Jorge Manzano Vargas SJ (†)

El diablo


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      4- Sal 91.

      5- Sal 91, 5–6.

      6- Gn 6, 4.

      7- Sal 29, 1.

      8- Sal 89, 7.

      9- Za 3, 1–7.

      10- Jb capítulos 1–2.

      11- 1Cro 21, 1.

      12- Ex 31, 3.

      13- Zc 12, 10.

      14- Os 4, 12.

      15- Zc 13.

      16- Gn 3.

      17- Mt 13, 39.

      18- Lc 8, 12; Hch 10, 38.

      19- Mc 3, 23–26; 4, 15; Lc 9, 16.

      20- Mt 13, 39; Lc 10, 19.

      21- Ap 12, 13; 20, 2.

      22- Ibidem, 9; 20, 2.

      23- Mt 12, 24 y 27; Mc 3, 22; Lc 11, 15, 18 y 19.

      24- Co 6, 15.

      25- Jn 12, 31.

      26- Mt 13, 37 y ss.

      27- Mc 3, 23–30; Lc 13, 16; Hch 10, 38; Hb 2, 14.

      28- 1Co 7, 5; 2Co 2, 11; Ef 4, 26 y ss; 1Tm 3, 6 y ss.

      29- Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11.

      30- 2Cor 4, 4.

      31- Mt 9, 4.

      32- Ap 12, 3.

      33- Lc 22, 3.

      34- Hch 5, 3.

      35- Mt 4, 1–11; Lc 4, 1–13.

      36- Hch 10, 38.

      37- Lc 10, 18.

      38- Jn 12, 31.

      39- Hb 2, 14.

      40- Ap 12, 9 y 12.

      41- Ibidem, 20, 2.

      42- Ibidem, 12, 17.

      43- Ef 1, 20–2, 10.

      44- 1Cor 7, 5; Ibidem, 2, 11; 1Tim 5, 15.

      45- 1Pe 5, 8.

      46- 1Ts 2, 18.

      47- Rm 16, 20.

      48- Pablo VI. “Audiencia general”, miércoles 15 de noviembre de 1972, quinto párrafo del discurso, http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/audiences/1972/documents/hf_p-vi_aud_19721115.html

      49- Rm 8, 35–39.

      50- Dn, 3.

      Conato de explicación

      JORGE MANZANO VARGAS, S.J. (†)

      LÍMITES

      Son numerosas las personas —más de las que imaginamos en nuestra sociedad culta— que se acercan a los sacerdotes para pedir exorcismos sobre alguien supuestamente poseso. La Iglesia es prudente: a la inmensa mayoría los envía al médico, al psicólogo, al psiquiatra; o les dice que coman y duerman bien, que disminuyan su stress, que descansen, que tomen vacaciones. Sólo en un mínimo de casos la Iglesia juzga prudente hacer los exorcismos. Se requiere que el Obispo dé su aprobación. Y, aunque en principio cualquier sacerdote tendría poder para hacer los exorcismos, en la práctica sólo puede hacerlos el exorcista nombrado por el Obispo, quien lo escoge por su virtud y conocimientos en la materia.

      A falta de estadísticas usaré números simbólicos. Digamos que de un millón de casos que se presentan, la Iglesia juzga prudente hacer exorcismos en diez de los casos; y a los demás los envía, como dijimos, al descanso o al psicólogo. A estos casos los dejamos de lado pues están, en principio, resueltos. Atenderemos a los diez casos de exorcismo.

      En este trabajo trato de dar una posible explicación natural, digamos, por lo menos, a nueve de esos diez casos. Notemos el matiz posible, pues en el campo de lo humano no siempre se puede contar con certezas absolutas.

      ADVERTENCIAS

      Seguimos el modo de la Iglesia: la inmensa mayoría de los casos hay que remitirlos al descanso, buena alimentación, o consulta médica, psicológica o psiquiátrica. La Iglesia ciertamente no fomenta la credulidad supersticiosa que ve posesión diabólica en cada hoja que cae,