Franz Julius Delitzsch

Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Isaías


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~yti_yxiv.m; ~ynIßB'). De esa manera, ahora se ha cumplido aquello que la torah había temido y predicho (Dt 4, 16; 4, 25; 31, 29). En todos estos casos se utiliza el hifil, y en el pasaje paralelo del gran canto de Dt 32, 5 el piel, tiempos que incluyen el objeto de la acción indicada (Ges. §53, 2). De esa manera se sugiera el hecho de hacer aquello que es destructor, es decir, actuar de manera que el mismo acto se vuelva destructor para uno mismo y para los otros. Es evidente que en esta caso el término “hijos” (~ynIßB') está indicando su relación con Yahvé (Is 30, 1. 9).

      Las cuatro cláusulas anteriores (con interjección) están seguidas por tres cláusulas declaratorias, que describen la apostasía de Israel en sus diversos sentidos, de manera que se completan así las siete cláusulas de “lamento”, las cuatro anteriores y las tres que siguen. (a) Los israelitas no sólo han apostatado de corazón (dejaron a Yahvé), sino también de palabras (provocaron a ira al Santo de Israel). Literalmente, el verbo (Wc±a]nI)) significa pinchar, y también burlarse de, tratar despectivamente; en el fondo significa blasfemar, como aparece ya en el Pentateuco (Dt 31, 20; Num 14, 11; 14, 23). Así han provocado a Dios. (b) Con toda intención, a Dios se la llama aquí el “Santo de Israel”, un nombre que constituye la nota distintiva de la visión de Dios y de su relación con el pueblo toda la profecía de Isaías (cf. Is 6, 3). Éste es el pecado de mofarse de mofarse de Dios, el Santo. Pues bien, mofarse del Santo era para Israel un pecado triple, pues Dios era santificador de Israel y eso exigía que, siendo él portador de santificación, fuera santificado por Israel conforme a su misma santidad (Lev 19, 2 etc.). (c) Había, finalmente, una apostasía en acción, pues ellos “se volvieron atrás”, o como traduce la Vulgata “ abalienati sunt”.

      La palabra WrzOðn" es el reflexivo de rWz, relacionado rwn y y con rWs, es una palabra comúnmente utilizada en el Targum. El nifal, que solo aparece aquí, indica el carácter deliberado de este alejamiento de Dios, que queda enfatizado por la introducción de la palabra “atrás” (rAx*a'), que se utiliza enfáticamente en lugar de wyrxam. Los israelitas tenían que haber seguido a Yahvé en todas sus acciones, pero le han dado la espalda y han seguido un camino que ellos mismos han escogido.

      Is 1, 5

      yW")D: bb'Þle-lk'w> yliêx\l' varoå-lK' hr"_s' WpysiäAT dA[ß WK±tu hm, î l[;ä

       ¿Hasta cuándo seréis perpetuamente castigados, multiplicando la rebelión? Toda cabeza está enferma y todo corazón doliente.

      Una primera cuestión surge en este verso y es si hm, î l[; (hm, î es la forma corta y más cortante de la palabra, y es común incluso ante no guturales, Ges. §32, 1); es decir, si esas dos palabras (hm, î l[;) significan por qué, hasta cuándo (como traducen en los LXX, los targumes, la Vulgata y la mayor parte de las versiones antiguas), o sobre dónde, es decir, en qué parte del cuerpo “queréis ser castigados”, como afirman algunos, incluido Schröring.

      Luzzato supone que esta última traducción carece de fuerza, porque hasta ahora solo un miembro del cuerpo ha sido golpeado, de manera que nada impide que sea golpeado de nuevo; en esta línea, el castigo no debería tomarse de un modo puramente literal, aplicándose sólo a una parte del cuerpo; de esa manera, podríamos suponer que ya han caído sobre Israel todos los castigos, a causa de su apostaría, de manera que el pueblo estaría cerca de la destrucción completa (no tendría ya más lugar para ser castigado). De todas formas, a pesar del valor de las otras propuesta, nos inclinamos con Caspari en favor del sentido “hasta cuando” (hasta qué fin).

      En todos los restantes pasajes en los que aparece esta expresión (en total, catorce veces), ella tiene ese sentido, y una vez incluso con el verbo hkn, golpear (Num 22, 32), mientas que sólo aquí se introduce la idea del pueblo como un cuerpo. Por otra parte, la idea de “sobre dónde” exigiría que el lector y oyente la hubieran presupuesto ya. Pero al aceptar la traducción “hasta cuándo” (hasta qué fin”), no entendemos esa palabra en el sentido que le da Malbim (es decir, en el de “cui bono”), suponiendo como en los casos anteriores que el castigo sería ineficaz; porque este pensamiento no aparece nunca en expresiones directas, como podríamos pensar, sino más bien ‒ en analogía con preguntas introducidas con hM'l'î, como en Ez 18, 31, Jer 44, 7 ‒ con el sentido de qua de causa, con el pensamiento subyacente de “vuestra propia destrucción suscitará sólo un sentimiento de placer infatuado”.

