a las iglesias el Testimonio Número 9 respecto de “la guerra y nuestro deber en relación con ella”.109 Allí, ella predijo que, al final, el Norte ganaría el conflicto. Reprendió a los que decían que preferían morir antes que someterse al reclutamiento, enfrentando amenazas, prisión o la muerte. Elena afirmó que esto no sería un acto de fe, sino “tan solo presunción fanática” (TI 1:319). Era mejor hablar poco, orar por sabiduría y, si alguien les preguntaba, solo responder que no simpatizaban con la rebelión. Su deber sería obedecer las leyes del país mientras que estas no estuvieran en conflicto con las leyes de Dios. Sin embargo, todavía no había reclutamiento; y tampoco había ningún recurso legal para los no combatientes o para los guardadores del sábado.
Cuando se aprobó una ley de reclutamiento en 1863, todavía existía la opción de proporcionar un sustituto voluntario o pagar un derecho de conmutación de trescientos dólares. Aunque los adventistas estaban dispuestos a ayudarse mutuamente a pagar este derecho, cada vez se hacía más difícil. El 4 de julio de 1864, el Congreso aprobó una enmienda a la ley de reclutamiento, revocando la cláusula de exención del derecho de conmutación excepto para los que “se opusieran a portar armas por motivos de conciencia”. Ahora era necesario que los adventistas del séptimo día actuaran y fueran reconocidos como no combatientes. Esto se pudo lograr en el Estado de Michigan primero y, después, en otros. Desde entonces, hasta donde era posible, los adventistas sirvieron en funciones de no combatientes en el ejército. Sin embargo, la situación resultó ser cada vez más difícil. Por lo que la Asociación General reservó el período del 1º al 4 de marzo de 1865 para dedicarse a la “oración fervorosa y pertinaz”. En esos días, se debían suspender las actividades, y las iglesias debían ofrecer cultos diarios a las 13 y dos cultos en sábado. Un mes después, la guerra prácticamente había terminado.110
La educación de Edson y Willie
Aunque Elena de White era una líder profética, escritora prolífica y poderosa oradora, también tenía las responsabilidades cotidianas de una madre.111 Una anotación en su diario, del 28 de enero de 1868, muestra que sus tareas domésticas competían con las de escritura.
“El Hno. [J. O.] Corliss [un joven converso] me ayudó a preparar el desayuno. Todo lo que tocábamos estaba congelado. Todas las cosas en nuestro sótano estaban congeladas. Preparamos nabos y papas congelados. [...] Cociné ocho ollas, barrí los cuartos, lavé los platos, ayudé a Willie a poner nieve en la caldera, que requiere muchos baldes. No tenemos pozo de agua ni cisterna. Ordené mi ropero [armario]. Me sentía cansada; descansé unos minutos. Hice la cena para Willie y para mí. Justo cuando terminábamos, llegaron mi esposo y el Hno. Andrews. No habían cenado. Empecé a cocinar de nuevo. Pronto les hice algo para comer. Casi todo el día se pasó así, no escribí ni una línea. Me siento triste por esto. Estoy extremadamente cansada. Mi cabeza está cansada” (Ms 12, 1868).112
Ella amaba profundamente a sus hijos y quería que su hogar fuera “el lugar más agradable de todos” para ellos.113 Durante los primeros años de su maternidad, lograrlo era difícil porque la familia era extremadamente pobre (no vivieron en una casa ellos solos hasta mediados de la década de 1850); y tenían que dejar a sus hijos al cuidado de otros, a veces por seis, ocho o diez semanas cada vez. En medio de esta vida ajetreada, la salvación de sus hijos era su preocupación suprema.114 Ella escribió en 1858: “Muchas veces me pregunto: Mis queridos hijos, ¿serán salvos en el reino?” (Ct 3, 1858, en AY 44).
Cuando Edson tenía cinco años, Elena le comentó a una amiga: “Ya viste a Henry; bueno, Edson tiene más vida y es más tempestuoso que Henry, así que, deben saber que estoy ocupada” (Ct 5, 1854, en MR 6:297). Sin embargo, no era la energía de Edson lo que le causaba pena, sino su “inclinación a la desobediencia” y al engaño (Ct 4, 1865, en MI 4:163).115 Cuando Edson entró en la adolescencia, ella tuvo razones adicionales para preocuparse. Notó que era rebelde aun en la iglesia, se colocaba “en una posición cómoda” y tomaba “una siesta cuando debía estar escuchando la instrucción dada de la Palabra de Dios” (Ct 21, 1861, en MR 13:35).116 Edson tenía una fuerte influencia sobre su hermano menor, Willie, porque era el mayor de los dos hijos que le quedaban a James y a Elena.
