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Autorretrato de un idioma


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texto citado es una adaptación de la transcripción semipaleográfica de la primera parte de la Estoria de España (EE1) incluida en Kasten et al. (1997). Aquí aparecen en cursiva las letras suprimidas de las abreviaturas empleadas en el manuscrito original del siglo XIII.

      4El texto citado es una adaptación de las transcripciones de la primera parte de la General estoria (GE1: folio 216r) incluidas en Kasten et al. (1997).

      5El texto citado es una adaptación de las transcripciones de la primera parte de la General estoria (GE1: folio 216r) incluidas en Kasten et al. (1997).

      6Este es el prólogo de un texto que forma parte de la recopilación alfonsí Libros del saber de astrología (1276-1277). Como se ha perdido el folio en el que aparece este pasaje, se presenta aquí una reconstrucción basada en copias posteriores, con adaptación parcial a las normas de la ortografía española moderna (cfr. Fernández-Ordóñez 2004:400).

      7González Jiménez 2004; 2017.

      8Márquez Villanueva 2004: 29.

      9Fernández-Ordóñez 2004.

      10Fernández-Ordóñez 2004.

      11Tuten 2003.

      12Kleine 2015.

      13Tuten 2003.

      2. «Prólogo» de la Gramática de la lengua castellana, de Antonio de Nebrija (1492)1

      Comentario: Vicente Lledó-Guillem

      Cuando bien conmigo pienso, mui esclarecida Reina, i pongo delante los ojos el antigüedad de todas las cosas que para nuestra recordación & memoria quedaron escriptas, una cosa hallo e saco por conclusión mui cierta: que siempre la lengua fue compañera del imperio; & de tal manera lo siguió, que junta mente començaron, crecieron & florecieron, & después junta fue la caída de entrambos […] Cosa es que mui ligera mente se puede averiguar que la lengua ebraica tuvo su niñez, en la cual a penas pudo hablar. I llamo io agora su primera niñez todo aquel tiempo que los judíos estuvieron en tierra de Egipto […] Assí que començó a florecer la lengua ebraica en el tiempo de Moisén, el cual, después de enseñado en la filosofía & letras de los sabios de Egipto, & mereció hablar con Dios, & comunicar las cosas de su pueblo, fue el primero que osó escribir las antigüedades de los judíos & dar comienço a la lengua ebraica. La cual, de allí en adelante, sin ninguna contención, nunca estuvo tan empinada cuanto en la edad de Salomón, el cual se interpreta pacífico, por que en su tiempo, con la monarchía floreció la paz, criadora de todas las buenas artes & onestas. Mas después que se començó a desmembrar el reino de los judíos, junta mente se començó a perder la lengua, hasta que vino al estado en el que agora la vemos, tan perdida que, de cuantos judíos oi biven, ninguno sabe dar más razón de la lengua de su lei, que de cómo perdieron su reino, & del Ungido que en vano esperan.