      Por eso hemos traducido Is 1, 5 de este forma: ¿Hasta cuándo seréis perpetuamente castigados, multiplicando la rebelión? La partícula dA[ß va unido a WK±tu (véase la misma forma de acentuación en Ez 19, 9). Eso significa que no hay dos cláusulas interrogativas distintas, como piensa Luzzatto (¿por qué seréis castigados? ¿por qué añadir la rebelión?), sino que la segunda cláusula está subordinada a la primera (sin que sea necesario suplir un “por qué” (yKi), ya que (como supone Gesenius) estamos ante una frase adverbial subordinada que define de un modo más preciso la cláusula principal. Sea como fuere, éste es un caso de conexión lógica, como en Is 5, 11 LXX: “añadiendo iniquidad” (cf. Sal 62, 4: “deleitándose en mentidas”; o Sal 4, 3, “amando la fatuidad”. hr"_s' (rebelión) significa desviación de la verdad y rectitud; y aquí, como en otros casos, implica apostasía respecto de Yahvé, que es absolutamente bueno, la absoluta bondad.

      Hay todavía una disputa ulterior, sobre el sentido de las palabras siguientes: “toda cabeza” y “todo corazón” o “toda la cabeza” y “todo el corazón”, En prosa sería imposible el segundo sentido, pues los dos nombres se escriben sin artículo. Pero en el estilo poético de los profetas se puede omitir el artículo después de lK, cuando es usado en el sentido de “del todo” (totalmente), como en Is 9, 12 (con toda boca, con la boca entera). Sin embargo lK, sin que le siga un artículo, nunca significa “totalmente”, cuando aparece varias veces sucesivamente, como en Is 15, 2 y Ez 7, 17-18. Por tanto, debemos traducir Is 1, 5 “toda cabeza está enferma y todo corazón doliente” (todas las cabezas, todos los corazones de los israelitas).

      El lamed en yliêx\l' muestra el estado al que llega el pecador: Toda cabeza está en estado de enfermedad (cf. Ewald, § 217, d: yliêx\l', locholi, sin artículo, como en 2 Cron 21, 18). El profeta pregunta a sus compatriotas por qué son tan alocados como para amontonar apostasía tras apostasía; y de esa forma continúa evocando el juicio de Dios, que ha caído sobre ellos, golpe tras golpe, alcanzando una fuerza tan grande que entre todas las cabezas y corazones no hay ninguno que no se encuentre enteramente enfermo. yW")D: es la forma enfática de hwD. Aquí se mencionan cabeza y corazón como las partes más nobles del exterior y del interior del hombre. En lo externo y en lo interno, cada individuo de la nación ha sido castigado por la ira de Dios, de forma que ellos han tenido ya castigo suficiente, y deberían haber empezado a reflexionar.

      Is 1, 6

      hY"+rIj. hK'äm;W hr"ÞWBx;w> [c;P, î ~toêm. ABå-!yae( ‘varo-d[;w> lg<r<Ü-@K;mi

      V'(B; hk'ÞK.rU al{ïw> WvB'êxu al{åw> ‘WrzO’-al{

       Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay nada sano en ella, sino heridas y golpes y llagas recientes. No han sido curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.

      A la descripción de la total miseria de cada individuo dentro del conjunto social sigue una representación de la nación entera como una miserable entidad enferma. El cuerpo de la nación al que se aplica la expresión “en ella” (es decir, la nación como un todo) está lleno de heridas de diversos tipos, y sean cuales fueren los medios que se han empleado para curarlas, las varias heridas que se extienden por todo el cuerpo, están unas al lado de las otras, unas encima de las otras, cubriendo toda la carne. Las [c;P, î (de [cP cortar) son heridas que cortan la carne ‒ como, por ejemplo, heridas de espada. Ellas necesitan ser vendadas, a fin de que la llaga abierta pueda cerrarse. hr"ÞWBx de rBx, rayar, evoca heridas tumefactas o cardenales, como los de un golpe de látigo, o de un duro puñetazo; esas llagas necesitan ser suavizadas con aceite, a fin de que la sangre coagulada o congestionada pueda disolverse. Las heridas ulceradas (hK'äm;) y las llagas (hY"+rIj., de hrm, estar fresco) necesitan que se presione sobre ellas para limpiarlas, facilitando así su curación.

      De esa manera, los tres predicados