vinculada a la de ella. Si la contratada es una mujer de tipo grosero, impulsivo e irrazonable; si no es cuidadosa en su conducta, el niño de pecho será, con toda probabilidad, del mismo o de similar tipo. La misma calidad soez de la sangre que fluye por las venas de la nodriza contratada se encuentra en la del niño” (HR, 11/1871). Algunos cuestionan la sugerencia de que la nodriza afecte el carácter moral del niño lactante. Los mecanismos por los cuales el carácter moral o inmoral se pueda transmitir del padre al hijo son áreas de investigación científica que recién comienzan a explorarse.724
Declaración 8. Gran diferencia de edad entre los cónyuges: El resultado de los matrimonios entre “hombres viejos” y “mujeres jóvenes” es que el hombre vive más, pero la vida de la mujer puede acortarse por la carga de cuidar a un esposo anciano (MS 2:531). Este primer consejo parece ser poco más que añadirle responsabilidad moral a cuestiones de sentido común. En el caso de que el esposo sea mucho mayor que la esposa, los hombres viven más cuando el matrimonio es feliz y ellos están bien cuidados. A menudo, la carga de cuidar a un esposo anciano es desgastadora en extremo para la esposa y ella puede envejecer más rápido bajo este estrés.
En un consejo relacionado, Elena de White dice que, cuando los hombres jóvenes se casan con mujeres mayores, sus hijos pueden nacer con debilidades físicas y mentales (ibíd.).725 Esto no era reconocido ampliamente en el siglo XIX, pero hoy está documentado en abundancia. Con el aumento de la edad de la mujer al momento de la maternidad, la probabilidad de defectos de nacimiento también aumenta. El síndrome de Down, cuyas características reflejan la descripción de Elena de White, ahora se reconoce que ocurre con mayor frecuencia en niños nacidos de mujeres mayores. Problemas congénitos, junto con otros como el autismo, aparecen con mayor frecuencia en niños nacidos de padres mayores.726
Lo notable en este pasaje es que Elena de White relaciona los efectos negativos para los niños con ambas combinaciones: mujeres mayores que tienen niños de hombres más jóvenes y hombres mayores que engendran hijos con mujeres más jóvenes. Sin embargo, solo desde principios del siglo XXI se ha establecido científicamente que un padre anciano aumenta el riesgo de defectos de nacimiento.727 Un estudio publicado en la revista Human Reproduction (7/2005) descubrió que, comparado con un hombre menor de 30 años, uno de 45 tiene casi tres veces más probabilidades de engendrar un niño con síndrome de Down, y uno mayor de 50, casi cinco veces; este también tiene el doble de probabilidades de engendrar un niño con labio leporino que un hombre menor de 30 años. El riesgo comienza a aumentar cuando el padre tiene entre 35 y 40 años.728 Ahora está establecido que “la edad paternal avanzada ha sido relacionada con una variedad de enfermedades” y “malformaciones congénitas”.729 Sobre este tema, el consejo de Elena de White parece haber estado adelantado al conocimiento científico.
Se debe notar que la declaración sobre los cónyuges de edades ampliamente diferentes no sugiere que tales matrimonios siempre sean desaconsejables, pero advierte que no se deben apurar a casarse, sino primero considerar cuidadosamente las potenciales consecuencias. El hecho de que ella aprobara específicamente tres matrimonios de personas cercanas a ella a pesar de las diferencias de edad bastante amplias sugiere que otros factores pueden tener más peso que esta cuestión. *Stephen N. Haskell tenía 64 cuando se casó con *Hetty Hurd, de 40 (LED 107). *George I. Butler, a los 68 años, deseaba casarse con Lorena Waite, que tenía 33, y Elena de White favoreció el matrimonio planeado. Sin embargo, otros no lo aprobaban y frustraron las intenciones de Butler (ibíd. 115-120). Cinco años después, a los 73, se casó con *Elizabeth Work Grainger, de 61. Probablemente sea significativo que ni los Haskell ni los Butler tuvieron hijos de su segundo matrimonio. Por otra parte, *William C. White tenía 40 años cuando se casó con Ethel May Lacey, de 21, y tuvieron juntos cinco hijos, el último de los cuales nació cuando ella tenía 38 y él, 59.730
Tercer grupo, declaraciones 9 a 12: parcialmente o mayormente sin confirmación
El tercer grupo de declaraciones para analizar son las que concuerdan con pensamiento comúnmente aceptado en la época en que se hicieron, pero que permanecen parcialmente o totalmente sin confirmación por la ciencia en el siglo XXI, como las causas de los volcanes, la altura de los antediluvianos, la amalgama de humanos y animales, y los efectos físicos de la masturbación.