Cuando ella trataba de hablar con Edson, él parecía “distanciado” de ella, como si sus “palabras fueran inútiles” (Ct 15, 1868, en MI 3:112). Además de su desobediencia y deshonestidad, él también era derrochador. Cuando era adolescente, se compró un abrigo nuevo, que usaba solo para ir a la oficina de la Review and Herald, por un precio que equivalía al sueldo mensual de un obrero. Su madre después reconoció que, además de la mala conducta de Edson, los errores parentales en puntos decisivos de su vida también habían entorpecido su desarrollo (Ms 12, 1868; Ct 12, 1878).117
Cuando estaba en casa, Elena a menudo dejaba a un lado su trabajo para la Iglesia, para pasar tiempo con sus niños leyéndoles, trabajando en el jardín con ellos y mucho más.118 Cuando viajaba, los tenía en mente. Cuando Edson tenía 17 años, ella le envió en otoño “ropa cómoda para el invierno”, diciéndole: “Espero que te de tanto placer usarla como el placer que me tomé en hacerla para ti. Me estuve quedando hasta tarde y levantando temprano, antes de que los demás se despertaran, para hacértela. En estas prendas están cosidas oraciones para que puedas estar vestido con la justicia de Cristo” (Ct 5, 1866, en Bio 2:155).
Avances ulteriores sobre salud
En agosto de 1864, salió de la prensa el cuarto tomo de Spiritual Gifts, de Elena de White, que incluía una sección sobre salud de 32 páginas (SG 4b:120-151). Poco después, James y Elena visitaron Our Home on the Hillside, una institución de Reforma Prosalud en Dansville, Nueva York, dirigida por el Dr. James C. Jackson. James White describió la razón de la visita de la siguiente manera: “En el mes de septiembre de 1864, la Sra. [White] y yo pasamos tres semanas en la institución de salud de Dansville, condado de [Livingston], Nueva York, llamada ‘Our Home’. Nuestro objetivo al visitarlo no era hacer un tratamiento, ya que disfrutábamos de mejor salud que lo habitual, sino ver qué podríamos ver y oír para poder darles un informe definitivo a muchos amigos inquisitivos”.119
Uno de los médicos era el Dr. Horatio S. Lay, un adventista del séptimo día con quien Elena había hablado después de su visión sobre la Reforma Prosalud de 1863. Animado por la visión, el Dr. Lay llevó a su esposa enferma a Dansville para que pudieran tratarla y para poder estudiar las terapias que se usaban ahí. Pronto, la institución lo contrató como parte del personal, donde tuvo mayores oportunidades para aprender más. Cuando James y Elena llegaron a Dansville, en 1864, se hicieron tratamientos, cenaron en el comedor de la institución, observaron la ropa de las mujeres del lugar y hablaron libremente con el Dr. Jackson. A ambos les agradó la “atmósfera general, el programa dietético y los planes de tratamiento”. Pasaron tres semanas en Dansville, y encontraron una “práctica aplicación de los principios de vida sana que les serviría” para ser maestros de la Reforma Prosalud. En las semanas siguientes, James y Elena visitaron iglesias; hablaron de las enfermedades y sus causas, y de las reformas en los hábitos de vida.120 En los primeros meses de 1865, James editó y publicó seis folletos con el título Health: or How to Live.121 Además de contener seis artículos de la pluma de Elena de White, estos folletos también incluían capítulos escritos por muchos reformadores prosalud contemporáneos, demostrando que los White no eran ignorantes del movimiento más amplio de Reforma Prosalud de su época.122 En el sexto y último artículo de Elena, “La enfermedad y sus causas”, ella declaró: “Hermanas mías, es necesaria la reforma del vestido entre nosotras. Hay muchos errores en el estilo actual de vestimenta femenina” (HR, 1/2/1872). Ella criticó los estilos comunes de vestimenta de la época por razones de salud, modestia e influencia.123
La segunda visita de los White a Dansville fue precipitada cuando, el 16 de agosto de 1865, James White sufrió el primero de varios accidentes cerebrovasculares cuyos efectos lo atormentaron por el resto de su vida. El 14 de septiembre, los White ya estaban en camino hacia “Our Home”, en Dansville,124