habían revelados en visión. Por ejemplo, el Dr. Jackson exigía a sus pacientes que habían estado bajo tensión mental que hicieran reposo completo. En lugar de hacer alguna clase de trabajo, él recomendaba diversiones como “la danza, los juegos de cartas, ir al teatro” (RH, 20/2/1866).125 Como la sal era considerada un veneno, su uso estaba prohibido también. Andrews seguía las reglas y rehusaba usar sal. Un día, Elena le puso un poco de sal a la papilla que tenía en su plato. Cuando Andrews vio lo que estaba haciendo, le dijo con voz solemne: “Hermana White, ¿no sabe que la sal es una sustancia mineral que nunca debe incorporarse al cuerpo humano?” Con tono igual de solemnidad, ella respondió: “Mi Biblia dice que la sal es buena”. Eso terminó la discusión.126 Es más, los médicos le aconsejaron a James que dejara de orar porque pensaban que su religión era la fuente del estrés que había dañado su salud. Sin embargo, Elena no podía concordar con este razonamiento. Al contrario, ella creía que, para recuperarse, James necesitaba trabajo físico útil, oportunidades para usar el cerebro y una fe activa en Dios (Ms 1, 1867).127 Por consiguiente, decidieron salir de Dansville.
Visión sobre el instituto de salud
En algún momento de diciembre de 1865, James y Elena viajaron a la casa de unos amigos cerca de Rochester, Nueva York. En Navidad, mientras estaban allí, Elena recibió una visión que le informaba cómo impulsar la recuperación de James. La visión también indicaba que los adventistas debían establecer una institución de salud similar a la de Dansville en lo médico, pero sin las diversiones que se le mostraron a ella que eran perjudiciales para el bienestar espiritual y que, por lo tanto, hacían que la institución de Dansville estuviese lejos del ideal para que los adventistas se atendieran allí al largo plazo (TI 1:426, 429, 433). La necesidad de una forma de vida más sana no era difícil de reconocer porque, ese año, la mayoría de los pastores adventistas estaban enfermos o incapacitados. La junta directiva de la recién organizada Asociación General no se reunía por falta de quórum, pues dos de sus tres miembros estaban demasiado enfermos para reunirse.128 Sin embargo, la visión de Navidad de 1865 también integró la Reforma Prosalud con la religión, porque “la Reforma Prosalud es parte del mensaje del tercer ángel y está tan íntimamente ligada a él como el brazo y la mano lo están al cuerpo humano”. Además, el mensaje prosalud debía ser fundamental para preparar a los adventistas “para el fuerte clamor del tercer ángel” y para la segunda venida de Cristo (TI 1:427). De allí que “la Reforma Prosalud debía ser un medio para un fin antes que un fin en sí mismo”.129 Algunos, aparentemente, no entendieron y, por eso, Elena tuvo que aclarar, en 1867, que “la Reforma Prosalud está estrechamente relacionada con la obra del mensaje del tercer ángel, [pero no es el mensaje]. Nuestros predicadores deberían enseñar la Reforma Prosalud; sin embargo, no deberían hacer de esta el tema principal en lugar del mensaje”. Más bien es una parte de “la obra preparatoria para hacerles frente a los acontecimientos presentados por el mensaje” (ibíd., p. 487). Esto explica por qué ella puso tanto énfasis en el equilibrio correcto y por qué advirtió repetidamente en contra volcarse hacia los extremos.
