preciso tomar como desafio os problemas da realidade. Os problemas da realidade não correspondem exatamente à teoria, você tem que fazer o contrário, né? Como eu tenho que produzir a minha teoria, para que ela seja capaz de dar conta da visibilidade do real? Eu gosto muito dessa ideia de dar visibilidade a aspectos da realidade. Quando eu estava no Conselho Federal, nós fizemos um programa com a TV Cultura que se chamava “Não é o que parece”. Esse programa tinha por detrás dele a ideia de que a Psicologia é capaz de olhar o real e de conferir visibilidade a um aspecto que está lá, mas que não é tão visível, motivo pelo qual ela tem que trabalhar para lhe dar visibilidade. Esse aspecto é o aspecto psicológico, é o aspecto da subjetividade. Então, essa ideia de que a realidade não é o que parece e que uma das coisas que a constituem não aparece, é o elemento subjetivo. Eu gosto, gosto muito disso, e acho que talvez seja por aí o que hoje eu vejo como saída. Eu sempre gosto de me movimentar muito, de mudar de ideia. Daqui a pouco, quando estiver escutando ou lendo aquilo que resultou dessa nossa conversa, eu posso dizer: “Nossa, já penso mais que isso!”. Mas acho que existe a perspectiva do campo, acho que a sociedade é individualista, ela vai personalizando tudo: você tem personal trainer, personal stylist, tem tudo pessoal, e isso fortalece a existência necessária da Psicologia. Eu acho que ela tem uma perspectiva social de movimento, porque tem as camadas dos pobres que foram passando, foram querendo ter direito àquele tipo de atendimento, àquele tipo de ajuda, de contribuição. Então, eu acho que a gente tem aí um futuro intenso pela frente e acho que isso vai também colocar dúvidas, vai colocar questões. E nós vamos ter que enfrentá-las.
Los intricados caminos de una formación histórica y socialmente situada
https://doi.org/10.17230/9789587206937ch2
Wanda C. Rodríguez Arocho conversa con Tania García Ramos *
Universidad de Puerto Rico - Recinto de Río Piedras
Wanda C. Rodríguez Arocho posee un doctorado en Filosofía con especialidad en Psicología y una maestría en Educación con especialidad en Orientación y Consejería, ambos grados otorgados por la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP). Es catedrática jubilada del Departamento de Psicología de dicha institución. Su trabajo docente e investigativo en psicología se ha enfocado en procesos cognitivos, aprendizaje, enseñanza de la psicología y desarrollo humano desde la perspectiva histórico-cultural. Su labor en el campo de la formación de docentes desde una perspectiva crítica la mantiene ocupada en seminarios y cursos luego de la jubilación. Tiene tres libros y más de cincuenta artículos publicados en revistas especializadas y libros editados. Ha sido conferenciante y profesora invitada en la Universidad de Aruba, la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional en ese país, en la Universidad de Córdoba en Argentina, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, la Universidad de Mérida en Venezuela, y la Universidad Popular Autónoma en Puebla, México, entre otras. Se ha destacado por sus esfuerzos en pro de la internacionalización de la psicología y la colaboración interdisciplinaria, presidiendo comités relacionados en la American Psychological Association y la American Counseling Association. Fue secretaria general y vicepresidenta para México, Centroamérica y El Caribe en la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP). Por su ejecutoria académica y profesional y por sus servicios a esta organización fue galardonada con el Premio Interamericano de Psicología Rogelio Díaz Guerrero en el año 2013. En noviembre de 2001 la Asociación de Psicología de Puerto Rico le otorgó el Premio Psicóloga del Año y en 2011 el Premio Una Vida de Logros.
Tania: Buenas tardes Wanda, encantada de realizar esta entrevista contigo. Comenzamos la primera parte sobre tu trayectoria formativa. Abordaremos tres preguntas y la primera es ¿cómo y por qué escogiste formarte en la psicología?
