Linda. Atribuyó a los contemporáneos de Elena de White la mayoría de sus ideas sobre salud y sugirió que ella había ocultado esta dependencia. Numbers, a priori, marginó lo sobrenatural en las visiones y las enseñanzas de salud de Elena de White.506 Revisó y amplió su libro Prophetess of Health en 1992, y otra vez en 2008, pero su orientación fundamental permaneció sin cambios.507
En 1976, el personal del Patrimonio Elena G. de White preparó una crítica del libro de Numbers, de 127 páginas y con apéndices que contenían material de fuentes primarias.508 A Critique of the Book Prophetess of Health llegaba a la conclusión de que Numbers defendía supuestos “naturalistas”. En su prefacio, Numbers reconocía que los “discípulos” de Elena de White creían que ella recibió “revelaciones genuinas de Dios” y que “le concedían un estatus igual al de los profetas bíblicos”. Al intentar ser objetivo, Numbers “evitó usar la inspiración divina como una explicación histórica”. Al rechazar varios “supuestos” providenciales, él adoptó un enfoque histórico-crítico de los escritos de Elena de White, similar al enfoque de los historiadores seculares y de muchos eruditos bíblicos modernos que critican la Biblia.509
Los evangélicos protestantes adoptaron en gran medida las conclusiones de Numbers respecto de Elena de White, aunque no todos sus supuestos seculares. Fue William B. Eerdmans, un editor protestante e históricamente evangélico, quien imprimió la tercera edición de Prophetess of Health, de Numbers.
A mediados de la década de 1970, llegó a la Iglesia Adventista un tipo de evangelismo nuevo. Los principales impulsores de esta perspectiva fueron Robert Brinsmead y Desmond Ford. Su énfasis en la justificación forense restringía la expiación a la muerte de Jesús en la Cruz. Ellos definían la salvación como un evento estrictamente legal y vicario, separado de la santificación o la vivencia personal. Brinsmead evaluó los escritos de Elena de White a través del lente de su propia perspectiva de “justificación por la fe” y su interpretación de los escritos pasó por tres etapas. Estas se encuentran reflejadas en tres publicaciones. La primera, de 1975, fue The Theology of Ellen G. White and an Evangelical Reflection.510 Sin embargo, a raíz de muchas declaraciones de Elena de White, Brinsmead abandonó su “esclarecedora” mirada de la perfección milagrosa del pueblo de Dios en el tiempo del fin, y argumentó que Elena de White sostenía una justificación estrictamente forense y una visión de expiación vicaria de la salvación.511 Cuatro años después, en 1979, publicó 1844 Re-Examined, y argumentó que los elementos distintivos de la doctrina adventista del Juicio Investigador y del Santuario se oponían a la expiación vicaria, no se basaban en la Escritura y dependían de los escritos de Elena de White.512 Su opinión de Elena de White estaba escindida. Mientras afirmaba que ella era evangélica en sus puntos de vista de la salvación, él rechazaba sus opiniones sobre el Santuario. Brinsmead seguía mayormente el principio apotelesmático de Desmond Ford, que veía a 1844 como una restauración del evangelio del Nuevo Testamento, como lo definía él. El libro 1844 Re-Examined expresaba una postura intermedia que pronto, en 1980, pasó a sostener la opinión de que los escritos de Elena de White eran necesarios para establecer la doctrina adventista del séptimo día. En Judged by the Gospel, Brinsmead abandonó todo intento de armonizar el evangelio de la expiación sustitutiva forense con las posiciones adventistas y de Elena de White sobre la doctrina del Santuario.513 Él consideraba que la expectativa del 22 de octubre de 1844 fue un “fiasco” y una “fantasía apocalíptica”.514 A su vez, Brinsmead cuestionó la ética de Elena de White en su uso de fuentes y no podía armonizar la práctica de ella con el punto de vista de la inspiración que él tenía.
