la fatiga estimada del momento. Este procedimiento, si bien no es científico, tiene la ventaja de poder controlar el “día a día” y ver cuándo se encienden las alarmas para poder revisar el estado del deportista por medios más científicos (figura 1.30).
Figura 1.30. Cuestionario para detección de la fatiga (CDF). Puede comprobarse que los últimos días de control el atleta ha entrado en una zona alarmante y deberá rectificar sus actividades y entrenamientos si no quiere caer en el proceso de la fatiga crónica.García-Verdugo (2001). Planificación y control del entrenamiento de corredores. Gymnos.
Existen otros medios para la detección del estado de fatiga, como la observación personal por parte del entrenador, que sigue teniendo un gran protagonismo incluso en la actividad.
Componentes del entrenamiento
El entrenamiento está basado fundamentalmente en la sucesión coordinada de dos componentes: la carga y la recuperación. En capítulos posteriores se tratan de forma específica los componentes y subcomponentes del entrenamiento de resistencia en función de cada especialidad, pero dado que influyen de forma determinante en el entrenamiento, se tratan aquí previamente de forma más general.
El estresor o carga de entrenamiento
Durante el entrenamiento los estímulos a los que se ve sometido el organismo, generalmente en forma de movimiento, se conocen como “carga de entrenamiento” (Navarro, 2001). Partiendo de la posición del análisis sistemático del equilibrio entre el organismo y el medio, se llega a la conclusión de que el principal factor de mejora del rendimiento, a través del entrenamiento deportivo, está basado en el estímulo o carga que se administra (Zhelyazkov, 2002).
En general en el entrenamiento del deportista de resistencia la carga o estresor viene determinada por la contracción muscular que origina el movimiento y que ponen en funcionamiento los órganos y sistemas, que deben cubrir las necesidades y restaurar las pérdidas causadas por dicha contracción.
Las cargas han de conllevar la suficiente exigencia para que se produzcan los desajustes que obliguen al organismo a producir las adaptaciones precisas. Por consiguiente, el entrenador tiene que preocu-parse prioritariamente de la certeza de que esas cargas que se aplican cumplen los requisitos de exigencia y descanso para que el organismo vaya produciendo las supercompensaciones necesarias.
Respecto a la exigencia de las cargas de entrenamiento, Navarro (2001) establece una clasificación que se estima adecuada para aplicar las cargas al entrenamiento de resistencia. Para este autor existe una escala de niveles de carga que se exponen en la figura 1.31.
Figura 1.31. Niveles de exigencia de la carga y efectos de entrenamiento producidos. Navarro (2001).
La estructura del entrenamiento bajo la forma de microciclos repetidos está aceptada en la práctica (Matveyev, 1983). Estos microciclos deben garantizar el equilibrio entre trabajo y reposo de forma cíclica y repetida, a la vez que creciente. Para que el entrenamiento resulte eficaz es preciso conocer los estímulos precedentes, pues es determinante la aplicación de otros nuevos durante entrenamientos sucesivos.
Carga interna y carga externa
Al hablar del entrenamiento y compararlo con un sistema en su funcionamiento, se ha visto que si se introduce una tarea ésta origina alteraciones y modificaciones dentro del sistema, saliendo finalmente una información.
La tarea asignada es perfectamente conocida: por ejemplo, una serie de ejercicios determinados que, una vez realizados, producen dentro del organismo alteraciones, desajustes y reajustes. Así pues, ha de diferenciarse claramente la tarea que el entrenador asigna al deportista (carga externa) de los efectos que causa dentro del organismo (carga interna) (figura 1.32).
Está claro que lo que debe preocupar fundamentalmente al entrenador es la carga interna que, aunque desconocida en parte, se precisa aproximar cada vez más a su conocimiento mediante la interpretación más afinada y correcta posible de la información que sale del sistema. Para ello existen indicadores conocidos (la frecuencia cardíaca, la hiperventilación, la lactacidemia, etc.).
Figura 1.32. Diferenciación entre carga externa e interna. En el proceso del entrenamiento de alto nivel preocupa prioritariamente la carga interna.
Características de la carga
La carga dentro del entrenamiento deportivo está determinada por componentes y características que la establecen. Comenzando por las últimas, Matveyev (1986) clasifica la carga en dos tipos:
Tanto los factores externos como los internos deben seguirse con atención porque se complementan a la hora de diseñar el entrenamiento del atleta.
Según Matveyev (1986), la carga de entrenamiento depende simultáneamente de una serie de parámetros que la condicionan:
La carga de entrenamiento está determinada por una serie de aspectos que, según evolucionen, pueden incidir de una manera u otra en el organismo del corredor. Siguiendo a Navarro y Rivas (2001), la carga depende de los siguientes aspectos: naturaleza, magnitud, duración, orientación y organización. Estos aspectos o características se estiman adecuados para los objetivos de este libro, por lo que se utilizarán muy frecuentemente (figura 1.33).
Figura 1.33. Características de la carga de entrenamiento. Navarro y Rivas (2001).
Naturaleza de la carga
Se refiere al objetivo al que se dirige y que se pretende entrenar. A su vez viene determinada por dos aspectos: especificidad y potencial.
Especificidad de la carga
Ante la aplicación de una carga siempre se producen reacciones en dos direcciones:
El rendimiento del deportista especializado