Robert Martin

Más allá de los cinco puntos


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la lex civilis, o ley civil. La lex moralis, cuyo principal objetivo es regular la moral, es conocida al [hábito innato de comprender los principios básicos de la ley moral] y es la base de los actos de [conciencia—la aplicación de los hábitos innatos arriba mencionados]. En esencia, la lex moralis es idéntica a la lex naturalis… pero, a diferencia de la ley natural, esta es dada mediante revelación en una forma que es más clara y plena que la conocida por la razón.39

      La pregunta que planteamos es si la Biblia nos revela o no lo que es la ley básica y fundamental (es decir, la ley moral) que es aplicable a todos los hombres, judíos y gentiles, cristianos e incrédulos, poseedores de revelación especial o no. Examinaremos tres textos (Romanos 1:18-32; 2:14-15;40 y 3:19-20) que nos proporcionarán la respuesta a nuestra pregunta.

      Romanos 1:18-3241 es un texto crucial para nuestra comprensión de las implicaciones éticas de la creación del hombre. La doctrina de la creación no es una doctrina abstracta, aislada y desconectada de cualquier implicación práctica. La creación a la imagen de Dios (Génesis 1:26-27) exige una conformidad moral a esa imagen (Eclesiastés 7:29). Romanos 1:18-32 es la acusación de Dios sobre el hombre como criatura en pecado. Tanto ser creados por Dios como ser pecadores son realidades universales desde la caída de Adán. En otras palabras, todos son criaturas y todos son pecadores. Pablo describe la actitud de Dios hacia Sus criaturas que se encuentran en pecado y alejadas de Cristo. El hecho mismo de su creación hace que todos los hombres sean éticamente responsables ante Dios (Romanos 1:18-23). La creación por la mano de Dios exige conformidad moral a la ley de Dios. El hombre es responsable ante Dios por su conducta y se le impone un estándar de conducta y es acusado y juzgado por no cumplir ese estándar, incluso si nunca ha leído o escuchado la Biblia. De acuerdo con Pablo, debido a que es creado por Dios, el hombre tiene un conocimiento innato de algunos de los atributos de Dios (Romanos 1:20), un conocimiento innato de la persona de Dios (Romanos 1:21), un conocimiento innato de la ley de Dios (Romanos 1:32 y 2:14-15) y un conocimiento innato del juicio de Dios (Romanos 1:32).

      El hecho de que el hombre en pecado y alejado de Cristo es culpable de su pecado es confirmado en diferentes partes de este pasaje. Primero, notemos que en el versículo 21 se mencionan al menos tres pecados: el pecado de no glorificar a Dios como a Dios, el pecado de no estar agradecido con Dios y el pecado de pensar neciamente. Segundo, notemos en el versículo 25 que se menciona el pecado de no adorar a Dios. Tercero, notemos que en el versículo 26 y 27 se mencionan pecados sexuales. Y cuarto, notemos la lista de vicios mencionada en los versículos 29-32, de la cual toda la humanidad participa.

      Todo esto asume que el hombre creado es responsable ante Dios de mantener un código ético que proviene de Dios y es conocido por toda la humanidad. Muchos de los pecados mencionados en esta sección de Romanos 1 son violaciones directas de aspectos del Decálogo. Los hombres son culpables por no adorar al Dios verdadero y odiarlo, culpables de inmoralidad sexual, codicia, asesinato, homicidio, mentiras y desobediencia a los padres. Esto al menos sugiere que los Diez Mandamientos pueden ser consultados fácilmente cuando se señalan los pecados de los hombres, sin necesidad de revelación especial. Esto significa que la esencia de los mandamientos contenidos en el Decálogo antecede a su promulgación especial en el Monte Sinaí. Esto también sugiere que los Diez Mandamientos son básicos (apodícticos) para la ética bíblica. Esto será cada vez más evidente cuando examinemos Romanos 2:14-15.

      Romanos 2:14-15 es otro texto crucial para comprender las implicaciones éticas de la creación del hombre. Dice:

      Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos.

      Estos versículos son encontrados en la sección que inicia en el versículo 12 y termina en el versículo 16. En el versículo 12, el interés de Pablo es defender la justicia de Dios en la condenación de los gentiles que no tienen ley escrita o las Sagradas Escrituras. En los versículos 14 y 15 presenta su defensa. Al enfocarnos en estos versículos somos confrontados por tres preguntas. ¿Cuál es la ley que poseen los judíos en este contexto? ¿Los gentiles que no tienen revelación especial tienen ley? ¿Cuál ley poseen los gentiles que no tienen revelación especial?