      Tuvo esso mesmo la lengua griega su niñez, & començó a mostrar sus fuerças poco antes de la guerra de Troia, al tiempo que florecieron en la música & poesía Orfeo, Lino, Museo, Amphión, & poco después de Troia destruida, Omero & Esiodo. I assí creció aquella lengua hasta la monarchía del gran Alesandre, en cuio tiempo fue aquella muchedumbre de poetas, oradores & filósofos, que pusieron el colmo, no sola mente a la lengua, mas aun a todas las artes & ciencias. Mas después que se començaron a desatar los reinos & repúblicas de de Grecia, & los romanos se hizieron señores della, luego junta mente començó a desvanecer se la lengua griega & a esforçar la latina. De la cual otro podemos dezir: que fue su niñez con el nacimiento y población de Roma, & començó a florecer quasi quinientos años después que fue edificada, al tiempo que Livio Andrónico publicó primera mente su obra en versos latinos. I assí creció hasta la monarchía de Augusto César, debaxo del cual, como dize el Apóstol, vino el cumplimiento del tiempo en que embió Dios a su Unigénito Hijo […] Entonces fue aquella multitud de poetas & oradores que embiaron a nuestros siglos la copia & deleites de la lengua latina: Tulio, César, Lucrecio, Virgilio, Oracio, Ovidio, Livio, i todos los otros que después se siguieron hasta los tiempos de Antonino Pío. De allí, començando a declinar el imperio de los romanos, junta mente començó a caducar la lengua latina, hasta que vino al estado en que la recebimos de nuestros padres, cierto tal que cotejada con la de aquellos tiempos, poco más tiene que hazer con ella que con la aráviga. Lo que diximos de la lengua ebraica, griega & latina, podemos mui más clara mente mostrar en la castellana; que tuvo su niñez en el tiempo de los juezes & reies de Castilla & de León, & començó a mostrar sus fuerças en tiempo del mui esclarecido & digno de toda la eternidad el Rei don Alonso el Sabio, por cuio mandado se escrivieron las Siete Partidas, la General Istoria, & fueron trasladados muchos libros de latín & arávigo en nuestra lengua castellana; la cual se extendió después hasta Aragón & Navarra, & de allí a Italia, siguiendo la compañía de los infantes que embiamos a imperar en aquellos reinos. I assí creció hasta la monarchía & paz de que gozamos, primera mente por la bondad & providencia divina; después, por la industria, trabajo & diligencia de vuestra real Majestad; en la fortuna & buena dicha de la cual, los miembros & pedaços de España, que estavan por muchas partes derramados, se reduxeron & aiuntaron en un cuerpo & unidad de Reino, la forma & travazón del cual, assí está ordenada, que muchos siglos, injuria & tiempos no la podrán romper ni desatar. Assí que, después de repurgada la cristiana religión, por la cual somos amigos de Dios, o reconciliados con Él; después de los enemigos de nuestra fe vencidos por guerra & fuerça de armas, de donde los nuestros recebían tantos daños & temían mucho maiores; después de la justicia & essecución de las leies que nos aiuntan & hacen vivir igual mente en esta gran compañía, que llamamos reino & república de Castilla; no queda ia otra cosa que florezcan las artes de la paz. Entre las primeras, es aquélla que nos enseña la lengua, la cual nos aparta de todos los otros animales & es propia del ombre, & en orden, la primera después de la contemplación, que es oficio propio del entendimiento. Ésta hasta nuestra edad anduvo suelta & fuera de regla, & a esta causa a recibido en pocos siglos muchas mudanças; por que si la queremos cotejar con la de oi a quinientos años, hallaremos tanta diferencia & diversidad cuanta puede ser maior entre dos lenguas. I por que mi pensamiento & gana siempre fue engrandecer las cosas de nuestra nación, & dar a los ombres de mi lengua obras en que mejor puedan emplear su ocio, que agora lo gastan leiendo novelas o istorias embueltas en mil mentiras & errores, acordé ante todas las otras cosas reduzir en artificio este nuestro lenguaje castellano, para que lo que agora & de aquí adelante en él se escriviere pueda quedar en un tenor, & estender se en toda la duración de los tiempos que están por venir, como vemos que se a hecho en la lengua griega & latina, las cuales por aver estado debaxo de arte, aun que sobre ellas an passado muchos siglos, todavía quedan en una uniformidad.

      Por que si otro tanto en nuestra lengua no se haze como en aquéllas, en vano vuestros cronistas & estoriadores escriben & encomiendan a inmortalidad la memoria de vuestros loables hechos, & nos otros tentamos de passar en castellano las cosas peregrinas & estrañas, pues que aqueste no puede ser sino negocio de pocos años. I será necessaria una de dos cosas: o que la memoria de vuestras hazañas perezca con la la lengua; o que ande peregrinando por las naciones estrangeras, pues que no tiene propia casa en que pueda morar. En la çanja de la cual io quise echar la primera piedra, & hazer en nuestra lengua lo que Zenodoto en la griega & Crates en la latina; los cuales, aun que fueron vencidos de los que después dellos escrivieron, a lo menos fue aquella su gloria, & será nuestra, que fuemos los primeros inventores de obra tan necessaria. Lo cual hezimos en el tiempo más oportuno que nunca fue hasta aquí, por estar ia nuestra lengua tanto en la cumbre, que más se puede temer el descendimiento della que esperar la subida. I seguir se a otro no menor provecho que aqueste a los ombres de nuestra lengua que querrán estudiar la gramática del latín; por que después que sintieren bien el arte del castellano, lo cual no será mui difícile, por que es sobre la lengua que ia ellos sienten, cuando passaren al latín no avrá cosa tan escura que no se les haga mui ligera […] El tercero provecho deste mi trabajo puede ser aquél que, cuando en Salamanca di la muestra de aquesta obra a vuestra real Majestad, & me preguntó