Wanda: Mi formación en psicología ha sido un zigzag, por razones atadas a la situación social de desarrollo, al momento histórico y al ambiente cultural que configuraron esa decisión. Nací en 1952 en un Puerto Rico donde se desarrollaba un proyecto sociopolítico que implicó una acelerada transformación de la sociedad agraria hacia la industrial, el urbanismo, la modernización y una apuesta a la educación como la gran igualadora social. En ese contexto, la psicología llegó a mi vida en una combinación de azar e intuición. Fui la primera persona en la familia en cursar estudios universitarios: mi madre llegó al segundo grado de escolaridad y mi padre al cuarto, sin embargo, ambos estaban convencidos de que una educación mejor que la que tuvieron ellos representaba movilidad social para su descendencia. Apoyaron con todas sus posibilidades mi educación con la expectativa de que yo “llegara a ser alguien”; con esa expresión (dicha con frecuencia entonces) significaban su expectativa de que tuviera una mejor posición que la que ellos ocupaban en la estructura social. Cuando llegó el momento de elegir una carrera, mi interés estaba en la lengua española y en la literatura (pasiones que conservo), pero había oposición familiar porque esas carreras no aseguraban trabajo y progreso, e insistían en que estudiara alguna ciencia porque allí estaba el futuro.
Mis ideas sobre la psicología en 1969, cuando terminé la escuela superior, eran algo vagas, sin embargo me sirvieron para argumentar a mis padres que era una ciencia con futuro y muchas posibilidades, lo cual los convenció. Dieron su visto bueno sin entender los múltiples e intrincados lazos entre psicología, lengua y literatura (yo los intuía, eventualmente, los confirmé). En los años iniciales de la formación tuve la suerte de encontrarme con docentes que me ayudaron a entender y a profundizar esos lazos y a ir construyendo una perspectiva amplia de la disciplina. Creo que eso ha sido lo fundamental en mi formación, lo mismo ocurrió en los estudios generales de posgrado de la Universidad de Puerto Rico y durante mis años de trabajo como docente en la misma. No ha sido un proceso enteramente racional, me enamoré de una disciplina que ha movido muchas pasiones a lo largo de los años y que no se agotan. Mi proceso formativo en psicología sigue su curso aun después de la jubilación gracias a lecturas dialógicas e intercambios productivos con colegas y exalumnos dispersos por el mundo; también, al trabajo de publicación, a la participación en congresos y actividades académicas (como proyectos colaborativos) y a mi trabajo de asesoramiento y mentoría continua. Estas son actividades que continúo realizando y disfrutando.
Tania: ¿Tu formación se ha nutrido a nivel internacional, aunque tu educación formal haya sido principalmente en Puerto Rico?
Wanda: Sí, totalmente. En cuanto a mi educación formal soy un producto netamente puertorriqueño, en el sentido de que asistí a escuelas públicas del país y después estudié el pregrado y posgrado en la UPR-RP. Por otro lado, desde temprano en mi formación de posgrado me vinculé a la Sociedad Interamericana de Psicología y con esta y otras eventuales afiliaciones a organizaciones internacionales, construí relaciones y desarrollé proyectos alimentados por la internacionalización.
Tania: Entonces destacas que en ese proceso hayas estudiado perspectivas de los estudios generales, las ciencias sociales y de las humanidades que no necesariamente se enseñan en otras universidades.
Wanda: Eso es ccorrecto. Sinceramente creo que eso marcó una perspectiva distinta desde bien temprano en mi formación y además, por suerte, tuve buenos profesores en psicología y en las ciencias sociales en general, la economía, la política, la geografía, las humanidades e idiomas.
Tania: ¿Dirías también que esa educación crítica que se ofrece en la UPR-RP fue clave en tu formación?
Wanda: Creo que en la segunda pregunta elaboro más sobre este punto, tuve buenos maestros críticos y hubo maestros que perpetuaban la educación bancaria. Sin embargo, aquellos que propiciaron las perspectivas críticas lo hicieron con tanta excelencia que sembraron inquietudes en todos los de mi generación.
Tania: También me formé en el pregrado en esta universidad y considero que quienes pasamos por esta institución tenemos esa semilla crítica. ¿Podrías contarnos un