      Primero, ¿cuál es la ley que los judíos poseen en este contexto? La primera referencia a la ley en el versículo 14 obviamente hace referencia a la ley que tenían los judíos. Esta es claramente la ley que los judíos poseían mediante revelación especial—Las Sagradas Escrituras. Esta ley es mencionada al final del versículo 12, en los versículos 13 y 14 y en diferentes partes de los versículos 17-27. En los versículos 21 y 22 se hace referencia a mandamientos contenidos en el Decálogo. Por tanto, da la impresión de que Pablo se refiere a la ley básica y fundamental del Antiguo Pacto, el Decálogo. En otra parte de Romanos, Pablo hace referencia a la ley del Antiguo Pacto e inmediatamente cita partes del Decálogo (ver Romanos 13:8-10).

      Algunos podrían decir que la ley de los judíos a la que Pablo hace referencia es todo el Antiguo Testamento o toda la ley de Moisés (torah), que incluye la ley moral, ceremonial y civil del Antiguo Pacto. Esto significaría que, mediante la revelación general a través de la creación, Dios escribe las leyes ceremoniales y civiles del Antiguo Pacto en los corazones de todos los hombres, una proposición insostenible. La ley ceremonial fue revelada después de la caída de Adán como parte de revelación especial. No es revelación general. Presupone la entrada del pecado y tiene como objetivo señalar hacia la reparación del daño infligido por el pecado. No, la ley referida por Pablo es más básica y fundamental (apodíctica) que la ley ceremonial. La ley de los gentiles a la que se hace referencia en este contexto es una ley basada en la revelación general, no en el pecado ni en la redención. Por tanto, la ley que los gentiles poseen mediante la revelación general no puede referirse a todo el Antiguo Testamento o a toda la ley de Moisés. Debe referirse a la ley que es básica y fundamental para el estatus del hombre como criatura y como portador de la imagen de Dios. Es una ley que todos los hombres poseen por naturaleza, porque todos los hombres son creados, y una ley contenida en algún lugar de todo el conjunto de revelación especial dada a los judíos. H. C. G. Moule concuerda cuando dice:

      Manifiestamente, “ la Ley” en este pasaje no se refiere a la ley ceremonial de Israel, sino a la ley moral revelada a Israel, sobre todo en el Decálogo. Esto es evidente en el lenguaje del versículo 15, que no tendría sentido si la referencia fuera a ordenanzas especiales de la adoración. Los gentiles no podían “mostrar la obra de” ese tipo de “ley escrita en sus corazones”; lo que mostraban era, como ya hemos explicado, la “obra” relacionada con las exigencias reveladas de Dios… sobre la voluntad y la vida.42

      Segundo, ¿los gentiles sin revelación especial poseen ley? Es claro que los gentiles no poseían la ley externamente escrita de los judíos como una ley escrita externamente; no poseían el Antiguo Testamento. ¿Significa esto que los gentiles no tenían ley? La Escritura es muy clara en que si no hay ley, no puede haber pecado (ver Romanos 4:15; 5:12-14 y 1 Juan 3:4). Seguramente Pablo no podía estar diciendo que los gentiles no poseían ninguna ley en absoluto. Por el contrario, los gentiles sí poseían ley, pero no la cumplían y no podían hacerlo y por eso son inculpados en Romanos 1.

      La ley que los gentiles no poseían era la ley externamente revelada del Antiguo Testamento, como una ley escrita externamente. Sin embargo, esto de ninguna forma implica que no poseían ley. Pablo deja muy en claro que sí la poseían. Él afirma en los versículos 14 y 15 que “… cuando los gentiles que no tienen ley [la ley en este contexto se refiere a la ley externamente revelada a los judíos contenida en el Antiguo Testamento], hacen por naturaleza lo que es de la ley [la ley externamente revelada a los judíos contenida en el Antiguo Testamento], éstos, aunque no tengan ley [la ley externamente revelada a los judíos contenida en el Antiguo Testamento], son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley [la ley externamente revelada a los judíos contenida en el Antiguo Testamento] escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos”. Comentando sobre este pasaje, Robert