River mientras revisa en sus impresos.
—El hermano de mi padre es aficionado a la crianza de serpientes, así que le pediré una de ellas. No será problema para mí.
—Necesito los datos de esta para tenerla en mi archivo, color, tipo y medida. Dime una cosa, ¿cuánto mide?
—¿Mi serpiente? —por el tono que escucho sé que dirá algo idiota. Lo presiento.
River asiente.
—Eso debe preguntárselo a Defne, ella sabe muy bien el grosor y la medida. Es una madre amorosa —responde, giro rápido y él me envía un beso volado. Deseo no haberlo hecho.
Todos ríen, el profesor tose un poco y finge no haber oído eso.
Maldita sea, ¿acaso no va a decirle la misma puta frase que a mí?
—Sus bromas fuera de este taller, Collie —es lo único que dice él.
Me indigno, pero no digo nada. Me las cobraré de todas formas.
—Jóvenes —dice River, caminando entre las columnas de carpetas—. Luego de realizar el sorteo subiré todos sus nombres y equipos al sistema. Por lo tanto, no pueden hacer ningún cambio ni reclamo cuando sus equipos aparezcan en la plataforma del taller. ¿Entendido?
Mierda.
Todos pronunciamos un cansado y extendido “Bien”.
***
—¡Debo agradecer a la vida, a mi madre que me trajo a este cruel mundo y al viejo Hitler que me unió con JC! —exclama Larry por los pasillos de Johnson Smith.
Es la cuarta vez que menciona que él y JC están en el mismo equipo.
—Ojalá JC no fuera heterosexual —mascullo.
—Ojalá Loann y tú estén en el mismo equipo.
—Imbécil —digo empujando su cuerpo lejos de mí. No logro moverlo ni un solo centímetro, contrario a eso, solo obtengo doblar un poco mi uña.
Llego a mi casillero, lo abro y arrojo mis libros. Cierro la puerta y le tiro un puntapié a la lata.
Odio a todo el puto mundo.
—Considera que al menos Loann y Disney están separados. No tendrás que verlos juntos ni intercambiando saliva todo el tiempo.
—Mierda, qué gran noticia. Deberías ser porrista Larry, tus ánimos harían que el mejor equipo se sienta mierda—le enseño el dedo de en medio—. Cierra la boca, por favor.
Sube los hombros.
—Al menos no como ahora.
Giro y encuentro una escena tan vomitiva como la de esta mañana. ¿Puede existir una capacidad de reconciliación más grande que la de ellos? Hace unas horas no se hablaban, ni miraban y ahora ella está apoyada en una columna del pasillo enredando sus brazos en el cuello de Loann y... lo está besando. Giro y exhalo.
Obviamente no lloro, llorar es de perdedores y yo no lo soy.
—¿Quiénes estaban en mi grupo?
Larry emite un largo suspiro y empieza a cantar todos y cada uno de los integrantes de mi penoso grupo.
—George cabeza de plumero, Patrick nariz de tucán, Tania siliconas y Lesly… la desconocida.
Sí, a Larry le encanta llamar a nuestros compañeros por adjetivos hilarantes acerca de sus físicos. Pero eso realmente no importa cuando dentro de todos ellos, un nombre en especial llama mi atención. George cabeza de plumero. Mi eterno fan enamorado. Jamás lo miré a los ojos porque no había nada en él que me gustase, sin embargo, por conseguir mi objetivo yo podría…
—Tengo una pequeña idea, Pinky —digo, intercambiando miradas cómplices. El tipo de miradas que solo tú y una persona que te conoce muy bien saben descifrar.
—A tus ordenes, cerebro —responde él, haciendo un ademán militar.
