Franz Julius Delitzsch

Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Isaías


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del profeta, queremos añadir una visión de conjunto de los datos que ofrece la Escritura sobre los cuatro reyes bajo los cuales realizó Isaías su ministerio, según Is 1, 1, pues la preparación más importante para un estudio como éste es un conocimiento preciso de estas secciones de los libros de los Reyes y de Crónicas.

      El informe sobre Ozías, que aparece en el libro de los Reyes (2 Rey 15, 1-7), al que podemos añadir 2 Rey 14, 21-22, por lo que toca a Jeroboam II, no es tan completo como hubiéramos esperado. Tras el asesinato de Amasías, como se dice en 2 Rey 14, 21-22, el pueblo de Judá sentó sobre el trono a su hijo Ozías, de dieciséis años de edad, que probablemente no era su primogenitor. Él edifico la ciudad y puerto de mar edomita de Elat, y la convirtió en posesión permanente de Judá (como en el tiempo de Salomón). Esta noticia ha sido introducida como un tipo de apéndice, al final de la vida de Amasías, como separada de su espacio cronológico, ya que la conquista de Elat fue el momento culminante del sometimiento de Edom bajo Ozías (y no bajo Amasias, como supone O. Thenius en su Geschichte des Volkes Israel, 1843, 3) porque fue el primer hecho de armas de Ozías, a través del cual él habría cumplido las esperanzas por las cuales el ejército le había hecho rey.

      Las victorias que este rey consiguió sobre Edom y sobre otras naciones vecinas no pueden haberse logrado en el tiempo en que Amós profetizaba, es decir, en torno al año décimo del reinado de Ozias. El ataque que Amasías había dirigido en contra del reino de Israel hizo que el reino de Judá quedara en un estado de dependencia respecto al de Israel, y casi de ruina total, del que solo se recuperó gradualmente, como una casa que había caído en decadencia. El Cronista, siguiendo el texto del libro de los Reyes, ha introducido la noticia relacionada con Elat en el mismo lugar (2 Cron 26, 1-2), donde se escribe Elat, lo mismo que en 1 Rey 9, 26 en LXX 2 Rey 14, 22.

      El cronista llama al rey con el nombre Ozías/Ozziahu (WhY"ëZI[u); y solo en la tabla de los reyes de Judá (1 Cron 3, 12) le da el nombre de Azarías (hy"ïr>z:[]). Según nuestro texto hebreo, el autor del libro de los Reyes le llama a veces Azarías/Azariahu y a veces Ozías/Uzziyahu. La Septuaginta (LXX) le da siempre el nombre de Azarías. El hecho de que aparezcan los dos nombres, en los dos libros históricos (Reyes y Crónicas), constituye una prueba indudable de que ambos son auténticos. Azarías fue el nombre original, del que se formó gradualmente Ozías a través de una elisión significativa. Pues bien, como muestran los libros proféticos, desde Is 1, 1 a Zac 14, 5, el segundo fue el nombre más comúnmente utilizado.

      Como vemos en la sección del libro de los Reyes relacionada con el reinado de este monarca (2 Rey 15, 1-7), Azarías subió al trono el año veintisiete del reinado de Jeroboam, es decir, el año quince de su reinado como rey autónomo (él sólo), que el fue el veintisiete contando los años en los que él compartió el gobierno con su padre Joas, como podemos deducir de 2 Rey 13, 13. El joven soberano, que solo tenía dieciséis años de edad, era el hijo de Amasías y de una mujer nativa de Jerusalén, y reinó cincuenta y dos años. “Él hizo lo que era agradable a los ojos de Dios, como su padre Amasías”. Esto significa que, aunque no llegó al “estándar” de David, fue uno de los mejores reyes de Judá.

      El promovió la adoración de Yahvé, como está prescrito en la ley. Con todo, los lugares altos no se quitaron, pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos (tAmßB';). Pero Yahvé hirió al rey con lepra ([r"com.) estuvo leproso hasta el día de su muerte. Habitó el rey en un casa separada (tyvi_p.x'h; tybeäB.), y Jotam, su hijo, tenía el palacio a su cargo y gobernaba al pueblo. Los demás hechos de Azarías y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá? Azarías durmió con sus padres y lo sepultaron con ellos en la ciudad de David. En su lugar reinó Jotam, su hijo (cf. 2 Rey 15, 1-7).

