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Autorretrato de un idioma


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que distaba mucho de la idea medieval. La ocupación de los territorios americanos en nombre de la corona de Castilla en la primera mitad del siglo XVI exacerbó la identificación del Imperio español con el nacionalismo castellano. Por otro lado, un historiador valenciano, Pere Antoni Beuter, publicó en 1546 su Primera parte de la Coronica general de toda España y especialmente del reyno de Valencia, en la cual afirmaba que España había recuperado la unidad visigoda perdida tras la invasión musulmana y, por consiguiente, la unidad política restablecida debía manifestarse en una unidad lingüística a través de la lengua castellana, aunque esta lengua fuera extranjera en el reino de Valencia. Este apoyo a la tesis neogótica que recalcaba que Castilla era la digna heredera de una España visigoda unida, con la que estaban de acuerdo muchos historiadores castellanos, influyó en la ideología lingüística de la época. Uno de los ejemplos más claros de esta ideología lingüística tendrá lugar en 1606 con la publicación de Del origen y principio de la lengua castellana ò romance que oi se usa en España de Bernardo de Aldrete, donde se afirma que el castellano es la lengua hispana natural y debe convertirse en la lengua común, al menos, de toda la península ibérica. Sin embargo, la situación política y administrativa de los territorios catalanohablantes de la corona de Aragón dentro de la monarquía hispánica no reflejaba este centralismo lingüístico castellano, ya que se usaba el catalán en los ámbitos administrativo y jurídico. En 1559, dos años después de que Despuig publicara su obra, el valenciano Fadrique Furió Ceriol (1527-1592) saca a la luz, en Amberes, El Concejo y Consejeros del Príncipe y otras obras, en la cual se describen los beneficios de un Imperio español con una estructura federal en la que no se manifieste una superioridad castellana. La obra de Furió Ceriol parecía profetizar las quejas italianas y de la corona de Aragón cuando la corte del rey Felipe II dejó de ser peripatética y se estableció en Madrid en 1561, lo cual se consideró como una clara manifestación simbólica de apoyo al centralismo castellano. En este contexto histórico se puede apreciar la importancia glotopolítica del fragmento de Despuig.

      Este texto expone tres ideas: primero, la amenaza que la lengua castellana representa en los territorios catalanohablantes, ya que puede poner en peligro la supervivencia de la lengua catalana. Segundo, la conquista lingüística castellana comienza con el contacto con la lengua castellana y la consiguiente transformación o alteración de la lengua catalana que dará lugar a una sustitución del catalán por el castellano. El mejor ejemplo se encuentra en el reino de Valencia, donde este contacto y alteración lingüísticos han comenzado y a los que no se les ha hecho frente. Tercero, el prestigio del castellano no es un atributo natural, sino resultado de unas circunstancias históricas muy concretas. La posición glotopolítica que revela el fragmento se aprecia en lo siguiente: primeramente, las lenguas están en conflicto permanente por imponerse las unas a las otras, con lo que el contacto lingüístico pone de manifiesto esta competitividad de forma especial. Las lenguas representan una identidad y, por lo tanto, si una es sustituida por otra, la identidad de la lengua que desaparece muere con ella. Es en este sentido en el que debemos entender la afirmación de Livio de que si los catalanohablantes comienzan a usar la lengua castellana de manera habitual, la «patria» será «conquistada» por los castellanos. Nos encontramos también ante un cuestionamiento de la dicotomía entre el valor de una lengua en tanto que instrumento de comunicación o en tanto que marcador de identidad.2 El castellano no es presentado simplemente como lengua instrumental capaz de incluir a diferentes identidades y convertirse en una lengua común para todos. Al contrario, la lengua castellana es definida como la lengua de los castellanos y si se extiende más allá de Castilla se impondrá la identidad castellana a territorios con una lengua y una identidad distintas. El participio «conquistada» se debe interpretar como ocupada por una nueva lengua e identidad. Por lo tanto, ninguna lengua sería por naturaleza superior o más instrumental o identitaria que otra. Son circunstancias históricas las que hacen que unas lenguas se impongan sobre las demás.

