y la dedicación de un líder también son fundamentales. Después de todo, los líderes espirituales no deben limitarse al púlpito, y contemplar y predicar la doctrina: deben bajar, colocar los dos pies en el suelo y salir al mundo, poniendo en práctica sus creencias, sacrificando a veces todo en el cumplimiento de su santo credo.
Ren Zhengfei hizo exactamente eso, dedicó toda su vida a Huawei, un edificio comercial impresionante que le llevó veinte años construir. Este sacrificio llevó a Huawei al éxito y a Ren a una difícil vida de soledad.
Fundador solitario, compañía solitaria
Aflicción sin lágrimas
Hace diez años, un funcionario de gobierno solicitó a la presidenta de consejo de Huawei, Sun Yafang, que describiera en una sola oración cómo se sentía respecto al éxito de Huawei. Sin perder un segundo, ella respondió: «Tengo ganas de llorar, pero las lágrimas no brotarán». El funcionario se sorprendió, se quedó totalmente mudo.
Huawei nació como una empresa privada, y por ello fue calificada desde el principio como una empresa de segunda clase en el viejo sistema económico de China. Y aunque el sistema estaba en constante evolución, Huawei luchó para mantenerse al día con sus giros, vueltas y trampas ocultas. Ren Zhengfei ha señalado con frecuencia: «El fracaso llegará un día a nuestra puerta, así que debemos estar preparados para darle la bienvenida. Nunca he dudado de esto: hay innumerables precedentes históricos». También desafía la noción de éxito: «¿Qué es el éxito, de todos modos? Si podemos sobrevivir después de una vida de salvarnos de milagro como lo hicieron las compañías japonesas en su momento, entonces eso es un verdadero éxito. Huawei no ha tenido éxito; solo hemos estado creciendo».
Comentarios como este no son una táctica de miedo. Como hombre de negocios, Ren Zhengfei debe tomar riesgos; asumirlos está en la naturaleza de un hombre de negocios. Pero, por otro lado, debe permanecer siempre cauteloso, tal vez demasiado, para evitar sobrepasar las líneas equivocadas, lo que podría derrocar a la empresa. Día tras día, año tras año, oscila entre un espíritu de aventura y miedo, colocándolo bajo una tremenda presión.
Antes de cumplir los 44 años, la vida de Ren Zhengfei había sido bastante normal. Aunque su entorno más amplio estaba inhibido, su personalidad no tenía límites. A lo largo de su vida, su fuerte sentido de idealismo y automotivación ciertamente lo hizo destacarse: fue elegido delegado en la Conferencia Nacional de Ciencia en 1978, y más tarde en el 12º Congreso Nacional del Partido Comunista de China en 1982.
Después de que China comenzó su reforma, el desarrollo económico se convirtió en el espíritu de la época y Ren Zhengfei se convirtió en un hombre de negocios. La historia muestra que eligió el camino correcto. Desafortunadamente ––y también puede decirse que afortunadamente––, Huawei comenzó como una empresa privada. Fue desafortunado porque Ren tuvo que dirigir a la empresa a través de barreras institucionales, críticas públicas y rumores infundados, al tiempo que lidiaba con la presión comercial y los asedios tanto de los competidores nacionales como internacionales. El crecimiento de Huawei se empantanó por una cadena de lucha escalonada; la compañía peleaba constantemente por liberarse de innumerables limitaciones y emprender un camino de desarrollo ascendente. La parte afortunada fue que este ambiente hostil forzó a Ren y Huawei a dejar de lado todas las ilusiones y explorar su propio camino, un proceso mediante el cual desarrollaron y codificaron una filosofía de gestión única y han logrado un crecimiento tremendo.
Prueba de identidad
Por supuesto, el enorme crecimiento de Huawei ha tenido también un precio tremendo. En alguna ocasión Ren Zhengfei recomendó a su equipo de gestión una serie de televisión llamada Prueba de Identidad. Desde hace años, Huawei ha luchado para demostrar su identidad, para dar al mundo una idea de lo que se trata la compañía.
