ámbito de las personas aparentemente sanas. La presencia de una cardiopatía orgánica o adquirida no es una contraindicación para el deporte, incluido el de competición. Al realizar una indicación se debe conocer cuál es la repercusión cardiovascular y si se trata de una disciplina de alto o bajo impacto desde el punto de vista osteoarticular. La valoración clínica y funcional es básica para establecer las recomendaciones de practicar un deporte en concreto y su intensidad.
La clasificación de los deportes más comunes en función de la respuesta cardiovascular que desencadenan es difícil de establecer debido a los factores que intervienen en torno a cada uno de ellos. Pese a todo, su separación en niveles de alta y moderada repercusión cardiovascular y por el tipo de trabajo muscular desarrollado permite la recomendación con criterios más objetivos. Los deportes más comunes que tienen amplia difusión, como baloncesto, artes marciales, tenis y voleibol, tienen particularidades que se comentan por separado. El atletismo, la natación o el ciclismo tienen en común ser de práctica individual, de predominio dinámico y de amplias indicaciones en la población general.
Palabras clave: Corazón. Deportes. Trabajo dinámico. Trabajo isométrico.
INTRODUCCIÓN
Las personas aparentemente sanas o afectadas por alguna limitación de carácter orgánico realizan una actividad física o deportiva en la que participan el trabajo de tipo dinámico o isométrico o una combinación de ambos más o menos equilibrada. Son muy pocas las actividades en las que el trabajo es dinámico o isométrico en su totalidad, de ahí que al hacer referencia a la mayoría se debe señalar cuál de ellos desempeña una función dominante en una actividad.
La respuesta cardiovascular al esfuerzo agudo y a largo plazo es distinta en los tres tipos ya reseñados. Con el fin de realizar una prescripción de ejercicio con bases fisiológicas y adaptada a las características individuales, se debe analizar el comportamiento de los parámetros hemodinámicos más directamente implicados en la adaptación al esfuerzo según el tipo de trabajo efectuado.
Trabajo dinámico
Produce movilización de grandes grupos musculares con cambios en la longitud de la fibra muscular y pequeño incremento de la tensión. Actividades con predominio dinámico son el caminar a paso vigoroso, carrera continua (jogging), nadar o ciclismo en carretera. Este tipo de trabajo requiere demandas energéticas importantes e incremento del
La respuesta cardiovascular a largo plazo se caracteriza por la presentación de signos de sobrecarga de volumen. El volumen telediastólico aumenta y el grosor de la pared ventricular izquierda, valorado por ecocardiograma, muestra una significativa hipertrofia.2,3 En nuestra experiencia sobre un grupo de 1.000 deportistas de diversas especialidades se ha observado un grosor de la pared superior o igual a 10 mm (en la población normal rara vez llega a los 10 mm) en la mayoría de deportistas de especialidades cuyo trabajo es de predominio dinámico (datos no publicados). La TA tiende a ser más baja y ello se debe en parte a la disminución de la actividad simpática.4
Figura 4.1. Comportamiento de la tensión arterial durante el trabajo dinámico.
Trabajo isométrico
En el músculo periférico provoca cambios en la tensión de la fibra muscular sin modificación significativa de su longitud. En actividades de predominio isométrico se produce contracción muscular sostenida contra una resistencia fija. El ejemplo más característico es el levantamiento de pesos. Sobre el sistema cardiovascular se producen cambios bruscos que afectan especialmente a la TAS y la TAD (figura 4.2). Entre el 40 y el 60% de la máxima contracción voluntaria realizada en un dinamómetro, el flujo sanguíneo se reduce. Por encima de este punto el flujo sanguíneo se mantiene por la respuesta de un marcador de presión que sirve para ajustar la presión de perfusión en relación con el aumento de la presión intramuscular.5,6
A diferencia de lo que ocurre en el trabajo dinámico, el aumento de la TA no es lineal y su valoración es difícil de conseguir por métodos no invasivos. En un esfuerzo físico intenso que implique grandes grupos musculares se puede alcanzar valores de TA de 350/250 mmHg, pero es un fenómeno poco frecuente.7, 8 El incremento de TA se produce por la suma de una potente respuesta presora, compresión mecánica de los vasos y maniobra de Valsalva.
Figura 4.2. Comportamiento de la tensión arterial durante el trabajo isométrico (contracción isométrica progresiva mediante manómetro.
Al aumentar la TA y la presión intratorácica con la maniobra de Valsalva, se transmite sobre el líquido cefalorraquídeo, que a la vez, incrementa la presión en la misma proporción al tórax y abdomen. Este efecto podría disminuir la presión en la circulación cerebral y reducir el riesgo de accidentes vasculares en casos extremos.9
En comparación con el incremento importante de la TA que se produce en este tipo de trabajo, la FC experimenta un aumento más discreto al igual que ocurre con el volumen sistólico. En consecuencia, el GC cambia poco. A largo plazo los efectos que se producen sobre la estructura cardíaca son menos acusados que en el trabajo dinámico en cuanto a grosor de la pared ventricular-diámetro de VI.
• PUNTO CLAVE • PUNTO CLAVE • PUNTO CLAVE •
La respuesta de la FC y de la TA es distinta para el trabajo dinámico-aeróbico, isométrico-anaeróbico en el esfuerzo agudo.
LIMITACIONES EN LA CLASIFICACIÓN DE LOS DEPORTES SEGÚN SU REPERCUSIÓN CARDIOVASCULAR
El deporte de competición implica el enfrentamiento directo entre dos o más personas o equipos con el objetivo de obtener un mejor rendimiento que el adversario. Al pretender, por encima de todo, alcanzar el máximo rendimiento, la repercusión orgánica de la práctica deportiva de carácter competitivo será muy alta en la mayoría de casos.
Establecer una clasificación de diversas disciplinas deportivas en función de su repercusión orgánica es un problema más de función que de definición. El carácter competitivo permite valorar a largo plazo, de una forma más concreta, la