      El problema, según el texto, surge cuando la conquista o imposición de una lengua sobre otra tiene lugar de una forma sutil en la que se naturaliza el proceso.3 Y aquí juega un papel muy importante el personaje valenciano: don Pedro.4 En la versión catalana del texto, el personaje tiene un nombre castellano en vez de la forma catalana correspondiente, En Pere, a pesar de que el caballero valenciano se expresa en catalán. Será Livio, el caballero catalán, quien le explique que el castellano no es una lengua más cortesana o instrumental que el catalán por naturaleza, sino como consecuencia de unas circunstancias históricas concretas. Livio le hace ver que el catalán, aunque no sea la lengua internacional de la península ibérica en la Edad Moderna, sí lo fue en la Edad Media como se observa en el hecho de que el catalán es lengua cortesana en Cerdeña. Para ello, Livio proyecta la forma de diferenciación entre castellano y catalán en la Edad Moderna española sobre la corona de Aragón en la Edad Media y la aplica al par catalán frente a aragonés. De esta forma, al identificar al castellano con el aragonés es más fácil mostrar la superioridad del catalán durante la época medieval. Por otro lado, don Pedro afirma que la lengua pura original catalana que fue llevada al reino de Valencia desde Cataluña y que mantiene su pureza en las Islas Baleares, se ha corrompido y alterado en el reino de Valencia por el contacto con el castellano. Aquí don Pedro y Livio ocultan que la variedad hablada en el reino de Valencia era y es muy cercana a la de Tortosa y siempre había mostrado unos rasgos diferenciales respecto al catalán de Barcelona, cuya variedad sirvió de base al catalán administrativo de la Cancelleria reial de la corona de Aragón y que había perdido gran parte de su influencia normativizadora a finales del siglo XV.5 La diferenciación de la variedad valenciana también se debía a un proceso interno de la lengua catalana que estaba afectando a todo el dominio lingüístico.

      1DESPUIG, Cristòfol (2012 [1557]): Los col·loquis de la insigne ciutat de Tortosa. Editado y traducido por Juan Antonio González. eHumanista/IVITRA, 1, 363-364. https://www.ehumanista.ucsb.edu/sites/secure.lsit.ucsb.edu.span.d7_eh/files/sitefiles/ivitra/volume1/14%20ehumanista.ivitra.Despuig.JAGonzalez.Col.loquis.pdf.

      2Cfr. Woolard 2007: 131-136.

      3Cfr. Lledó-Guillem 2019: 141-172.

      4Cfr. Querol & Solervicens 2011: 5-26.

      5Cfr. Lledó-Guillem 2008: 141-152.

      4. Tesoro de la lengua castellana o española, de Sebastián de Covarrubias y Orozco (1611)1

      Comentario: Soledad Chávez Fajardo

      “Al lector”

      Entre otras muchas cosas con que el hombre, animal racional, se diferencia de los demás que carecen de razón, es ser sociable, calidad propia suya: y cuando Dios creó a nuestro primero padre, aunque le puso en el Paraíso, tan rico y enjoyado con dotes de naturaleza y gracia, dijo: None est bonu hominem ese solum, faciamus ei adiutorium simile sibi y enviado en Adán un sueño, sacóle una costilla del costado, y formó de ella a Eva. Desde aquel punto que el Señor se la puso delante, empezó a regalarse con su mujer, diciéndole aquel misteriosísimo requebró: Hoc nunc os ex ossibus meis, et caro de carne mea: de modo que la comunicación de entre los dos de allí adelante, fue mediante el lenguaje, no adquirido ni inventado por ellos, sino infundido del Señor, y con tanta propiedad que los nombres que Adán puso a los animales terrestres y a las aves, fueron los propios que les competían, porque conociendo sus cualidades y propiedades, les dio a cada uno el que esencialmente le convenía; que si hasta agora durara la noticia destas etimologías, no teníamos para qué cansarnos en buscar otras; pero después del diluvio con la confusión de lenguas se olvidó aquella, quedando en sola una familia que Dios reservó de las demás, para usar de misericordia, con el linaje humano, haciéndose hombre, descendiente de Abraham, Isaac y Jacob, los cuales se llamaron hebreos, y su lengua hebrea, en esta habló Dios a Moisés y le escribió las Tablas de la Ley: y en esta escribió el mismo Moisés los libros del Pentateucon, y en ella vaticinaron los profetas, pero cuando el hijo de Dios encarnó, ya estaba mezclada con la siriaca y caldea. Lo mesmo con el tiempo pudo acontecer en las demás y así hay poca claridad cual fuese la lengua