o desarrollar progresivamente nuevas ideas a lo largo del tiempo. Él observó que Elena de White no había aceptado el sábado hasta después de que hubiera recibido varias visiones y, entonces, lo vio como el “sello del Dios vivo”. Él cuestionaba cómo “esta profetisa, tan a menudo envuelta en visiones y recibiendo tan a seguido instrucción para el pueblo adventista, ni una vez vio que Dios estaba disgustado con que nosotros [otros milleritas] tuviéramos la ‘marca de la bestia’ ”.344 En segundo lugar, Sheldon desarrolló el argumento, ya presentado por Snook y por Brinkerhoff, de que los escritos de Elena de White no eran sobrenaturales porque no presentaban nada nuevo. En su opinión, Elena de White seguía el ejemplo de otros y no daba origen a ideas nuevas. Él escribió: “¿Por qué Dios no podría haber revelado estas cuestiones [como la hora de comienzo del sábado, la organización eclesiástica, la dadivosidad sistemática y la puerta cerrada] a ella en vez de esperar hasta que los hombres hubieran hecho los planes y después darles su aprobación?”345 En todo su folleto, Sheldon presentaba lo que consideraba incongruencias entre los escritos de Elena de White y la Biblia o la razón. Algunos de sus argumentos estaban dirigidos tanto en contra de la doctrina adventista del séptimo día como de las opiniones de Elena de White.
Respuestas adventistas a Snook y a Brinkerhoff, y a Sheldon
James White respondió a Snook, a Brinkerhoff y a Sheldon acerca del papel de Elena de White en el desarrollo doctrinal adventista del séptimo día y la revelación progresiva: “No parece ser el designio del Señor enseñar a su pueblo por los dones del Espíritu acerca de cuestiones bíblicas hasta que sus siervos hayan escudriñado diligentemente su Palabra”.346 Ilustró la forma progresiva en que Dios conduce a su pueblo con el concepto de la puerta cerrada: “Algunos de este pueblo, en común con los adventistas en general, creían en la puerta cerrada poco después del Chasco. Algunos nos aferramos a esta posición por más tiempo que aquellos que renunciaron a su experiencia adventista y volvieron en dirección a la perdición. Y gracias a Dios de que nos mantuvimos firmes en esa posición hasta que el tema fue explicado por la luz del Santuario celestial”.347
Para los primeros adventistas del séptimo día, la Biblia guiaba las discusiones doctrinales y teológicas, siempre antes que las visiones de Elena de White. Oponentes tempranos (y posteriores) no pudieron o se rehusaron a reconocer esta diferencia.
Los folletos publicados tanto por Snook y por Brinkerhoff como por Sheldon condujeron a la primera apología directa de las visiones de Elena de White por parte de los adventistas del séptimo día. Uriah Smith, en principio, publicó una serie de artículos, en la Review and Herald,348 respondiendo a Snook y a Brinkerhoff. Después, este material se amplió para incluir las objeciones hechas por Sheldon y se publicó como un libro de 144 páginas: The Visions of Mrs. E. G. White: A Manifestation of Spiritual Gifts According to the Scriptures.349 El libro de Smith nos da una idea significativa sobre el pensamiento adventista sabatario temprano con respecto a la inspiración, a la relación de los escritos de Elena de White con la Biblia, al trasfondo del rol de ella en el desarrollo doctrinal, a la respuesta temprana a la cuestión de la puerta cerrada y a la acusación de que algunas de las primeras visiones fueron suprimidas. El folleto concluía con un testimonio de Worcester Ball, y las confesiones hechas por Snook y por Brinkerhoff en 1865, antes de que se endurecieran en su posición de opositores. Además, Smith respondió, con explicaciones bíblicas e históricas, a las acusaciones contra la integridad de Elena de White y la autenticidad de sus visiones.
