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Formar-se en psicología


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National Institute of Mental Health. En él estudiamos las funciones ejecutivas y el lenguaje, abordamos el problema de la hiperactividad como un asunto de regulación buscando conexiones con el lenguaje. Fue un tema interesante porque en la literatura sobre el déficit de atención se mencionan los problemas de comportamiento, pero no los de lenguaje, y viceversa, en la literatura de patología del habla se mencionan los problemas de lenguaje, pero no sus vínculos con problemas de actividad. El enfoque histórico-cultural tiene un marco que puede relacionar ambos asuntos y nosotros orientamos ese proyecto a investigar estos vínculos. Dicha investigación duró como cinco años y fue un taller de formación bien importante, porque teníamos ciento sesenta niños; además integramos estudiantes de posgrado de clínica y social, además de alumnos de pregrado. Al momento de hacer sus tesis doctorales, muchos estudiantes del proyecto las hicieron utilizando las bases de datos del mismo. Este proyecto lo han continuado varias docentes de la Universidad del Este y en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez (RUM).

      Tania: ¿Dijiste que tuviste colaboración del National Institute of Mental Health de Estados Unidos?

      Wanda: Sí.

      Tania: Dices que todavía continúan algunos profesores de la Universidad del Este y del RUM, que participaron en el proyecto original por decirlo así.

      Wanda: Eso es así, por ejemplo, Mary Annette Moreno, ha seguido trabajando la perspectiva cognitiva y de modificación cognitiva en el RUM. Nilda Medina y Loyina Báez han continuado trabajando desde la Universidad del Este también con modificabilidad cognitiva.

      Tania: ¿Qué reflexión haces de tu propia formación hoy como psicóloga?

      Wanda: Mirando hacia atrás creo que fue una buena formación gracias a docentes y pares con quienes hoy reconozco compartí intensos ejercicios de indagación dialógica. En retrospectiva, creo que los dos años de estudios generales obligatorios en el pregrado en psicología fueron cruciales porque propiciaron el contacto con otras disciplinas y, con ello, ampliaron mi horizonte. Los estudios en ciencias sociales, ciencias naturales, español e inglés se cruzaron con los de economía, geografía, política y sociología, los cuales también eran requeridos en la carrera, y pese a que algunos de ellos me parecieron muy técnicos y no entendía cómo me iban servir en la formación en psicología, eventualmente comprendí que fueron claves en el desarrollo de un interés por entender las relaciones de nuestra disciplina con otras, y de todas ellas con los mundos que habitamos. He hecho lo posible por nutrir ese interés y compartirlo con otras personas, particularmente con mis estudiantes. También me he ocupado de cultivar la curiosidad intelectual, de motivar y apoyar el desarrollo de intereses propios que, por diversas razones, no siempre son atendidos en los salones de clase.

      Tania: Es decir, que esta experiencia a su vez la has compartido en la formación de otros estudiantes. Así cerramos esta primera parte y seguimos a la próxima. ¿Cómo evalúas la formación universitaria contemporánea en la psicología?

      Wanda: El tema de evaluar de una manera general y sin criterios se me presenta difícil. No obstante, puedo expresar inquietud y preocupación con respecto a la formación en los currículos oficiales, al tiempo que esperanza con respecto al dinamismo de las perspectivas críticas. En cuanto a la inquietud y la preocupación, responden a una percepción de simplificación, descontextualización y de falta de reflexividad histórica sobre los discursos académicos. A mi juicio, uno de los índices de simplificación es descansar prioritariamente en libros de texto que presentan interpretaciones de teorías sin hacer explícito lo que son, nada o muy poco se enuncia en las introducciones a esos textos sobre las posturas filosóficas e ideológicas de sus autores y autoras, y con frecuencia también se omite la lógica que une los capítulos y la forma en que los contenidos se relacionan. En los libros de texto de desarrollo humano, por ejemplo, leemos monólogos que articulan descripciones de desarrollo afectivo, cognitivo, social y moral, entre otras dimensiones, considerándolas universales, regulares y progresivas, desconociendo una narrativa alternativa que incluye esas dimensiones como singulares, irregulares y recursivas.