Desmond Ford y la reunión de 1980 en Glacier View Ranch, Colorado, fueron una gran experiencia de zarandeo para la Iglesia Adventista del Séptimo Día.515 Muchos pastores dejaron la Iglesia Adventista porque no podían armonizar el evangelio con los escritos de Elena de White y la visión adventista del Santuario. Desde entonces, la mayoría de los oponentes a Elena de White creen erróneamente que sus escritos, y no la Biblia, son la base de las doctrinas distintivas adventistas del séptimo día. En el ínterin, la Comisión de Daniel y de Apocalipsis, y el Instituto de Investigación Bíblica publicaron una cantidad de libros para establecer la base bíblica de la doctrina adventista del Santuario. El tomo 5 de los siete de la Serie de la Comisión de Daniel y de Apocalipsis proveyó un estudio de la historia de la doctrina del Santuario en el adventismo temprano, y dio una respuesta al documento de Desmond Ford presentado en Glacier View.516 Además de este tomo, se publicaron otros capítulos que trataban sobre Elena de White, y cuestiones doctrinales o interpretativas.517 En 1981, una publicación separada del Instituto de Investigación Bíblica abordó, desde la perspectiva bíblica, teológica e histórica las temáticas del Santuario y de la expiación.518 Un estudio cuidadoso del desarrollo de la teología adventista del séptimo día muestra que Elena de White no dio origen a ninguna de las doctrinas adventistas. Aun así, es cierto que sus primeras visiones apoyaban la constante importancia de los períodos proféticos descritos en Daniel basados en un modelo historicista. A lo largo de su vida, los escritos y el ministerio de Elena de White estuvieron vinculados inseparablemente al marco profético adventista.
Donald R. McAdams era un erudito más paciente y conciliador que Ron Numbers y otros que insistían en sus conclusiones sin importarles las consecuencias. McAdams buscó trabajar dentro de las estructuras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y del Patrimonio White para comprender mejor el uso que Elena de White había hecho de las fuentes en El conflicto de los siglos. Se le dio acceso a los materiales del Patrimonio White y preparó un estudio que documentaba el uso de otras fuentes históricas por parte de Elena de White. McAdams creía que la educación superior, en particular la Universidad Andrews donde él enseñaba, podía lograr cambios positivos. Sus materiales de investigación los distribuyeron solo a académicos de confianza, a líderes de la Iglesia Adventista y al Patrimonio White. Luego, a pedido de McAdams, sus materiales y su correspondencia fueron salvaguardados en el Centro del Patrimonio Adventista de la Universidad Andrews; y él también conservó personalmente algunos materiales. Finalmente en 2008, Benjamin McArthur, profesor de historia de la Universidad Adventista del Sur, obtuvo permiso de McAdams y reveló más detalles sobre la historia de esa investigación y la experiencia de McAdams a principios y mediados de la década de 1970.519
En 1982 Walter Rea, un pastor adventista del séptimo día del sur de California, publicó The White Lie, que ampliaba la afirmación de Numbers de que Elena de White dependía en gran medida de otros autores y usaba material sin darles crédito. El libro de Rea demostraba paralelos literarios entre Elena de White y autores contemporáneos. Él concluyó que ella plagiaba gran parte de lo que escribía.520 La suposición subyacente de este libro era que la inspiración, en esencia, funciona independientemente de fuentes externas no inspiradas. Por lo tanto, como Elena de White usaba fuentes literarias “ampliamente”, su autoridad no se basaba en la revelación especial sino más bien en los escritos de otros. Además, Rea argumentaba que ella, de forma poco ética, encubría su uso de fuentes y atribuía ese contenido a sus visiones. Numbers y Rea sí demostraron que Elena de White había recurrido a fuentes literarias más de lo que la mayoría se había dado cuenta. Sin embargo, la investigación subsiguiente, como el “Proyecto de investigación ‘Vida de Cristo’ ”, de Fred Veltman,521 ha demostrado que Elena de White claramente desarrolló ideas y líneas de pensamiento propias e independientes, y que no dependía tan ampliamente de fuentes literarias en El Deseado de todas las gentes como Rea había propuesto. Se ha estudiado un poco el entorno literario de la época de Elena de White; pero es necesaria una mayor investigación sobre las características y la interdependencia de la literatura piadosa del siglo XIX.
La influencia y las publicaciones de estas cuatro personas –Numbers, Brinsmead, Ford y Rea– llevó a que los estudios de Elena de White adquirieran un nuevo enfoque. Varias publicaciones y documentos de los archivos del Patrimonio White (SDoc) aparecieron como respuesta a los conceptos presentados por estos hombres. En marzo de 1981, Rober W. Olson publicó su muy leído e influyente One Hundred and One Questions on the Sanctuary and on Ellen White.522 Este cuadernillo de Olson abordaba un amplio espectro de cuestiones relacionadas con las acusaciones de Brinsmead y de Ford. En 1983 George Rice, luego secretario asociado del Patrimonio White,