Henry E. Carver
En 1870, Henry E. Carver, asociado de Brinkerhoff, y editor de Hope of Israel en Marion, Iowa, escribió Mrs. E. G. White’s Claims to Divine Inspiration Examined.350 Este libro de 108 páginas compartía muchos de los argumentos de Snook y de Brinkerhoff, pero agregaba la historia de su separación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y algunas “objeciones” adicionales. Carver concluyó que las visiones de Elena de White provenían de la “fragilidad humana” y eran resultado de una combinación de factores, incluyendo su accidente a los nueve años, la influencia de la experiencia efusiva metodista y la confusión millerita después de 1844.351 En 1877, Carver publicó una segunda edición con, esencialmente, el mismo contenido, pero le sumó una conclusión más detallada. A su vez, modificó algunos de sus argumentos a la luz de las respuestas adventistas del séptimo día a la primera edición de su libro. Siguió la línea de oponentes anteriores cuando escribió: “Las visiones no han traído ningún punto nuevo de fe sostenido por los adventistas del séptimo día”, incluyendo el sábado, la Segunda Venida, el estado inconsciente de los muertos, el Santuario y su purificación después de 1844, y los períodos proféticos.352 Él atribuyó las visiones de Elena de White a una enfermedad mental y declaró: “Con la mejora de la salud de la Sra. White, las visiones se han vuelto menos frecuentes”.353
H. C. Blanchard
En 1877, H. C. Blanchard, también asociado de Brinkerhoff en Marion, Iowa, publicó un folleto titulado The Testimonies of Mrs. E. G. White Compared With the Bible,354 que estaba dedicado al tema de la dieta. Blanchard se hizo adventista del séptimo día en 1861, antes de la visión de 1863 de Elena de White acerca de la salud. Él rechazó la promoción del vegetarianismo presentado en la visión sobre salud, afirmando que era incongruente con la Escritura. Insistió con el asunto en la Asociación de Kansas y Missouri, y perdió sus credenciales ministeriales en 1876.355 Su folleto trazaba la historia del consumo de carne desde la década de 1850, cuando James y Elena de White, y hasta Uriah Smith, habían enseñado públicamente que el cerdo era un alimento aceptable.356 Entonces, Blanchard presentó el argumento clásico a favor de comer cualquier tipo de carne y de la abolición de la distinción entre animales limpios e impuros (Mar. 7:15; 1 Tim. 4:4; Hech. 10, 15; Rom. 14; Gál. 2; etc.), e hizo la acusación de que las visiones de Elena de White no estaban en armonía con la Escritura. Comparó la cuestión de la dieta con la reforma del vestido, y sugirió que los adventistas del séptimo día eran incongruentes al aplicar estrictamente la reforma de la dieta y no en hacer cumplir un estilo de vestido más corto para las mujeres. El folleto terminaba abruptamente con unos pocos argumentos adicionales. Blanchard parece no haber comprendido la naturaleza progresiva de la interpretación y de la enseñanza adventista del séptimo día acerca de la dieta.
Miles Grant y World’s Crisis
Miles Grant, editor de World’s Crisis, fue el segundo gran oponente no sabatario de Elena de White. Se puede decir que fue el miembro de la Iglesia Cristiana del Advenimiento más prominente y polémico de la década de 1870. Su publicación de 1874, The True Sabbath: Which Day Shall We Keep? An Examination of Mrs. Ellen White’s Visions, presentaba una amplia exposición de los argumentos en contra de Elena de White.357 Mientras William Sheldon, el primer gran oponente no sabatario de Elena de White, estaba ubicado en el oeste pionero del territorio de Wisconsin, Grant estaba en la refinada Boston y el litoral este habitado. De las 104 páginas del libro de Grant en contra del sábado, unas 40 estaban dedicadas a argumentos en contra de Elena de White. Se volvió a editar el libro en 1877 y en 1890.358 Grant citó un voto, entonces reciente, de la Asociación General, que la respaldaba como “una profetisa verdadera del Señor” como su razón para publicar una crítica a los escritos de Elena de White.359 Incluyó varios fragmentos extensos del libro de Carver.
Antes de publicar su libro, Grant publicó una serie de artículos en World’s Crisis, presentando su lado del debate sabático con D. M. Canright en Napa, California.360 Después, Grant continuó con artículos en contra de Elena de White.361 Después de publicar su libro, continuó escribiendo artículos basados en el contenido de este.362
Un número de la Review and Herald Extra desarrolló la oposición pública de Grant durante 1866, y las consecuencias de un debate sobre el sábado entre J. N. Andrews y T. M. Preble. World’s Crisis había publicado un desafío a los adventistas del séptimo día a “arriesgarse” a publicar