      Estos libros de texto que compendian conocimiento y permiten cubrir temas con economía de tiempo y esfuerzo de docentes y estudiantes, dejan poco de esos recursos (tiempo y esfuerzo) a la lectura dialógica de originales y de la problematización como estrategia formativa. Además de presentar el conocimiento de forma fragmentada, el manejo tradicional de contenidos deja fuera de análisis y discusión los condicionantes históricos, sociales y culturales de la producción, distribución y uso de ese conocimiento que se está manejando. En resumen, los libros de texto le simplifican la vida a la gente en términos de tiempo y esfuerzo, pero desde mi perspectiva generan una psicología liviana, sin profundidad.

      Tania: En la historia de la formación en psicología, ¿qué aciertos, desaciertos y contradicciones puedes percibir?

      Wanda: Yo siento que muchas contradicciones están marcadas por los currículos ocultos, que es un tema que me interesa profundizar más adelante y que no se reconoce, fuerzas externas que van condicionando los currículos. Por ejemplo, las pautas que la American Psychological Association (APA) establece para un programa graduado de psicología o las pautas que una agencia acreditadora establece para la disciplina. De alguna manera los programas académicos van a intentar responder a esas pautas ya que es la demanda social; sin embargo, en esa respuesta se sacrifican cosas importantes. Ahí es donde veo los desaciertos. Por ejemplo, un tema como el de la cognición: cuando la APA fue a evaluar el programa doctoral de Psicología Clínica en la UPR-RP consideró que si se abordaba el estudio sociocultural de la mente, no se cumplía el requisito de contenido del curso de cognición. Así que hay criterios externos que obligan a los programas a acomodarse por diversas razones, pero no hay una discusión abierta en la facultad de lo que se sacrifica en dicho acomodo.

      Tania: Muchas veces también son criterios arbitrarios.

      Wanda: Exacto, no se conoce el criterio por el que se da ese sesgo. Ahora todo se ve justo a la inversa, todo debe tener un componente más fisiológico, con el cual no tengo problema, pero mi preocupación viene cuando se reduce a esa actividad cerebral procesos que son mucho más complejos.

      Tania: ¿Se reduce a lo biológico?

      Wanda: Correcto.

      Tania: En ese sentido es un acercamiento reduccionista. Uno se pregunta por qué se incluyen unas áreas y se excluyen otras.

      Wanda: Claramente. Una mirada a la historia de la formación permite ver que la psicología como disciplina fue incorporada, no necesariamente integrada, en facultades de educación, ciencias sociales y hasta ciencias naturales. Encontrar un lugar, una voz propia, fue un proceso lento al comienzo, pero cada vez más acelerado desde mediados de la década de los sesenta. Esto coincidió con dinámicas histórico-culturales que dieron prominencia social a la psicología como ciencia y profesión, y que han puesto demandas y exigencias sobre sus formas de producción, divulgación y uso del conocimiento. En algunas instituciones y currículos esto resultó en una división arbitraria entre investigación, enseñanza y prestación de servicios. Fuerzas institucionales y políticas generaron estándares para velar por una particular visión de calidad o excelencia que paulatinamente ha ido transformando las reglas de trabajo académico en trabajo empresarial. Dichos estándares han cambiado los ambientes en muchos centros de formación en los que el estudiantado pasa a ser visto como cliente y hay que hacer los ajustes para satisfacer sus necesidades y deseos, los cuales muchas veces van orientadas a carreras cortas y de orientación técnica, presentando conflictos y contradicciones a la formación crítica y liberal antes mencionada, puesto que esta demanda actividades, tiempos y espacios que se restringen bajo la presión por el resultado inmediato y efectivo.

      Tania: ¿Crees que, en la actualidad, la formación en psicología ha avanzado? ¿Cómo y por qué?

      Wanda: Todo depende del criterio que se utilice para determinar el avance. Si el criterio es cuantitativo y externo, puede pensarse en un avance reflejado en la proliferación de programas de formación y el aumento en estructuras reguladoras (regulación vía exámenes de reválida administrados por agencias gubernamentales para conceder