Andes”, en Larson y Harris (eds.). Ethnicity, Markets and Migration in the Andes: At the Cross-roads of History and Anthropology, Durham, Duke University Press, 1995, pp. 5-53 y 351-190; Thomas Abercrombie. “Q’aqchas and La Plebe in ‘Rebellion’: Carnival vs. Lent in 18th-Century Potosí”, en Journal of Latin American Anthropology 2.1, 1996, pp. 62-111; Marisol de la Cadena. “Las mujeres son más indias. Etnicidad y género en una comunidad del Cusco”, en Revista Andina 9.1, 1991, pp. 7-29; Zoila S. Mendoza. “Contesting Identities Through Dance: Mestizo Performance in the Southern Andes of Peru”, en Repercussions 3.2, 1994, pp. 50-80.
31 Puede hallarse un resumen conciso de las diferencias entre México y Perú en Florencia Mallon. “Indian Communities, Political Cultures, and the State in Latin America”, 1780-1990”, en JLAS 24.S1, 1992, pp. 35-53.
32 Estas familias son estudiadas por Scarlett O’Phelan Godoy en “Aduanas, mercado interno y élite comercial en el Cusco antes y después de la gran rebelión de 1780”, en Apuntes, N° 19, 1986, pp. 53-72.
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La rebelión de Túpac Amaru: protonacionalismo y revitalismo inca
Entre 1780 y 1783 la región andina se vio sacudida por la mayor rebelión ocurrida en la historia de la América hispana colonial. Inicialmente localizado en el Cusco, el levantamiento se dejó sentir en una zona que se extendía desde la actual Argentina hasta Colombia. La etapa de Túpac Amaru duró un poco más de medio año, luego de lo cual el centro de la rebelión se trasladó al Alto Perú, que hoy en día es Bolivia. Los rebeldes estuvieron cerca de derrocar el poder colonial español, y con ello alteraron radicalmente las relaciones entre el Estado, la élite y el campesinado indígena.
A pesar del enorme alcance de la rebelión y de la considerable atención que ha recibido por parte de los especialistas, los objetivos y significado del movimiento de Túpac Amaru todavía siguen abiertos al debate, pues no existe una respuesta inequívoca a la pregunta de cuáles eran los objetivos de los rebeldes. Algunos historiadores lo han interpretado como un antecedente de masas de la guerra de la Independencia que ocurrió a inicios del siglo XIX. Otros han enfatizado la ideología inca y lo han descrito como un movimiento revitalista o mesiánico. Otros no han mirado tan adelante o tan atrás en el tiempo, sino que lo han ubicado al interior de la tradición colonial de negociación de los derechos políticos. Parte del problema interpretativo reside en la ambigüedad de la plataforma de los líderes, así como en la brecha existente entre su retórica y las actividades insurgentes. En la mayoría de sus proclamas y cartas, Túpac Amaru llamaba a la formación de un movimiento amplio y multiétnico que tuviera como objetivo desmantelar las prácticas más explotadoras del colonialismo y de los propios explotadores europeos. Alegaba actuar en nombre del rey y de la Iglesia católica y buscaba el apoyo no solo de indios sino también de criollos, mestizos y negros. Sin embargo, nunca especificó qué tipo de política reemplazaría al colonialismo español. Por otro lado, mientras el liderazgo buscaba también el apoyo de quienes no eran indígenas, enfatizando así la amplitud y limitaciones del movimiento, los insurgentes indígenas a menudo contradecían estos esfuerzos saqueando o incendiando haciendas de propiedad de criollos y atacando a un enemigo definido en términos muy amplios: todo aquel a quien no consideraban indio. Estas dos características íntimamente relacionadas del levantamiento, la vaguedad de la plataforma de Túpac Amaru y las tensiones entre un movimiento multiétnico y un movimiento “indio”, salieron a la luz una y otra vez durante la rebelión, y ayudan a explicar su derrota.
