119-140 de David. Partiendo del diálogo platónico, Cicerón, moviéndose en el ámbito del estoicismo de su formación filosófica, expone la teoría constitucional de la Roma antigua, estableciendo el nexo existente entre la moral de las costumbres políticas y las virtudes morales de los comportamientos individuales” (Wikipedia, s f.). Aunque Cicerón prefiere, de todas las formas de gobierno, la monarquía, considera que mejor que ella es la combinación, un gobierno mixto de los tres modos descritos, más realista que la idea imaginaria de Sócrates con la democracia.
27 En cuanto a la democracia, Yannis Stavrakakis, inspirado en Cross, nos dice: “En el pasado, la democracia perdió muchas batallas contra el nacionalismo, el racismo y el fundamentalismo. Ahora está perdiendo la guerra contra la posdemocracia consumista, porque incluso ‘las metas relativamente abiertas y poco exigentes que se propone la democracia liberal para la vida pública han fracasado en su competencia con el consumismo’” (2010, p. 305).
28 He aquí una alusión fundamental a la interesante obra de Martha C. Nussbaum (1995), titulada La fragilidad del bien: fortuna y ética en la tragedia y la filosofía griega.
29 En este sentido, habría que pensar los efectos de la moralidad extrema de Cicerón y cómo esta pudo influir en el desenlace trágico de su hijo, pues, gracias al psicoanálisis, en la actualidad sabemos que existen crímenes del superyó (o de una conciencia moral severa), desenlace que sumió a Cicerón en una profunda depresión.
30 Cicerón se muestra orgulloso de la Constitución de la República de Roma en varios apartes de su obra Sobre la república, obra que dio lugar a otra, Sobre las leyes (que se puede definir como un tratado general de la filosofía del derecho), tal y como lo había hecho Platón, el filósofo preferido por Cicerón. Además, Cicerón sueña con el príncipe republicano ideal, en contraposición al príncipe de Maquiavelo, a quien podríamos pensar como representante de lo real.
31 Tal y como se observará más adelante en la historia de las mentalidades a lo largo de la Edad Media, período que podríamos considerar de deberes imaginarios, excesivos y superiores a los que Cicerón esbozó; por ello, tales deberes morales constituyeron la fuente principal del malestar y el sufrimiento del hombre medieval. En esta onda de pensamiento es importante revisar el libro El demonio de la depresión (Solomon, 2015, pp. 329-332).
32 Se podría decir que la esencia de la cultura grecorromana la constituye la Paideia (del griego παιδεια, “educación” o “formación”, a su vez de παις, país, “niño”), esto es, la formación en procura de la perfección humana, lo cual se alcanza por medio de la reflexión filosófica. En cuanto a la historia de Roma, recomiendo la serie de televisión Roma, la cual se ubica en la época de la transición de la República romana al Imperio. Se estrenó en Estados Unidos en agosto de 2005 y fue creada por John Milius, William J. MacDonald y Bruno Heller como coproducción entre la BBC (Reino Unido), la cadena de pago HBO (Estados Unidos) y la RAI (Italia). El filme fue galardonado con el premio BAFTA y obtuvo dos nominaciones al Globo de Oro.
33 Los procedimientos para silenciar y apartar al otro molesto han cambiado en el curso de la historia: mientras entre los griegos se exilaba u obligaba a los contradictores (con argumentos de legalidad y de justicia) a ingerir la cicuta como a Sócrates, entre los romanos se les decapitaba como a Cicerón o se les crucificaba como a Jesucristo; y en la Edad Media a los enemigos se les sometía a distintos suplicios, a la hoguera y a la expropiación de sus bienes, como en el caso de Giordano Bruno. Dado que la naturaleza pulsional del ser humano poco cambia, en la actualidad aún se conservan en todas las sociedades tales tácticas, con algunos refinamientos, pero se tiende a privilegiar distintas formas sutiles de exclusión. He aquí una alusión a la interesante obra de Martha C. Nussbaum (2007), intitulada Las fronteras de la justicia: consideraciones sobre la exclusión. Sin embargo, parece consabido que sin exclusiones no es posible cimentar la identidad.
34 Contrariamente, Cicerón piensa que “los que encuentran todos los bienes dentro de sí mismos, nada de lo que acontece por necesidad de la naturaleza les puede parecer malo” (citado en Cura, 2004, p. 60). Sin embargo, pese a los esfuerzos por conquistar tranquilidad en su alma, Cicerón vivió siempre en un mundo de enemistades, desconfianzas de todo tipo y de guerras terribles que no le permitieron avizorar la paz.
35 Sobre todo desde la perspectiva del concepto psicoanalítico de superyó, el cual está en íntima relación con las ideas de padre, deber moral, dios y ley. En cuanto a esta, nos dice Domingo Cura, en sus Pensamientos de Marco Tulio CICERÓN: “Los griegos, más cuidadosos que nosotros, nombraban unos guardianes de la ley (los llamados ‘nomofílacos’) que no solo conservaban el texto auténtico, sino que observaban la conducta de los hombres invitándolos a repasar la ley” (2004b, p. 44).
36 Lógica en la que se inscribe el pensamiento contemporáneo del italiano Nuccio Ordine en su manifiesto La utilidad de lo inútil, quien conversó, en el contexto de la 9ª Fiesta del Libro y la Cultura. Leer la vida, con el poeta y filósofo Carlos Vásquez y con el médico, escritor, político y exrector de la Universidad de Antioquia Jaime Restrepo Cuartas.
37 Al respecto Cicerón dice en El orador, sobre la defensa de Milón, lo siguiente: “Existe, en efecto, jueces, una ley, no escrita, sino innata, ley que no hemos aprendido, recibido, leído, sino que de la misma naturaleza la hemos recibido, bebido, extraído, y para lo cual no hemos sido enseñados, sino imbuidos” (2004a, p. 109).
38 La palabra derecho nos remite de un modo sencillo a un poder o una facultad para actuar, un permiso para obrar en determinadas condiciones y la exigencia de una conducta de otro sujeto. Aspecto que Cicerón tenía bastante claro y por ello decimos que adoptó, con algunos de sus contemporáneos, la actitud de un defensor de los derechos humanos.
39 Idea que nos remite a la obra de Foucault y se enlaza con la idea de “la paz que nunca llegó”, la cual es una inferencia a partir de la lectura de distintos escritos de Cicerón, en los cuales tal noción parece aletear, sin ser nombrada realmente de modo explícito. Sin embargo, es necesario decir que tal deducción se desató a partir del lanzamiento, en la 9ª Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín. Leer la vida, de la novela de William Ospina titulada El año del verano que nunca llegó. Adicionalmente, podríamos decir que la paz es posible en la perspectiva de lo simbólico y lo imaginario (tal y como, al parecer, sucede con la relación sexual y con la salvación cristiana), pero no en la de lo real (pulsional) lacaniano, que en el presente trabajo esbozamos.
40 Texto que aparece en la parte introductoria de la programación del 25º Festival Internacional de Poesía de Medellín. II Cumbre Mundial de la Poesía por la Paz y la Reconciliación de Colombia, realizado entre los días 11 y 18 de julio de 2015.
41 Sin embargo, hay quienes consideran que el olvido es otra manera de nombrar actualmente la deshumanización. Situación similar se presenta con la patología del Alzheimer. Entonces, hablar de una paz en la que como condición se deben presentar tanto el perdón como el olvido, es aspirar a una paz utópica y de paso pretender falsear lo humano, ya que este no se puede pensar sin la memoria.