Denis Fortin

Enciclopedia de Elena G. de White


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“Durante todo ese tiempo, no podía entender el razonamiento de los hermanos. Mi mente estaba cerrada, por así decirlo, y no podía comprender el significado de los textos que estábamos estudiando. Este fue uno de los mayores dolores de mi vida. Quedaba en esa condición mental hasta que se aclaraban en nuestra mente todos los principales puntos de nuestra fe, en armonía con la Palabra de Dios. Los hermanos sabían que, cuando yo no estaba en visión, no podía entender esos asuntos, y aceptaban como luz enviada del Cielo las revelaciones dadas” (SpTB 2:57; MS 1:252).

      El período durante el que la mente de Elena permaneció “cerrada a la comprensión de las Escrituras” se extendió por “dos o tres años”, desde fines de 1846 hasta septiembre de 1849. (Ver *Conferencias Bíblicas Sabatarias.)

      Durante estas conferencias, las visiones “confirmaron” las doctrinas fundamentales para los creyentes de al menos cuatro maneras. En primer lugar, las visiones corregían errores doctrinales, sin ejercer autoridad extrabíblica, sino revelando pasajes bíblicos que se habían pasado por alto. En segundo lugar, los presentes en las conferencias dieron testimonio de que Elena de White, cuando no estaba en visión, era incapaz de contribuir a los estudios doctrinales o de responder a objeciones sobre doctrinas fundamentales; sin embargo, también observaron que sus visiones revelaban pasajes bíblicos que resolvían desacuerdos que parecían espinosos. Consideraron esto como prueba de que, en definitiva, la información que venía por medio de las visiones no provenía de ella, sino de una fuente más elevada.

       La obra de las publicaciones

      “Ustedes se sonreirían si pudieran ver en qué consisten nuestros muebles. Compramos dos armazones de cama por veinticinco centavos cada una. Mi esposo me trajo seis sillas viejas, ninguna de las cuales era igual, por las que pagó un dólar; y poco después me trajo otras cuatro sillas viejas sin asiento, por las que pagó sesenta y dos centavos. Los marcos están firmes y les he puesto asientos de una tela resistente. La mantequilla cuesta tan cara que no la compramos, ni tampoco podemos comprar papas. Utilizamos salsa en lugar de mantequilla, y nabos en vez de papas. Nos servimos las primeras comidas en una mesa hecha con unas tablas colocadas encima de dos barriles de harina vacíos” (TI 1:89; SG 2:160, 161; LS80 287).