      Esto es todo lo que el autor del libro de los Reyes dice respeto de Azarías (Ozías). Para lo demás, él remite a los Anales de los reyes de Judá. La sección que las Crónicas dedican a Ozías (2 Cron 26) es mucho más amplia. El autor de Crónicas utilizó, sin duda nuestro libro de los Reyes, como prueban claramente 2 Cron 26, 3-4 y 26, 21, y completó sus escasas noticias con las de la fuente que él reelaboró básicamente, es decir, con un midrash mucho más elaborado. Él dice así que Ozías buscó celosamente a Dios en los días de un tal Zacarías, que era experto en visiones divinas; y, en los días que él buscó a Yahvé, Dios le hizo prosperar. De esa manera, el profeta Zacarías, como pastor y consejero fiel, estuvo con él en la misma relación con la que estuvo Yoyada, el Sumo Sacerdote, con Joás, abuelo de Ozías. En esa línea, el Cronista enumera una por una las bendiciones divinas de las que gozó Ozías:

      ‒En primer lugar él enumera sus victorias sobre las naciones vecinas (pasando por alto su victoria sobre Edom, a la que se ha referido previamente). Éstas son esas victorias. (1) Él marchó y luchó contra los filisteos y destruyó las murallas de Gat y las de Jabne y las de Asdod, y edificó ciudades en Asdod y en la tierra de los filisteos (~yTi(v.liP.b;W dADßv.a;B. ~yrIê[' hn<åb.YIw:). Esto significa que conquistó el territorio de Asdod y de Filistea en general. (2) Dios no solo le concedió vencer a los filisteos, sino también a los árabes, que habitaban en Gur-baal (l[;B'Þ-rWg), un lugar desconocido, que ni los LXX ni los targumistas han podido explicar, e igualmente venció a los llamados Megunim o meunitas (~ynI)W[M.), que eran probablemente una tribu de Arabia Pétrea. (3) Los amonitas le dieron ofrendas, en signo de alianza, y su nombre fue honrado hasta el Egipto, pues su poder se extendió mucho.

      ‒En segundo lugar el Cronista enumera las construcciones de Ozías: “Edificó también Ozías torres en Jerusalén, junto a la puerta del ángulo, junto a la puerta del valle y junto a las esquinas; y las fortificó. Asimismo edificó torres en el desierto y abrió muchas cisternas (probablemente en el desierto entre Berseba y Gaza, para proteger la tierra y los rebaños que pastaban en ella), porque tuvo muchos ganados, tanto en la Sefela (hl'ÞpeV.b;, la parte occidental del sur de Palestina) como en el Mishor (rAv=yMi, los extensos pastizales del territorio tribal de Rubén, al otro lado del Jordán); poseyó también viñas y tierra de labranza, así en los montes como en los llanos fértiles; porque era amigo de la agricultura (2 Cron 26. 9-10).

      ‒En tercer lugar, el libro de las Crónicas enumera sus tropas, bien organizadas: “Tuvo también Ozías un ejército de guerreros, los cuales salían a la guerra en divisiones, de acuerdo con la lista hecha bajo la dirección de Jeiel, el escriba, de Maasías, el gobernador, y de Hananías, uno de los jefes del rey. El número total de los jefes de familia, valientes y esforzados, era de dos mil seiscientos. Y bajo las órdenes de estos estaba el ejército de guerra, de trescientos siete mil quinientos guerreros poderosos y fuertes, para ayudar al rey contra los enemigos. Ozías preparó para todo el ejército escudos, lanzas, yelmos, corazas, arcos y hondas para tirar piedras. E hizo en Jerusalén máquinas inventadas por ingenieros, para que estuvieran en las torres y en los baluartes, para arrojar flechas y grandes piedras. Y su fama se extendió lejos, porque fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso” (2 Cron 26, 11-15).

      Hasta aquí, el Cronista ha descrito el aspecto más brillante del reinado de Ozías, agrupando de esa manera sus hechos prósperos y sus hazañas, pero de forma que resulta difícil saber si la historia recogida en estos textos sigue un orden cronológico o no. La luz que ofrecen las victorias conseguidas por Ozías en la historia de esos tiempos sería mucho mayor si el autor siguiera un orden cronológico estricto. Pero incluso si pudiéramos afirmar que la victoria sobre los filisteos precedió a la victoria sobre los árabes de Gur-Baal y sobre los Megunim y si, por su parte, estas victorias precedieran al dominio sobre Amón, sería difícil precisar el lugar que su expedición contra Edom (relatada por anticipado al final de la vida de Amasías) ocupa en relación con las otras guerras y el momento en que esas guerras acontecieron en el reinado de Ozías. Todo lo que se puede afirmar es que ellas precedieron a los últimos años de su vida, cuando le abandonó la bendición de Dios. El Cronista dice en fin, en otro lugar (en 2 Cron 26, 16s) que a medida que Ozías se hizo más y más fuerte, cayó como presa del orgullo de su corazón, que le llevó a realizar un acto destructor:

      Porque se rebeló contra Yahvé su Dios, entrando en el templo de Yahvé para quemar incienso sobre el altar del incienso. Y entró tras