Por segunda vez, veo a la parejita que ahora se da besos tiernos y tiene arrumacos tontos en medio del pasillo. Loann besa la frente de Lilian y ella tiene una sonrisa tan boba que me provoca golpearla. Los observo fijamente, cual villana de la historia que los vigila y desea su muerte. Pero mis intenciones no son oscuras. Mi único anhelo es ocupar el lugar de Disney. Cambiar esa mirada de odio por una de honesto y auténtico amor. Que Loann se enamore de mí tanto como yo lo estoy de él. Y que la vida no me ayude, pero que tampoco interfiera en mis planes. Pero si es así, yo haré todo lo posible para cambiar sus destinos. Sí que lo haré.
Tercer Intento
—Maldita sea, Defne. No pensarás salir así con ese imbécil.
Una blusa de tirantes color beige se ajusta a mi cuerpo y una falda de terciopelo se ciñe a mis caderas. Llevo unas zapatillas color blanco para verme más informal y he colocado una casaca jean en mi hombro para lucir más relajada. No le veo nada de malo a mi look, no cuando he pensado estilos más candentes si mi cita se tratara de Loann. Quizás menos ropa, quizás menos todo.
Cuando estoy nuevamente divagando (babeando) por Loann, Larry aplaude para hacerme reaccionar.
—Sí —respondo obvia. Luego, camino hacia la cómoda y observo mi reflejo. Tomo el lápiz labial color rojo y delineo mi boca con suavidad. Ni siquiera me preocupa que Larry tenga una gran vista de mi culo desde mi cama. Aun así, solo por curiosidad, le echo una ojeada y lo encuentro, como siempre, tan inmune a mis encantos como la primera vez que me confesó su homosexualidad.
—¿Qué tal me veo?
Larry toma asiento y recorre con una mirada preocupada mi figura. No parece agradarle que haya invitado a una de nuestras fiestas privadas a cabeza de plumero. Y lo comprendo. George es el chico más pervertido y zorro sucio que he conocido en mis diecinueve años.
—Violable por George —responde.
—Solo trataré de convencerlo. Para George antes que el sexo está el dinero —subo una ceja un par de veces. Mi argumento no parece convencerlo.
—Cooper es un chico lindo, Defne. Pero ese no es motivo para que arriesgues el pellejo por él. No intentes convencerte de que George solo necesitará un par de billetes para aceptar tu trato, él querrá algo más y está debajo de esa falda aterciopelada. No seas tonta. No ahora, tú eres todo menos una tonta.
—He tenido mi dosis de sermón hoy día. Te agradezco por tratar de cumplir el papel que mi padre nunca ha hecho, pero no eres un amigo divertido ahora.
Larry emite un bufido, parece que quisiera abofetearme.
—Prefiero cumplir el papel de salvador de virginidades. Evito violaciones a toda costa, ¿te parece eso un amigo no divertido? Porque para mí la mejor definición es: Bueno.
Tomo mi bolso del perchero y luego ajusto más mi falda. Después camino hacia Larry y pellizco su nariz. Él la quita, yo solo río e inflo el pecho con toda la seguridad que me caracteriza. Luego, tomo mi móvil y me saco una foto para Instagram. La subo y a los pocos minutos ya tengo una buena cantidad de corazones y comentarios con la palabra “guapa”. Sé que todos quieren al menos bailar conmigo esta noche en el club. Todos menos Loann Cooper. Posiblemente esté en casa de Lilian Disney intentando tocar algo más que sus mejillas y yo... solo no puedo dejar de pensar en lo aburrido que es, pero en lo mucho que me encantaría siquiera tener un poco de esa atención.
***
—Defne Prinsloo, más ardiente que nunca, el sol de Johnson Smith, la reina de las porristas de la escuela y la Diosa de esta facultad.
Giro la mirada. JC siempre intenta adularme en todas las fiestas en las que nos chocamos, como un intento en que nuestra ex relación amorosa vuelva a surgir, pero no pasará.
Nuestro noviazgo fue un error y los errores no se vuelven a cometer a menos que estés enamorada de ellos. Además JC no se acerca en lo más mínimo al hombre de mis sueños.
—¿Puedes