotógrafo, guitarrista, empresario y muchas otras cosas más, así como de su necesidad de viajar por todo el mundo. Siendo este el motivo principal que lo llevó a buscar un trabajo. Por mi parte, me concentro en preguntar lo más importante… ¡¿Cómo rayos hizo para conseguir trabajo siendo y luciendo como un niño?! Su respuesta a todo es: Simpatía.
—Papá siempre dice que la simpatía es la clave para lograr mucho éxito con las personas.
—Pues hizo un buen trabajo contigo, sabes cómo ganarte la confianza de la gente. Estoy segura de que eres una mina de oro para tu jefe.
—Eso lo heredé de mamá —dice con el mentón en alto.
—Papá simpático y mamá gentil, debes tener una familia muy hermosa—respondo, dejando que por un momento mi mente me lleve a mi desestructurada familia.
—¡Oye! —chilla. Provocando que de un pequeño salto en mi asiento—. Tengo una tía... bueno no es mi tía, pero siempre le he dicho así desde pequeño, el punto es que ella necesita una niñera para su hija. Por las tardes ella y su esposo no están en casa, así que necesitan que alguien cuide de mi primita. ¡Puedo recomendarte!
Mi boca se abre en una gran “o”. Ser niñera me asusta un poco, siempre he tenido mal genio con los niños, pero podría intentarlo. Por demostrar que puedo ser útil y ayudar a mamá, haría cualquier cosa.
—¿Lo harías? —pregunto.
—Claro que sí. Ya eres mi amiga, porque... ¿ya eres mi amiga? ¿cierto? —su rostro luce preocupado.
Le obsequio una sonrisa.
—Sí, Theo.
—Mierda, Dante y Laslo no me creerán esto —dice, para luego apoyar su rostro en una mano mientras emite un largo y soñador suspiro. Le obsequio una sonrisa de agradecimiento a mi nuevo y buen amigo Theo. Esperando que la posibilidad de un nuevo trabajo me lleve a olvidarme por un momento de él. De Loann. Mi té helado.
Décimo tercer
Intento
Utiliza el transporte público para ir a la universidad, definitivamente, no está dentro de mi lista de cosas lindas por las mañanas. Sé que pagar un taxi de mi casa a mi centro de estudio no es un dinero significativo en el bolsillo de mamá, pero ahorrar es primordial en estos momentos y yo intento no ser un estorbo mientras puedo.
Encontrar a Lesly en uno de los asientos de en medio, me hace sentir más segura. Tomo asiento a su lado y ella me sonríe.
—¿Transporte público?
—Sip —asiento, de mala gana.
—¿Cómo está el cerdo?
—Ella está bien —respondo de inmediato.
Lesly asiente, por la forma en la que me mira para no animarse a decirme algo.
—Defne, sobre lo de Larry… no se lo has dicho ¿cierto? No quiero verme ridícula.
—Claro que no —palmeo su hombro—. Tengo un código con las chicas y es no revelar sus secretos con los chicos —le guiño un ojo—. Y no te ves ridícula. Es completamente normal que te guste y no quieras decírselo. Larry es guapo, pero sumamente especial a la hora de escoger amistades. Tiene un círculo muy cerrado, pero créeme, si te ganas su confianza, es todo tuyo. Solo no tienes que mantener en secreto que te agrada.
—No quiero que sea un secreto.
—¿Eso qué quiere decir?
—Que estaba pensando en lo que dijiste, de luchar, de intentarlo. ¿Tendría opción?
Me quedo pensativa.
—A Larry le gustan los chicos, pero…
—Hay la posibilidad de que le gusten las chicas —deduce ella misma.
—No lo sé, Less. Aún es complicado para Larry, incluso para él ha sido un poco confuso.
—¿Me ayudarías? —me adelanta.
—¿A conquistarlo?
—Sí —responde, emocionada.
Lo pienso por unos segundos. Ayudar a Lesly con Larry podría ser una buena opción antes que mi mejor amigo se involucre con mi ex. Sin embargo, no quiero que Larry mal interprete esto. Tampoco quiero forzar las cosas y terminar rompiendo el corazón de Less. Me parece que debo mantenerme al margen.
—Sería mejor que las cosas se den de forma natural.
El rostro