Establecer las instrucciones de salud fue prioridad dominante de Elena durante el siguiente año (Bio 2:118-125, 128-144, 154-159).130 En el Congreso de la Asociación General de mayo de 1866, Elena enfatizó la necesidad de una institución de salud. La joven denominación aceptó el desafío doble de educar sobre salud y de tratar la salud. Para agosto de 1866, los adventistas habían lanzado un nuevo periódico, The Health Reformer y, en septiembre, abrieron el Instituto Occidental de Reforma Prosalud en Battle Creek.131
La salud de James mejora
Por ende, para diciembre de 1866, la iglesia había logrado uno de los principales objetivos de la visión de Navidad de 1865: fundar el Instituto Occidental de Reforma Prosalud. Sin embargo, a Elena le parecía que habían progresado muy poco en la batalla por la salud de su esposo. James tenía una conducta pasiva al respecto y ella temía que, si no se lo estimulaba a usar la mente y los músculos, perdería el potencial de recuperación. Entonces, después de mucha oración, decidió llevarlo en gira de predicación, aunque era invierno, esperando que la actividad detuviera su deterioro mental. El 19 de diciembre, durante una tormenta de nieve, contra el consejo de casi todos, Elena llevó a su esposo y a su hijo Willie en un carruaje abierto a Wright, Michigan, donde comenzaron inmediatamente reuniones de reavivamiento. Durante las siguientes seis semanas, Elena predicó veinte veces; y James, doce. Aunque primero ella tuvo que persuadirlo para que lo hiciera. Elena recordó: “Después de muchos ruegos, se convenció de pararse tras el púlpito y hablar a la gente. Mi corazón estaba lleno de alegría, pero no podía llorar en voz alta. Sabía que la victoria se había ganado, que las sensibilidades y los poderes morales se habían despertado. Mi esposo se había salvado” (Ms 1, 1867).132 La salud de James respondió tan bien al cambio de ambiente que, para abril de 1867, habían comprado una granja y tenían una casa en construcción en Greenville, Michigan. Construyeron en primavera y cultivaron en verano; y para el otoño, James había recuperado relativamente la salud, mientras Elena ideaba toda clase de formas de incentivar a su esposo a hacer ejercicio físico (ibíd.).133
En septiembre de 1867, los White partieron en un viaje de veinte semanas.134 Durante ese tiempo, recorrieron 5.150 kilómetros (3.200 millas) en tren, y 965 kilómetros (600 millas) a caballo y en calesa; y realizaron 140 reuniones. James informó que “en más de cien de estas reuniones”, Elena había “hablado entre media hora y dos horas”.135 Durante 1867, Elena predicó casi el doble que James. Arthur White observó que la invalidez de James White “impulsó a Elena a hablar en público sin vergüenza, al punto de que ella podía entrar en una iglesia y dirigirse al público en el culto divino el sábado de mañana” (Bio 2:185). En enero de 1868, los White regresaron a Greenville. Los tres meses siguientes, se dedicaron a escribir durante la semana y, los fines de semana, a viajar para predicar en las iglesias que se encontraran a un día de distancia de Greenville. Así, Elena confirmó por experiencia lo que había aprendido por sus visiones: que ella y James debían equilibrar su vida agotadora de ministerio con ejercicio físico, un sueño adecuado, e intervalos de descanso y relajación.
Cuando James White regresó al trabajo a principios del verano de 1868, se encontró con los obreros de la Review and Herald. Ofreció una oración pidiendo a Dios que bendijera la casa editora para hacer de cada página del periódico un medio para salvar almas; y que permitiera que cada impresor, editor y obrero pudiera ver, en la Tierra Nueva, los frutos de su labor. Durante su oración, James se quebró y lloró. Uriah Smith, entonces editor del periódico, recordó: “Por un momento lloramos todos juntos en silencio, excepto por algunos sollozos audibles y por la respuesta efusiva de los presentes”.136
Si bien James y Elena reanudaron sus viajes, visitando casi cada congreso campestre adventista de Norteamérica cada uno o dos años, ahora comenzaron a incluir vacaciones en sus planes. Al “comienzo del año” 1870, compraron una casa de campo en Washington, Iowa, como un “escondite” donde pudieran “relajarse y seguir escribiendo”. Pasaron una semana allí a principios de junio, antes de asistir al congreso campestre de Iowa, seguido por los congresos de Illinois, de Minnesota, y de Wisconsin en las semanas siguientes (Bio 2:290).137 En 1870 también que se publicó el primer tomo de The Spirit of Prophecy.138
La boda de James Edson y Emma
En el verano de 1869, James y Elena se enteraron de que Edson, que todavía no tenía veinte años, estaba pensando en casarse. A ninguno de sus padres les agradó la noticia. Elena le escribió: “Papá llora por este tema. Pero ninguno de los dos sabemos qué decir o qué hacer al respecto. Pensamos igual. En este momento no estás en condiciones de tener una familia porque, a nuestro criterio, eres un niño; en dominio propio, eres un niño”. Sin embargo, ella no quería darlo por perdido, a pesar de su falta de esperanza. “Mi corazón sangra por ti. No puedo perder la esperanza en ti” (Ct 6, 1869).139 El matrimonio de Edson White y Emma McDearmon se realizó en Battle Creek el 28 de julio de 1870, día en que Edson cumplía 21 años. James ofició en la boda, que también le dio a la familia un descanso en la ocupada programación del congreso campestre.