El análisis de la rebelión de Túpac Amaru puede beneficiarse de los debates sobre el nacionalismo y el colonialismo y, a la vez, contribuir con ellos. La mayor parte de definiciones de nacionalismo ponen el énfasis en dos aspectos: la idea de la existencia de un conjunto singular de gente y el intento de obtener ganancias políticas para esta nación.33 El levantamiento de Túpac Amaru cumple con la primera condición y, como este capítulo lo demostrará, también con la segunda, aunque esta es más cuestionable. Túpac Amaru dirigió su movimiento hacia una coalición de grupos sociales, tal vez más fácilmente definidos en términos negativos como todos aquellos que no fueran españoles ni europeos. Pugnó por incluir mestizos, criollos y negros en su movimiento, insistiendo en que estaban unidos por el hecho de haber nacido en estas tierras y por ser maltratados por los españoles. Sin embargo, en relación con el segundo punto, la aplicabilidad del concepto de nacionalismo no es tan clara. El nunca especificó qué forma de gobierno reemplazaría al de los españoles, y combinaba elementos aparentemente contradictorios, tales como el monarquismo inca, la práctica colonial “tradicional” e insinuaciones de pensamiento ilustrado. No obstante, existen pocas dudas sobre sus objetivos inmediatos: los rebeldes buscaban demoler el colonialismo borbónico.
La utilización del concepto de nacionalismo para un movimiento indígena en los Andes del siglo XVIII fuerza en cierta manera sus usuales aplicaciones cronológicas, geográficas y sociales. Túpac Amaru se levantó 45 años antes de la Independencia del Perú y antes de que el Estado-nación predominara en la Europa Occidental. Más aún, el movimiento fue derrotado y, de esa manera, nunca puso en práctica su proyecto nacionalista; por tanto, debe agregarse el prefijo proto. Una serie de especialistas han cuestionado que el nacionalismo pudiera existir antes que la nación, pues, si bien reconocen las manifestaciones culturales de una identidad de amplia base, señalan que ellas no se tradujeron en acción política.34 Hoy en día, la mayor parte de especialistas enfatizan la naturaleza imaginada o construida de “la nación”, a la que presentan como un discurso fundado en un pasado mítico propagado por los estadistas y sus ideólogos, y no como algún tipo de legado permanente y primordial. Según esta visión, el nacionalismo siguió al Estado-nación. No obstante, se debe observar que estas “comunidades imaginadas” no se desarrollaron a partir de un vacío sino más bien de una reelaboración de diversas nociones de identidad y comunidad.35 En el caso de Túpac Amaru, este incorporó una forma de protonacionalismo anclado en los Andes y en la población indígena, perspectiva que contrastaba con aquellas del movimiento independentista dirigido por los criollos, así como con la ideología del Estado poscolonial. Este capítulo resalta estas diferencias y sostiene que el concepto de la nación peruana requiere pluralizarse.36 A lo largo del presente libro realizamos un seguimiento de la confusa relación entre los nacionalismos andino y criollo.
En décadas recientes, numerosos especialistas y escuelas han intentado liberar el análisis del nacionalismo en Asia, África y América Latina de los límites de un modelo desarrollado, en gran medida, por y en Europa.37 Incluso si bien la abundante literatura sobre los movimientos anticoloniales en Asia y África plantea una dura crítica a las perspectivas eurocéntricas y realiza fascinantes comparaciones con América Latina, ello no es fácilmente transferible a este último subcontinente. Una vez más, es esencial tener en cuenta el tiempo: la Independencia llegó a América Latina a principios del siglo XIX, en tanto que en África y en Asia ha ocurrido recién en el siglo XX.38 En general, la primera gran ola de construcción de la nación, e independencia en la América española, a inicios del siglo XIX, no ha sido suficientemente examinada en la literatura sobre el nacionalismo y el (anti)colonialismo.39 El análisis de la rebelión de Túpac Amaru puede traer luces sobre este proceso.
¿Precursor, inca o tradicionalista? Túpac Amaru y los historiadores
La incertidumbre sobre la naturaleza del movimiento de Túpac Amaru se refleja en el estilo altamente ideológico con el cual ha sido tratado por los historiadores. El levantamiento ha estado en el primer plano de diversas interpretaciones y debates sobre el pasado, el presente y el futuro del Perú. Por otro lado, ningún período ha sido tan predominante en las discusiones sobre lo que es el Perú y las razones por las cuales está tan fuertemente dividido, como lo ha sido la guerra de la Independencia, donde, para derrotar a los españoles, los insurgentes tuvieron que apoyarse en ejércitos extranjeros. El análisis del movimiento de Túpac Amaru enfrenta tanto el debate sobre lo que es el Perú, como las razones por las cuales está profundamente dividido. Al interior de estos constantes debates pueden hallarse tres interpretaciones: el movimiento como antecedente de la Independencia, como proyecto