Carlos López Degregori

Lejos de todas partes


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el guardabosques cruel

      amamantado por cabras

      Y no eres cieno

      ni prodigios

      Tener derecho a escribir

      uno de sí

      o para sí.

      Creo que no lo tengo.

      Derecho a esconder

      y quede aquí escondido lo importante

      a fabular.

      Un escarabajo me enseñó a escribir sencillo este poema

      dejar atrás la oscuridad

      vencer

      porque no se devuelve la palabra.

      Un escarabajo rebela revela rebela

      nada busca decir

      reúne la pasión con el estiércol.

      Hoy domingo

      en que al fin me encuentras remendando

      aprendo lo esencial

      profano

      la palabra justa es barro fresco.

      Véngate del honor

      del hombre que construye inservibles monumentos

      revienta lagartijas

      y tortura insomne a un caballo.

      Véngate de cada uno de tus días

      en especial de los que fuiste infeliz.

      Del amor que te fijaba

      como un árbol ciego a la tierra.

      Has terminado.

      Envejeciste

      y ahora cojeas para siempre,

      ahora repites y repites

      no creas en tu país.

      Véngate del surrealismo.

      Te han llamado del mar

      y has acudido

      porque la poesía se define en el agua.

      Ahógate. Anuncia. Vigila.

      Algún día seré otra vez el carnicero

      resucitarán mis cuentos y poemas

      y como un personaje ejemplar

      que tuvo convicciones a pesar de su autor

      deberé reconciliarme con ustedes

      Entonces volveré al hotel Pascal

      donde dos borrachines juran y se niegan

      y aún intentan su viaje las bolas de billar

      se quiebran los cristales

      y un mozo huye despavorido

      o se desmorona para siempre

      Decir menos la verdad

      concentrar lo que fue el único misterio

      porque hoy vuelve la palabra a la esterilidad de este hotel

      al tigre agazapado en la sombra

      al retrete que por un día me hizo indestructible

      Quien regresa al hotel Pascal invade

      contradice

      se puebla de seres y de voces

      y es de nuevo uno con los gallos

      que cantan

      que a pesar de todo cantarán.

      Una tarde encontré siete perros muertos en la carretera.

      Canté aspirando el aire, las moscas, la violencia

      y supe que sería definitivo mi verano.

      Cómo llegaron aquí.

      No sé.

      La sabiduría es siempre de los huesos.

      Pero pronto cumpliré los 33,

      me casaré y tal vez tenga siete hijos.

      Y cuando llegue la tarde en que confluyan veranos, carreteras

      y una mosca perfecta me recuerde

      este cementerio de sol

      cantaré de nuevo el triunfo de los perros.

      un poema parco incidental

      me cueste como tres

      y atónito inútil imperfecto

      nunca termine de costarme

      y acudan rostros lenguas animales

      acudan

      en una sola sombra

      un solo viento verdadero

      reine el desorden

      sueñe antes de soñar

      coma antes de comer

      viva un terrible simulacro

      hable

      y nunca derrote a la palabra

      desventurado

      hoy 14 de septiembre

      nazca por tres veces

      tenga tres padres nombres acertijos

      crezca torcido

      llegue a este punto estéril

      y lo llame

      talento inferior

      reguero anónimo de pasos

      tres años vi a la cierva

      nadie la conoció así

      pero arrastraba ese nombre memorable

      dama parca mezquina

      me arrancaba un cabello

      lo enhebraba

      y cosía hasta sangrar

      horas y horas

      mientras sus quejidos ahogaban

      el ruido de la aguja

      cierva

      hazme unos guantes

      una venda

      el vestido sacrificado del amor

      entender es difícil

      tornarse vulnerable transgredir

      cose ya mi ano

      mis párpados mi boca

      encierre todo murmullo para siempre

      aísle cualquier rescoldo de verdad

      y exiliado

      fue mi primera muerte

      y nacimiento

      reine el desorden

      tres venzan los años

      y me canse de contar

      pierda mi sombra

      un alacrán me recuerde a los dragones

      monje fui

      exterminador

      mercader en estas calles desoladas

      y