Declaración 9. Las causas de terremotos y de erupciones volcánicas: Elena de White desarrolló este tema en relación con los efectos residuales del Diluvio. Escribió que “bosques inmensos”, “sepultados en la tierra”, “se convierten en carbón” y en petróleo. Cuando el carbón y el petróleo subterráneo se encienden, “las rocas son calentadas intensamente, la cal se quema y se derrite el mineral de hierro. El agua y el fuego entran en contacto debajo de la superficie de la Tierra. La acción del agua sobre la cal agrega ardor al intenso calor, y causa terremotos, volcanes y brotes ígneos” (SG 3:79, 80). Ninguna de las teorías actuales de vulcanismo corrobora los mecanismos geológicos precisos que ella describe, aunque sí respaldan varias de sus afirmaciones. Por ejemplo: Geology of Coal, de O. Stutzer, documenta que “incendios subterráneos de estratos de carbón son encendidos por combustión espontánea, y producen el derretimiento de rocas cercanas, que son clasificadas como depósitos pseudovolcánicos”. Stutzer lista varios ejemplos, incluyendo “una montaña ardiente”, un afloramiento que “duró más de 150 años” y “el calor de un estrato de carbón encendido [que] se usaba para calentar invernaderos en esa área, desde 1837 hasta 1868”.731 Más recientemente, Glenn Stracher argumentó, en Geology of Coal Fires: Case Studies From Around the World, que los incendios de carbón debajo de la tierra empiezan por un proceso de combustión espontánea. El carbón es expuesto al aire a bajas temperaturas y, por medio de un lento proceso de oxidación, al final se calienta. Con el aumento de la temperatura del carbón, se acelera exponencialmente el proceso de oxidación, y es probable que resulte en un incendio de carbón a gran escala.732 Sobre este tema, ella parece haber apoyado su mensaje con información que se aceptaba comúnmente en su época, pero que ahora se sabe que era incorrecta en detalles importantes.
Declaración 10. La altura de los antediluvianos y fósiles gigantes: En 1864, Elena de White escribió que Adán era más del doble de alto que los hombres modernos (SG 3:34). El pasaje paralelo en Patriarcas y profetas (1890) hace la afirmación más moderada de que la altura de Adán era “mucho mayor” que la de los hombres que ahora habitan la Tierra (PP 26). Ella hizo estas aseveraciones basándose en sus visiones. Después, agregó que “los geólogos alegan” haber encontrado “huesos de seres humanos y de animales, así como también instrumentos bélicos, árboles petrificados, etc., mucho mayores que los que existen hoy en día”, y que estos geólogos infieren la existencia de “una raza de seres de tamaño muy superior” a los humanos de la actualidad (ibíd. 103). Este parece ser un ejemplo de su uso de conocimiento contemporáneo comúnmente aceptado para hacer más vívido y creíble lo que ella ya había afirmado con base en sus visiones. Sin embargo, el origen de su declaración sobre evidencia fósil no es la revelación, sino que Elena de White solo informa lo que los geólogos contemporáneos afirman. En la actualidad, se puede leer en Internet que, mientras investigadores serios todavía realizan exposiciones sobre las evidencias de fósiles y de humanos gigantes, y otros las cuestionan con vehemencia.733 Por sus opiniones sobre la Creación y la evolución, ver *Biblia y las ciencias de la Tierra.
Declaración 11. Amalgama de hombre y bestia (ver también *amalgama):734 “Si hubo un pecado por encima de los demás, que requirió la destrucción de la raza por el Diluvio, fue el crimen vil de la amalgama de hombre y bestia, que desfiguró la imagen de Dios y causó confusión por todas partes”, escribió Elena de White; y agregó: “Las especies confusas que Dios no creó, que fueron el resultado de la amalgama, fueron destruidas por el Diluvio. Desde el Diluvio ha habido amalgama de hombre y bestia, como se puede ver en las casi infinitas variedades de especies de animales y en ciertas razas de hombres” (SG 3:63, 75). Estas declaraciones fueron reimpresas en 1870 (SP 1:69, 78), pero fueron omitidas en 1890 cuando se revisó para incluirla en Patriarcas y profetas (PP