A pesar de ser una empresa privada, Huawei ha realizado grandes contribuciones al desarrollo de China no menos importantes que las de muchas empresas estatales. En las últimas dos décadas, ha pagado más de 300,000 millones de yuanes en impuestos y ha creado directa e indirectamente varios millones de puestos de trabajo. Juntos, las compañías de telecomunicaciones chinas como Huawei, ZTE, Datang y Great Dragon han ahorrado billones de dólares en desarrollo de infraestructura. Como dijo alguna vez un ejecutivo de una reconocida empresa de telecomunicaciones de Occidente: con su rentabilidad y su innovación tecnológica disruptiva, Huawei ha ayudado a proporcionar a miles de millones de personas en el mundo tecnología y servicios de información de alta calidad y bajo costo, lo que resulta inmensamente valioso. Especialmente en China, donde el sector de la información se ha convertido en una industria estratégica central, es innegable el valor de la contribución de Huawei. A pesar de ello, tomando en cuenta los muchos recursos que se han otorgado a las empresas estatales y también todos los incentivos que las contrapartes de inversión extranjera de Huawei han disfrutado, Ren Zhengfei sigue preguntándose por qué el gobierno no ha brindado un poco más de apoyo a su compañía.
Mientras tanto, en Occidente, los políticos y los medios aún tienen que tomar aire en su ofensiva contra Huawei, haciendo constantes acusaciones de estrechos vínculos con los militares y el gobierno. Algunos competidores incluso han intentado demonizar públicamente a Huawei, alegando que recibe cientos de millones de dólares cada año del gobierno chino. En su arrogancia, muchos simplemente no pueden creer que una compañía china sin las «afiliaciones correctas» podría tocar a su puerta en unas pocas décadas, y mucho menos asumir un papel de liderazgo en el mercado.
Huawei tiene como objetivo establecer su presencia en todos los rincones del mundo. Naturalmente, Ren Zhengfei y Huawei tienen que demostrar su valía una y otra vez. Quizás ninguna otra compañía en el mundo haya enfrentado el mismo dilema: en el mercado internacional, Huawei es vista como un representante del socialismo, cuyo rápido crecimiento podría ser considerado como una amenaza en Occidente; mientras que en el mercado chino, como empresa privada, Huawei podría ser percibida como un síntoma del naciente capitalismo. Colocada entre la espada y la pared, ¿cómo fue posible que Huawei creciera en el mundo?
Aprendiendo a disfrutar en soledad
No sorprende que Ren Zhengfei y Huawei sean seres solitarios
La contemplación, después de todo, es una búsqueda solitaria. Y durante más de veinte años, los intereses contemplativos de Ren nunca se han alejado mucho de Huawei. Desde el principio, este hombre que comenzó una empresa con casi nada a la edad relativamente avanzada de 44 años, un intelectual, exingeniero militar y un idealista que nunca se atrevería a seguir los pasos de otro, fijó un objetivo prácticamente imposible para él y su compañía.
Esto se convirtió en una misión personal que exigía todo su tiempo y energía. No tiene otros pasatiempos más que leer y pensar. No tiene amigos en círculos políticos, militares o empresariales. De hecho, prácticamente no ha tenido amigos a lo largo de sus años escolares, en el servicio militar y durante su permanencia en Huawei. Y, sin embargo, es un comunicador fantástico, versado y fluido en asuntos económicos, políticos y diplomáticos, tanto nacionales como internacionales. Sobre todo, es un ávido pensador, un contemplador y un fiel predicador de sus propias ideas, que tratan sobre el destino de su compañía.
Alguna vez Ren dijo que es relativamente fácil mantener el equilibrio en un entorno externo turbulento, pero los entornos internos son mucho más difíciles de manejar. Manejar las ideas e intereses divergentes de más de 100,000 personas, con más y más miembros cada año, es más fácil de decir que de hacer. Esto ha preocupado a Ren y sus colegas durante más de dos décadas y, en sus intentos por resolver este problema, concibieron la filosofía de gestión de la empresa, la cual ha sido un factor decisivo en el camino al éxito de Huawei.
Pero la aplicación práctica es mucho más dolorosa que reflexionar solo. Ren Zhengfei y su equipo ejecutivo de liderazgo han tenido que desarrollar sus cerebros para impulsar, motivar e inspirar a más de 100,000 gestores del conocimiento para atender nuevos mercados. Y después de reunir a las tropas, han liderado el avance ellos mismos, trabajando en estrecha colaboración con los equipos locales en las oficinas de todo el mundo. Entre los 44 y setenta años, Ren Zhengfei ha mantenido su teléfono móvil abierto las 24 horas del día, los siete